Amaia U. LASAGABASTER
Eibar

Caminando unidos por un objetivo lleno de dignidad

Desde hace dos meses y medio, muchas plazas de Euskal Herria se llenan cada lunes con la reivindicación de unas pensiones dignas. Paso a paso, miles de personas han avanzado desde las primeras concentraciones hasta las grandes movilizaciones del 17M.

Me llegó una convocatoria a través de redes sociales, citándonos para protestar delante de los ayuntamientos y me animé a ir». Así empieza la historia de casi todos los que el pasado 15 de enero se echaron a la calle para reivindicar el derecho de las ciudadanas y los ciudadanos a unas pensiones públicas y dignas. También la de José Ignacio Frontaura, que ha dado un pasito más y ha acabado convirtiéndose en la voz de los pensionistas y jubilados eibarreses que, cada lunes durante estos dos últimos dos meses y medio, se concentran en la plaza de Untzaga, en un número cada vez mayor.

«Bajé con un amigo y me sorprendió la de gente que se había reunido –prosigue Frontaura–, pero cuando volvimos el lunes siguiente había menos gente y la verdad es que se me cayó un poco la ilusión. Además, me parecía un poco triste que estuviésemos allí de pie, sin decir nada, sin hacer nada, así que me puse a hablar». No fue mucha cosa, «unas palabras, que animásemos a la gente a venir, que hiciésemos funcionar el boca a boca...», pero prendió. Una semana después, la afluencia se había multiplicado. «Alberto Maguregi trajo una pancarta y la extendimos, a mí me dieron un megáfono... No es que me guste hablar, ni estoy acostumbrado a este tipo de cosas, pero se agradecen unas palabras, dan más ánimo a los que nos reunimos».

Puede que sean los discursos o que «en Eibar somos reivindicativos y se ha sabido luchar», dice Javier Gabancho. Posiblemente, también tenga que ver el alto número de personas jubiladas –más de una cuarta parte de la población tiene más de 65 años, por encima de la media de la comarca y del conjunto del territorio guipuzcoano– y pensionistas, así como la situación de especial vulnerabilidad de muchas de ellas –el año pasado volvieron a aumentar las ayudas de emergencia social concedidas por el Ayuntamiento, casi la mitad de las cuales tienen como destinatarios a pensionistas y viudas con bajos recursos–.

Sea cual sea el motivo, en la céntrica plaza se reúne cada lunes un buen número de personas. Y qué decir del éxito del 17 de marzo, cuando la convocatoria tuvo carácter comarcal y las calles de la villa armera se llenaron ese mediodía con una de las manifestaciones más concurridas que se recuerdan.

Comisión organizadora

Frontaura, Gabancho y Maguregi, junto a Emilio Aiastui, Arrate Berasaluze, Félix Elkoroiribe, José Ignacio Iparragirre, Javier Usobiaga y Mikel Usobiaga, conforman la Comisión Organizadora de la Plataforma de Jubilados y Pensionistas de Eibar, en la que están representados los hogares de jubilados, de la mano de Elkoroiribe, y Duintasuna, con Aiastui. Un nombre muy sonoro: «Pero es que teníamos que llamarnos de alguna manera», comentan sonriendo. «Somos ciudadanos de a pie, sin más, que nos hemos animado a formar parte de este grupo, más que nada por intentar dar forma a las protestas, organizarnos... Puede venir quien quiera, como hemos ido haciendo nosotros, que simplemente acudíamos a las concentraciones delante del ayuntamiento», explica Frontaura, que se reúne con sus compañeros en el Hogar del Jubilado de Untzaga cada lunes a las once, una hora antes de las concentraciones.

Allí debaten sobre lo general, con reivindicaciones y denuncias que no difieren demasiado de las del resto de pensionistas y jubilados de Hego Euskal Herria, salvo en la reclamación unánime de la «transferencia de la Seguridad Social», incluyendo el temor a que los sindicatos CCOO y UGT aprovechen la ola «para dejarse ver y acabar participando en una operación de maquillaje que nos divida y no solucione nada». Y eso que lo que sucedió en el Parlamento de Gasteiz el pasado 22 de marzo tampoco les ha dejado precisamente satisfechos y ya anuncian nuevas movilizaciones.

De lo local también hablan, claro está. De las concentraciones, de sus próximos movimientos, de cómo distribuir el dinero que se recoge cada lunes en Untzaga –«ponemos una bolsita en medio y el que quiera, y pueda, deja algo», explican– para carteles, pancartas o pasquines... Ya piensan en la posibilidad de organizar una manifestación mensual a nivel comarcal en Eibar, en la que les gustaría ver «más caras jóvenes». «Pero parece que la gente de 35-40-45 años ven lejos ese problema, o tiene asumido que para cuando le toque no habrá pensiones... Tienen otras preocupaciones ahora mismo, aunque este es un problema de todos –subraya Frontaura–. Y nosotros no sólo reivindicamos nuestras pensiones, también las futuras, con la existencia de un sistema público que garantice que se pueda vivir con dignidad».