En una comparecencia en Iruñea, Maider Caminos, responsable de la Federación de Industria de LAB, ha explicado que la bajada de la demanda de vehículos diésel está siendo aprovechado por las empresas del sector para introducir flexibilidad laboral, despedir a eventuales, aplicar EREs y aumentar las ritmos de trabajo.

Frente a ello, Caminos ha recordado que la carga de trabajo, la demanda y los ritmos de producción son los más altos que se han registrado nunca en Euskal Herria en el sector el automóvil.

Así, ha señalado que Volkswagen tenía previsto producir 297.000 coches en 2018. Tras el ERE de setiembre, se redujo este objetivo a 285.000. Ahora se producirá un nuevo cierre de siete días de la factoría de Landaben. Caminos ha culpado a la dirección de Volkswagen de la situación creada por la falta de suministro de motores y ha destacado que, tras la puesta en marcha del nuevo modelo T-Crosscon, la previsión es de 340.000 vehículos para el año que viene y que las condiciones de flexibilidad permitirían superar el techo de producción, alcanzando los 375.000.

En Gasteiz, se vive una situación similar, ya que el objetivo de producción de Mercedes son 147.000 vehículos, a apenas 3.000 del récord. Para el año que viene, se prevén 154.000 vehículos, por encima del techo histórico. Pero suspenderán el turno de noche y se ha despedido a eventuales, una medida que también han aplicado las tres principales proveedoras.

Por ello, LAB destaca que estas medidas de recorte no afectan solo a los 10.000 trabajadores de las factorías de Volkswagen y Mercedes, sino a los proveedores. De hecho, el 75% del valor de cada vehículos producido se genera fuera de las dos fábricas principales.

En la comparecencia de hoy en Iruñea han estado representantes de las empresas alavesas Estampaciones Rubí y Auria; de las vizcainas ACB Sestao, Estampaciones Bizkaia, Gestamp, Cantobe, Kauxot y Nemak y las navarras Tradisa, ISNN, ISN, SNA, SAS, KWD, ID Logistics, Tecnoconfort, LEDR, Ecotol, ZF TRW, Faurecia, Neumáticos Iruñea y Pelzer, además de Volkswagen y Mercedes.

Zorion Ortigosa, miembro de la Federación de Industria, ha destacado que durante años se ha estado impulsando el consumo del diésel y que ha se ha optado por hacer lo contrario justo cuando estos motores contaminan menos que nunca. «Es inaceptable que por intereses económicos particulares se ataquen los derechos de los trabajadores«, ha denunciado.

En este sentido, ha señalado que el objetivo del lobby automovilístico es incrementar los beneficios de la empresa más grande al último proveedor. «Pero para redondear la jugada, quieren lograr ayudas y subvenciones públicas», ha añadido. 

Por ello, ha exigido a las multinacionales que respeten los derecho laborales ya que no hay ninguna razón objetiva para recortarlos.

Además, ha pedido a las instituciones que no ceden ante las pretensiones de las multinacionales y gestionen adecuadamente los fondos públicos. Por ello, ha reclamado que se opongan a los EREs. En este sentigo, ha recordado que el fraude del diésel se saldó sin castigo a los culpables y que los costes recayeron en trajadores y fondos públicos. 

Ante esta situación, LAB ha convocado una concentración para mañana a las 10.00 ante la factoría de Landaben, tal y como hizo la pasada semana en Gasteiz ante Mercedes.