GARA
LONDRES

May apela a su gobierno y a los parlamentarios a la unión ante el Brexit

El Parlamento británico votará el 11 de diciembre si apoya el Tratado de salida del Reino Unido de la UE y el acuerdo sobre la futura relación. La primera ministra, Theresa May, ha comenzado la campaña para convencer en dos semanas a los parlamentarios, empezando por sus compañeros de partido, y obtener una mayoría que aún no tiene.

Una vez que la Unión Europea dio su visto bueno al acuerdo para la salida del Reino Unido, la primera ministra británica, Theresa May, comenzó la más difícil tarea de convencer a los diputados británicos de apoyar el texto que tanto la UE como May han insistido en que no solo es el «mejor posible» sino el único que van a aceptar.

A su regreso de la cumbre de Bruselas, la primera ministra reunió a sus ministros para cerrar filas en un Ejecutivo que ya ha sufrido cuatro dimisiones en los últimos días por discrepancias con el texto pactado.

Y por la tarde defendió el acuerdo ante los diputados, donde está lejos de conseguir los apoyos necesarios al Tratado de retirada y a la declaración política sobre la futura relación adoptadas el domingo.

Ese será el reto que deberá superar antes del 11 de diciembre, fecha fijada para la votación. «La Cámara se enfrentará a la decisión de si desea o no cumplir con el voto de los británicos con un acuerdo que no solo responde a eso (el resultado del referéndum de junio de 2016), sino que protege los empleos», indicó May en el Parlamento. Antes, se producirá un debate que durará cinco días y que comenzará el 4 de diciembre.

May expresó su «absoluta certeza» de que «no hay mejor acuerdo posible» y apeló a los parlamentarios a apoyarlo en nombre del interés nacional. Un rechazo en la Cámara de los Comunes sería «el regreso a la casilla de salida» que «abriría la puerta a más divisiones e incertidumbre», advirtió.

El número dos del Gobierno, David Lidingtion, alertó también de que «si el acuerdo fracasa, no hay garantía de que encontremos una vía estable para salir de esta situación».

May recibió el apoyo de parte de la prensa británica, como el “Times” o el tabloide “Daily Mail”, que subrayaban que el acuerdo es la única alternativa, pero también las críticas a una capitulación ante la UE de “The Sun” o “Daily Telegraph”. En el Parlamento abundaron los reproches.

El exministro de Exteriores Boris Johnson calificó el acuerdo como «un desastre» y «una humillación» para Reino Unido, que se convierte en «un estado satélite de la UE». La líder del unionista DUP, apoyo del Gobierno, Arlen Foster, opinó que «trata a Irlanda del Norte de una manera diferente al resto del Reino Unido», lo que pone en peligro su vínculo con Gran Bretaña en el futuro.

Por su parte, el líder laborista, Jeremy Corbyn, instó a May a buscar «un plan B». «Este acuerdo no tiene el apoyo de esta Cámara o del país en su conjunto. En vez de amenazar a la Cámara con el escenario de una salida sin acuerdo, la primera ministra necesita preparar un plan B, algo que sus predecesores no hicieron», señaló Corbyn.

A su juicio, el Ejecutivo podría renegociar un pacto «razonable» que pueda reunir el apoyo de los diputados y que se base «en la permanencia en la unión aduanera y en una fuerte permanencia en el mercado común, que proteja los derechos de los trabajadores y los estándares medioambientales».

Según el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, a pesar de estos posicionamientos públicos «muchas cosas pueden cambiar aún» antes de la votación.

May confía en convencer al menos a los diputados de su partido con el temor a que la mitad de ellos perderían sus escaños en unas elecciones que seguirían al rechazo del acuerdo.

También se ha lanzado a una campaña para convencer a los ciudadanos. Tras la «carta a la nación» publicada el domingo, prevé visitas a Gales, Escocia y el norte de Irlanda esta semana, y estudia la posibilidad de un debate televisado en el que los grupos de oposición ya han pedido participar.

 

Las tribus de Westminster: favorables y contrarios al acuerdo de Brexit

May ha ganado una batalla pero no la guerra. A continuación, un adelanto de las posiciones de los 650 diputados de la Cámara de loos Comunes.

LOS PRO-ACUERDO

Los fieles a May: La mayoría de los 315 diputados tories, Pragmáticos, sean eurófilos moderados o pro-Brexit, temen un no acuerdo. Pero algunos muestran dudas.

Los electrones libres: Entre el eurófilo Partido Liberal-Demócrata, que defiende otro referéndum, y los laboristas, divididos, hay diputados que romperán la disciplina de voto y lo harán a favor del acuerdo.

LOS CONTRARIOS

European Research Group (ERG): Cuenta con entre 60 y 85 diputados tories ferozmente opuestos al acuerdo. Defienden un Acuerdo de Libre Comercio como el firmado por Canadá con la UE o, en su defecto, una salida brutal sin acuerdo.

Los laboristas: La mayoría de los 257 diputados son proeuropeos y seguirán, en principio, la linea del partido de votar en contra y forzar elecciones o incluso un nuevo referéndum. Esto último no entusiasma a su líder, Corbyn.

El escocés SNP: Con 35 diputados, es el tercer grupo más importante de Westminster.

El DUP: Sus 10 diputados garantizaban la mayoría absoluta de May pero votarán en contra por el backstop con el resto de Irlanda.

Conservadores pro-UE: Son una docena de tories contrarios al Brexit y defienden un segundo referéndum. Incluyen a algunos ministros.

LOS INDECISOS

Un pequeño grupo de diputados laboristas defiende desde el principio el Brexit. Podrían bien votar a favor del acuerdo o en contra, defendiendo una salida sin acuerdo.

 

MAYK ETXEAN DU BENETAKO LAN ZAILA

Europar Batasunarekin akordio bat adostea zaila izan bada, benetako lana du aurrean Theresa May lehen ministro britainiarrak. Atzo bere ministroekin bildu ondoren, Parlamentuan hitz egin zuen. Mezu bakarra: ez dagoela akordio hobea lortzerik eta bere aurka bozkatzeak egonezina baino ez duela sortuko. Hala ere, zaila du Mayk diputatuek amore ematea lortzea, beheko testuan irakur daitekeenez. Kontua, ordea, hau da: Mayk zeozer du eskuetan. Bere aurkariek ez dute ezer.