Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Escasa asistencia a los tendidos de Vista Alegre a las puertas del cambio de gestión

Todo apunta a que la plaza de toros de Bilbo camina hacia un quinto año de números rojos en sus cuentas. En los últimos cuatro ejercicios acumula unas pérdidas cercanas al medio millón de euros. Pese a los intentos de los taurinos por mejorar la asistencia a los tendidos de Vista Alegre, ese repunte no se consigue a las puertas de un cambio en la gestión del coso. Hoy, a las 18.00, está convocada una manifestación por la abolición de las corridas en el Botxo.

Hoy, a las 18.00, partirá de la plaza Ametzola una nueva manifestación contra el maltrato animal, convocada por el Colectivo Antitaurino y Animalista de Bizkaia (CAAB). El futuro del coso bilbaino no solo depende de la fuerza del incipiente movimiento antitaurino sino de las propias cifras de negocio que arrojan las Corridas Generales. Lo cierto es que los números que se avanzan no son muy halagüeños para aquellos que defienden a capa y espada esos espectáculos.

A dos días del inicio de la feria taurina, la venta de entradas era mejor que el año anterior por esas fechas, tendencia que revertió finalmente con un descenso aproximado del 3,62%, que se puede acrecentar. En ese momento, solo el martes estaba vendido más de la mitad del aforo. Para la primera corrida, la de rejones, se había recogido el 41,73% del papel disponible.

Esas cifras se han ido confirmando con el paso de las jornadas, con casi 6.800 entradas sin vender en la corrida que abría el cartel con los toreros a caballo Pablo Hermoso de Mendoza, Lea Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza. Dos tercios de plaza, según los cronistas, lo que supone una ocupación que ronda el 53,7% de su capacidad, fijado en 14.781 localidades.

En la segunda de la feria, con toros de Victorino Martín, para los diestros Manuel Escribano, Jiménez Fortes y Álvaro Lorenzo, se ocupó un tercio de plaza con más de 8.860 billetes sin vender, más del 60%. Los datos no mejoraron el lunes, más bien empeoraron. La corrida de Torrestrella para los toreros Roman, Gonzalo Caballero y Luis David Adame llenó un cuarto de Vista Alegre, con 9.200 asientos libres.

Con el cartel más potente de la feria –con Enrique Ponce, José María Manzanares y Andrés Roca Rey–, el martes no se vendieron algo más de 3.200 billetes, con una ocupación fijada en el 77,6%. El miércoles descendió al 59,3%, con casi 6.000 entradas sin vender, en la corrida de despedida a Juan José Padilla, a quien acompañaron El Juli y José María Manzanares en la lidia de los astados de Garcigrande y Domingo Hernández.

En la sexta de la feria –con reses de El Parralejo para Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Ginés Marín– la ocupación quedó en el 46% con 7.900 entradas sin ser retiradas de taquilla. Ayer, día grande de Aste Nagusia con los espadas Sebastián Castella, José Garrido y Andrés Roca Rey, el aforo fue del 58,5%, con 6.100 entradas sin vender.

Las previsiones para hoy y mañana son bastante malas, con la mitad y un tercio de localidades vendidas. No hay que olvidar que el Ayuntamiento sigue gastándose 36.000 euros en comprar entradas, 16.000 para abonos que regala a los ediles de PNV, PP y PSE, además de otros 20.000 euros de la partida de Acción Social para repartir entre los jubilados.

Adjudicación en otoño

Uno de los objetivos declarados de los responsables del coso era incrementar la asistencia de público en los tendidos antes de que, en otoño, se adjudique la gestión a una empresa privada. Para ello, la empresa Chopera, a la que la Junta Administrativa contrata la gestión de las corridas desde hace décadas, confeccionó un cartel con notable presencia de figuras, tanto que diestros como El Juli, Enrique Ponce, Roca Rey o José María Manzanares harán doblete para conformar la base más sólida del abono.

El Consistorio y la Casa de Misericordia, que comparten la propiedad de Vista Alegre, intentan así corregir el constante descenso de espectadores que se viene detectando desde 2013, con un pequeño repunte al alza en las corridas de 2017.

Los datos de la feria taurina son positivos pero no son suficientes para cubrir los gastos de mantenimiento de la vetusta infraestructura. Por esa razón, el Gobierno municipal decidió en mayo sacar a concurso público la gestión integral de la plaza.

La idea del equipo que preside Juan Mari Aburto es que, blindándolos y sin poner límite a los festejos taurinos, sea una empresa privada de reconocida solvencia la que se encargue también de darle al coso una mayor actividad durante el resto del año con otro tipo de espectáculos, a la vez que sufrague las obras que necesita un recinto con casi seis décadas de antigüedad.