Este colectivo, fundado por los movimientos sociales Dendartean, Ondare-SS, Uliako Auzo Elkartea, Bizilagunekin, Belartza 2 Gelditu, Satorralaia y Haritzalde, ha puesto de relieve «la alarma y descontento social generado por la reciente multiplicación de actuaciones de urbanísticas», que se utilizan «como moneda de cambio en la financiación municipal» pero que suponen «un ataque continuado a la identidad, patrimonio arquitectónico, natural, sociocultural y al pequeño comercio de Donostia».
Entre estas «actuaciones» se cita «la pasante del metro, la tramitación municipal para de creación de grandes macro superficies comerciales y un macro parque de multinacionales en Añorga, la destrucción y artificialización de suelo natural, la reciente tala incesante de arbolado en la ciudad, el proyecto de urbanización de los viveros de Ulia, la desprotección y derribo continuado de inmuebles característicos y singulares o la incesante apertura de hoteles para la turistificación masiva».
Donostia Defendatuz entiende que son solo ejemplos de «un problema endémico y no puntual», fruto de unas políticas que «de manera sistemática favorecen a grandes intereses económicos como promotores, grandes superficies y cadenas, por medio de las cuales el Ayuntamiento de Donostia consigue financiación de sus arcas».
Como resultado, este colectivo subraya que la capital guipuzcoana ofrece cada vez más «un modelo de ciudad para el negocio de grandes empresas y turismo masificado, en lugar de una ciudad para vivir, contra el interés general de los donostiarras».