Los trabajadores de Productos Tubulares llevaron a cabo ayer una protesta ruidosa frente a las oficinas corporativas de Tubos Reunidos –del cual es filial la compañía de Trapagaran– para rechazar las medidas que pretende aplicar la dirección del grupo, entre las que destacan 157 despidos, la reducción de los salarios un 25%, aumentar en 24 horas la jornada anual y el cierre de la acería.

Los manifestantes se concentraron en el exterior de la sede y durante la protesta lanzaron numerosos petardos y corearon consignas como “¿Dónde está el dinero, el dinero dónde está?”, “Jo ta ke irabazi arte” o “Ni un despido”. En un momento dado, también accedieron a la entrada de las oficinas al tiempo que advertían de que «vamos a quemar esa lista negra».

Como detalló a GARA el trabajador Gabriel Orrantia, el ambiente se fue «calentando». Por otro lado, subrayó que seguirán con la huelga indefinida hasta que consigan retirar el planteamiento de los despidos.

La próxima reunión de la mesa negociadora está prevista para el martes y Orrantia admitió que no esperan nada nuevo desde la jefatura.

«Nosotros le exigiremos que retire todas las medidas y que empecemos a hablar. Porque se puede hablar de todo, menos de despidos», recalcó.

«Amansar a las fieras»

El miércoles, el presidente de Tubos Reunidos, Guillermo Ulacia hablaba de recolocación de los 157 trabajadores pero Orrantia aseguró que oficialmente no existe esa propuesta. «Su intención es amansar a las fieras, porque, si no, ya habría hablado con nosotros», manifestó.

Sobre el cierre de la acería, Orrantia –como el presidente del comité, Julen Beloki– cree que se trata de un «cierre encubierto» de la empresa. Para mañana, han convocado una manifestación a las 12.00 desde la plaza del Kasko de Sestao, municipio en el que se halla la acería.