El Gobierno tory de Theresa May someterá hoy a votación, por tercera vez, el acuerdo para el Brexit alcanzado en noviembre por Londres y Bruselas, pero en esta ocasión los diputados solo se pronunciarán sobre el tratado de salida, que fija los términos del divorcio, pero no sobre la declaración política de la futura relación bilateral que lleva asociada. Ambos han sido rechazados en dos ocasiones. Esta estrategia permitió que el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, diera luz verde, tras haber advertido de que los parlamentarios no podrían pronunciarse una tercera vez sobre la misma moción.

En caso de lograr el respaldo parlamentario, Reino Unido evitaría el fantasma de una ruptura abrupta el 12 de abril y retrasaría la fecha de salida hasta el 22 de mayo, según el calendario marcado los líderes europeos.

En ese tiempo, Londres todavía debería ratificar el paquete completo de documentos que permitirían un Brexit negociado, entre los que se incluye el texto que detalla las líneas básicas del modelo de relación entre Londres y Bruselas.

El tratado de salida incluye algunos de los aspectos más controvertidos de la negociación: la factura de salida, los futuros derechos de los ciudadanos y el mecanismo de salvaguarda para evitar una frontera en la isla irlandesa, que garantizaría que no existan limitaciones de movimientos entre el norte y sur de Irlanda, como establece el Acuerdo de Viernes Santo.

Unionistas y euroescépticos

Esta salvaguarda es el principal motivo por el que el unionista norirlandés DUP, cuyos diez diputados son clave para que May tenga mayoría en los Comunes, insiste en mantener su rechazo, sin importarle sacrificar el proceso político irlandés para asegurar su permanencia dentro de Reino Unido.

May se enfrenta, además, a la oposición de un grupo de tories euroescépticos, lo que le llevó a ofrecer su dimisión antes de que se inicie la segunda fase de las negociaciones con Bruselas a cambio de apoyos. Según una fuente del Grupo de Investigación Europeo, una corriente pro-Brexit dentro del Partido Conservador, entre 20 y 30 diputados siguen resistiéndose.

Ofrecer su dimisión no le ha servido a May para conseguir el apoyo del DUP, que no ha cedido y ha anunciado su voto en contra a pesar de la petición personal realizada por la premier a su líder, Arlene Foster. Aunque sí para lograr el respaldo de al menos 20 tories euroescépticos, incluidos los de Boris Johnson y Iain Duncan Smith.

Pero los números siguen sin cuadrar, por lo que el Gobierno puede intentar persuadir a diputados laboristas comprometiéndose a reescribir en colaboración con el resto de partidos los términos de la futura relación comercial, ya que una de las principales demandas del Partido Laborista es establecer una unión aduanera con la Unión Europea.

El portavoz laborista del Brexit, Keir Starmer, adelantó ayer que su formación no respaldará el acuerdo de salida, al considerar que no se puede separar este de la declaración política. Sin embargo, aunque esa sea la postura oficial de la formación liderada por Jeremy Corbyn, cabe la posibilidad de que un número de laboristas rebeldes se decante por votar a favor.

May necesita 320 votos y solo cuenta con alrededor de 270 apoyos declarados públicamente por conservadores, independientes y laboristas. Necesita los votos de al menos 303 de los 313 tories y los 10 unionistas, además de los siete laboristas e independientes que ya la han respaldado.

Ocho «noes» a las propuestas alternativas de los Comunes

Nuevo referéndum

295 votos en contra y 268 votos a favor de no implementar una salida sin ratificación en referéndum.

UNIÓN ADUANERA

272 votos en contra y 264 votos a favor. Margen de 8 votos. Unión aduanera «permanente y amplia» con la UE), lo que evitaría la excepción irlandesa.

PLAN LABORISTA

307 votos en contra y 237 votos a favor. Defendía una unión aduanera con Bruselas, así como una «estrecha alineación» con el mercado único de la UE.

MERCADO COMÚN 2.0

283 votos en contra y188 votos a favor. También conocido como «Noruega Plus», propone recrear la relación económica que tenía Gran Bretaña con la CEE en la década de 1970 y 1980.

CANCELAR EL BREXIT

293 votos en contra y 184 a favor. Margen de 109 votos. Llamaba a revocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa si el Parlamento no llega a ratificar un acuerdo de salida.

«NO DEAL» EL 12 DE ABRIL

422 votos en contra y 139 votos a favor.

BREXIT CON TLC

422 votos en contra y 139 votos a favor. Proponía salir sin acuerdo y negociar un tratado comercial temporal con la UE.

Mercado único

377 votos en contra y solo 65 votos a favor.