GARA

Froome asume que no lo tiene nada fácil

Entiende que la brecha respecto a Yates es «grande», pero seguirá «luchando». [Página especial sobre el Giro en NAIZ]

El británico Chris Froome (Sky), undécimo en el Giro a 2.27 del líder, su compatriota Simon Yates, afirmó ayer, en la segunda jornada de descanso, que seguirá «luchando e intentado mejorar día a día» para optar a su primer gran objetivo del año, a pesar de que admitió «la gran brecha» de tiempo respecto a sus rivales directos. «Me voy a plantear la carrera día a día. Estoy aquí para competir, soy ciclista y eso es lo que haré. La brecha con Yates ya es sustancial, pero no insuperable. Quedan etapas muy difíciles, entre ellas una contrarreloj larga. No sé lo que puede pasar, pero otras veces han sucedido cosas más extrañas», dijo Froome con moderado optimismo.

Sin embargo, Froome se refirió a la preparación del Giro rebajando las expectativas con las que había llegado. «Vine al Giro con el plan de disputar la carrera y luego afrontar el Tour. Pero el objetivo no era hacerlo con todas mis fuerzas porque, como hemos visto en los corredores que lo hicieron en el pasado, llegan a julio y no tienen fuerza».

 También habló Froome de su caída de Jerusalén y de la siguiente en la octava etapa, «dos reveses» que han pasado factura al líder del Sky. «El accidente antes de la primera etapa fue un revés y el segundo me ha dejado afectado el costado derecho, pero son las cosas que tiene el ciclismo». En cuanto a su estrategia, anunció que va a «intentar dar batalla a Yates en la segunda parte del Giro. Es grandioso ver a otro británico de rosa y tiene un buen equipo, pero a partir de ahora va a recibir muchos ataques».

Carapaz vive un sueño

Por su parte, el ecuatoriano Richard Carapaz, del Movistar y revelación del Giro con su liderato entre los jóvenes y su sexto puesto de la general, reconoció que está viviendo «una felicidad indescriptible porque, al principio, ni yo mismo lo podía creer. Con el paso de los días ves que no es un sueño, que es una realidad. Para mi país también es algo súperbonito, que nunca ha pasado. La gente lo está viviendo al máximo en Ecuador y ahora se siente mucho más el ciclismo allá», explicó.

A pesar de haber entrenado «a conciencia» para llegar en forma al Giro tras haber ganado la Vuelta a Asturias, Carapaz se declara sorprendido de sus prestaciones. «Estar tan adelante me motiva más, pero hay que tener la cabeza fría y pensar que esto es muy largo, que queda mucho para llegar a Roma. Lo que podamos conseguir en el camino bienvenido sea, pero tenemos que tener los pies en el suelo», señaló comedido.

Respecto a la segunda semana, el de Carchí espera que sea más tranquila que la anterior, pero advierte de que «nunca se puede bajar la guardia. Es mi primer Giro pero ya he visto que aquí pasan muchas cosas cuando menos te lo esperas. Y después la última semana será de infarto porque es muy dura».