Poco antes de que Donald Trump engalanara el Despacho Oval con hornamentos brillantes y dorados, Greg Graffin, cofundador y vocalista de la banda de punk rock californiana Bad Religion, advirtió que «durante el mandato de Obama, todos los republicanos le acusaron de no hacer nada. Espérate hasta que veamos lo poco que va a hacer este tipo». Dos años después, la aptitud y actuaciones del mandatario y magnate estadounidense han provocado una contundente respuesta sonora de Bad Religion con la publicación de su decimoséptimo álbum de estudio, titulado ‘Age of Unreason’.

‘Age of Unreason’ ha sido definido como un trabajo conceptual que, por primera vez, gira en torno al panorama político norteamericano tras la elección de Trump. Brett Gurewitz, guitarrista de esta banda referencial, fue el encargado de dar a conocer esta noticia a través de un comunicado en el que afirma que «hoy, valores como la verdad, la libertad, la igualdad, la tolerancia y la ciencia están en verdadero peligro. Este álbum es nuestra respuesta».

A modo de adelanto, Bad Religion ha difundido a través de las redes sociales el primer avance de este esperado trabajo que saldrá a la venta el próximo 3 de mayo, la canción ‘Chaos From Within’. Está previsto que la banda californiana actue en Euskal Herria el próximo 18 de mayo en el Iradier Arena de Gasteiz.

Una banda referencial

Fundada en 1979 en el sur de California por Greg Graffin (voz), Jay Bentley (bajo), Jay Ziskrout (batería) y Brett Gurewitz (guitarra), Bad Religion siempre ha sido señalada como la banda que abrió nuevas vías para el resurgimiento del punk rock y haber sido fuente de influencia para un buen número de músicos de punk y rock.

A lo largo de sus 40 años de existencia, el grupo ha vivido diferentes movimientos dentro de su formación siendo Graffin –quien además de músico y vocalista es profesor de ciencias en la Universidad de California de Los Angeles– el único miembro que ha permanecido siempre; no obstante, la banda cuenta en la actualidad con tres de sus miembros originales: Greg Graffin, Brett Gurewitz y Jay Bentley.

Joan Luna, crítico musical de la publicación ‘Mondo Sonoro’, señala a NAIZ en relación a ‘Age of Unreason’ que «no creo que musicalmente suponga nada especial en la carrera de Bad Religion, pero sí que es cierto que la coyuntura actual en Estados Unidos le da mayor sentido a las canciones de un grupo que siempre ha tenido un discurso político. El hecho de que, ahora mismo, Trump esté al otro lado de sus ataques sirve para darle mayor legitimidad a las críticas del grupo. También supone la demostración de que hay vida en el punk rock pasados los cincuenta».

«Es cierto que Bad Religion son, a su manera, unos dinosaurios del rock –añade Luna–, pero eso no significa que deban dar su brazo a torcer. Como decía al principio, estilísticamente no aporta demasiado porque hace ya muchísimo que Bad Religion dejaron de experimentar con su música, pero el simple hecho de que una banda de sus características continúe contando con muchos seguidores y que no tire la toalla ya me parece mucho en estos tiempos en los que no son precisamente las guitarras las mayores protagonistas del momento musical actual».

Influencia en hardcore melódico

En cuanto lo que supone una banda como Bad Religion, Luna señala que «es uno de los más importantes grupos de la historia del hardcore melódico, una influencia fundamental para cualquier banda que haya practicado el género. Son una verdadera máquina de hacer melodías coreables y, tras casi cuarenta años de carrera, mantienen parte de su eficacia incluso en los nuevos trabajos (a la manera de, por ejemplo, en su género AC/DC). Es decir, los últimos discos de Bad Religion no aportan demasiado a lo ya expuesto durante la primera mitad de su trayectoria, pero nunca suponen una gran decepción».

En cuanto a sus discos más referenciales, el crítico musical de ‘Mondo Sonoro’ nos revela que «hay muchos. Entre los míos están dos de sus discos fundamentales, ‘No Control’ (1989) y ‘Against The Grain’ (1990), pero también me encantan otros como ‘Generator’ (1992) y ‘Stranger Than Fiction’ (1994)».