El ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, cuyo mandato al frente de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acaba de ser prolongado hasta 2022, fue recibido ayer en la Casa Blanca en víspera de que los ministros de Exteriores de los 29 estados que integran el bloque militar se reúnan hoy y mañana en Washington para soplar las 70 velitas de su aniversario. El resurgimiento del poder ruso, incluida su presencia militar en Venezuela, será el tema central de la cita de la OTAN en un contexto internacional que se asemeja a tiempos de la Guerra Fría.

Pero si contener a Rusia es un objetivo común para la OTAN, su dinámica interna no lo es, con el presidente de EEUU, Donald Trump, sugiriendo de manera constante que sus aliados se aprovechan de EEUU y deberían contribuir más a la defensa común para compartir mejor la carga que eso supone.

Desde que llegó al poder en 2017, Trump parece cuestionar la utilidad de la Alianza y no deja de reprender a sus socios, a quienes insta a alcanzar el objetivo del 2% del PIB para Defensa. Pero ayer, antes de recibir a Stoltenberg se felicitó por el «disparado» gasto militar de sus aliados, aunque insistió en acusar a Alemania de no destinar a la OTAN «lo que le corresponde».

Admitió que, en general, sus socios están «poniéndose al día» y señaló que «desde que asumí el cargo (el gasto militar de sus socios) ha aumentado». «Si miramos quince años atrás, esta situación era una montaña rusa que iba para abajo, pero desde que yo asumí la Presidencia esto es un cohete que va para arriba», se jactó, pero volvió a quejarse de que «nosotros pagamos gran parte de la OTAN, que básicamente se dedica a proteger a Europa», lo que calificó de «muy injusto».

Debates agotados

El jefe de la diplomacia de EEUU, Mike Pompeo, defendió la postura de Washington al afirmar que se trata de «asegurar que la OTAN esté presente los próximos 70 años» y apuntó a Alemania, que prevé destinar a Defensa menos del 2%.

Haciéndose eco de esas demandas, Stoltenberg manifestó en Bruselas, antes de volar hacia Washington, que esperaba que «Alemania respete el compromiso asumido con todos los otros aliados de la OTAN».

Pero el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, pese a reconocer que Europa debería «hacer más» por su seguridad, parece considerar suficiente el esfuerzo de Berlín. «Los debates públicos sobre el reparto de la carga dentro de la OTAN» se han agotado y «causan incertidumbre en momentos en que Rusia está siempre poniendo a prueba nuestra unidad», afirmó en una conferencia en Nueva York.

En referencia a Rusia, Mike Pompeo, que recibirá a sus homólogos para unos fastos más bien modestos en comparación con los llevados a cabo en el 50 aniversario de la OTAN, señaló en una comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos que espera que los aliados puedan «anunciar otra serie de acciones comunes para contrarrestar lo que Rusia está haciendo en Crimea», anexada en 2014 por Moscú.