La denuncia fue interpuesta en verano por un vigilante de seguridad del centro de internamiento de menores Ibaiondo de Zumarraga, que aseguraba hablar en nombre de otros 14 compañeros, ante la Policía española y la Fiscalía contra el director de las instalaciones y la empresa adjudicataria, DELTA, según informan la Ser y DV.

En la denuncia se relata la existencia de «conductas totalmente delictivas» como «tráfico de sustancias estupefacientes», «relaciones íntimas» de educadores con los menores internos, «castigos» y «denegación de asistencia médica», entre otras.

Los vigilantes han aportado documentos y un total de 300 informes de «incidencias y archivos informáticos» en los que se reflejarían esos hechos, que se habrían producido entre 2012 y 2018.

La denuncia fue trasladada al juzgado de Bergara, que ha abierto diligencias. Según DV, el firmante de la denuncia y otros dos compañeros fueron objeto de un expediente laboral que derivó en su despido.

Ante las presuntas ilegalidades que según estas personas se estarían cometiendo en el centro, los denunciantes piden responsabilidades tanto a la dirección como al Gobierno de Lakua.

Lakua no tiene constancia de la denuncia y la dirección niega los hechos

La directora de Justicia del Ejecutivo autonómico, Loly de Juan, ha afirmado que su Departamento «no tiene constancia» de la denuncia, aunque ha subrayado que los directores del centro le han trasladado que los hechos «no son ciertos».

A preguntas de los medios en Bilbo, ha afirmado que ni el Departamento que dirige ni el director del centro cuentan «con datos al respecto», aunque de ser ciertos serían «muy graves», por lo que ha incidido en que ya han solicitado a la Fiscalía que se le dé traslado del contenido de una denuncia sobre la que «no hay constancia».

Ha resaltado que desde Lakua se «actuará» tanto si los hechos «son ciertos como si no lo son», de tal forma que si lo denunciado «no se ajusta a la realidad» se tomarían «las medidas oportunas contra el firmante de la denuncia», ya que se trataría de una «calumnia con expansión pública y mediática».

De Juan, que ha reconocido que ayer se puso en contacto con los responsables del centro de Zumarraga, ha incidido en que le trasladaron que los hechos «no son ciertos», aunque sí ha admitido que al tratarse de un centro «cerrado», en ocasiones se producen intentos para introducir sustancias estupefacientes que «casi siempre son requisados y se quedan en intentos».

«Las relaciones sexuales las niega absolutamente el director. Tanto que se hayan dado como se hayan trasladado a la dirección», ha manifestado.

De Juan ha manifestado además que este viernes se ha trasladado al director del centro la necesidad de reunirse con los trabajadores para analizar la situación.