El pasado 10 de setiembre comenzó en la Audiencia Territorial de Braunschweig el primer gran juicio contra Volkswagen abierto en Alemania por el caso de la manipulación de las emisiones de gases contaminantes de los motores de vehículos diésel, también conocido como el «dieselgate». En una demanda colectiva, accionistas de la compañía le reclaman 9.500 millones de euros en concepto de indemnizaciones por daños y perjuicios. Los demandantes consideran que la dirección informó tarde a los mercados de valores sobre estos hechos, por lo que les hizo perder dinero.

Mientras llega una sentencia que se hará esperar y que probablemente tendrá una notable repercusión en las arcas de la compañía, Volkswagen mira al futuro con nuevos planes a corto y medio plazo.

En este contexto, el consorcio automovilístico prepara inversiones por un total de 44.000 millones de euros en electromovilidad, conducción autónoma, en nuevos servicios de movilidad, y en la digitalización de los vehículos y de las plantas hasta el ejercicio 2023.

Este monto representa cerca de un tercio de la inversión total que realizará para el período comprendido entre 2019 y 2023, según dio a conocer la compañía tras la reunión que el pasado viernes mantuvo su consejo de supervisión en Wolfsburg.

Fabricación cruzada

El consejero delegado de VW, Herbert Diess, afirmó que la intención de esta estrategia es acelerar el camino hacia la innovación. Además, indicó que la firma está trabajando para situar su ratio de inversión de capital y de investigación y desarrollo en la cifra «competitiva» del 6% para 2020, con un objetivo de cash flow de 10.000 millones de euros para 2020, contemplando un impacto de la crisis del diésel todavía entre 2019 y 2020.

Dentro del proceso de reorganización de los centros de producción aprobado por el consejo de supervisión, se ha confirmado que las factorías alemanas de Emden y Hannover pasarán a fabricar vehículos eléctricos y, en concreto, producirán modelos de la familia ID desde el año 2022. El consejo también comunicó su intención de construir a partir de 2022 una nueva planta en Europa del Este dedicada a la movilidad eléctrica.

Y el responsable de Producción de VW, Oliver Blume, resaltó que se maximizarán las sinergias mediante la «fabricación cruzada» de distintas marcas en las fábricas. Así, en Emden se ensamblarán coches pequeños y sedán de diferentes marcas del grupo, mientras que Hannover se especializará en la producción del ID Buzz, al tiempo que montará vehículos con motores convencionales.

A largo plazo

De la reunión de Wolfsburg no salieron novedades para la factoría de Landaben, cuya plantilla está preocupada por los paros en la producción debidos a la falta de motores. En Iruñea, el presidente del comité de empresa, Alfredo Morales –que fue reelegido para el cargo por UGT el mismo viernes–, hizo referencia a los retos de futuro, resaltando que es preciso «asentar este proyecto a largo plazo, sentar las bases para los cambios que van a venir en nuestro sector, poner esta fábrica en la punta de lanza de cambios en la motorización, en el coche eléctrico».

AUTO ELEKTRIKOAREN JAUZI ITZELA VW TALDEAN

«Dieselgate» kasuaren erdian, mugikortasun elektronikorantz pauso handi bat emateko prestatzen ari da Volkswagen. Automobil taldeak 44.000 milioi euro inbertituko ditu 2023 bitartean arlo horretan eta beste batzuetan, gidatze autonomoan eta ibilgailu eta lantegien digitalizazioan kasu. Alemaniako Emden eta Hannoverreko plantak ibilgailu elektrikoak fabrikatzeko eraldatuko dira 2022tik aurrera. Urte horretatik aitzinera planta berri bat ere eraikiko da Europa Ekialdean. Bere aldetik, Iruñeko lantegiko enpresa batzordeak «oinarriak ezarri» nahi ditu, etorriko diren aldaketa handiei aurre egiteko, tartean auto elektronikoaren erronkari.