Desastre de connotaciones bíblicas para el Barcelona y jornada épica para el Liverpool. En la final de Madrid estará el equipo inglés que ha sido quien, a pesar de sus importantes bajas, ha puesto el fútbol, las ganas y el tesón.
El Barcelona ha sido una calamidad desde el inicio con unos jugadores apáticos y un entrenador que ha vuelto a dejar que se impusieran sus miedos. Tantas medidas de seguridad han vuelto a dejarle sin título continental.
De salida, Valverde ha apostado por el equipo que más le gusta con Vidal en lugar de Arthur y Coutinho por Dembélé –éste lesionado–, porque los elegidos defienden algo más que los otros dos. Por su parte, Klopp bastante ha tenido con poder recurrir a Mané arriba y a Van Dijk abajo.
Dado por eliminado de antemano, el Liverpool ha salido desbocado, a la heróica, empujado por una grada enfervorecida. La entente equipo-afición ha dado sus frutos y, tras enorme error conjunto de la defensa del Barcelona, los locales se han adelantado en el minuto 6 por medición de Origi. Había eliminatoria.
¿Seguro que la había? Pues sí, sí la ha habido. La emoción ha durado primero hasta el descanso y el cuarto de hora para pensar no le ha servido a la defensa del Barcelona para dejar la caraja en la taquilla y a la delantera para dejar de regalar fallos.
Así, Wijnaldum en dos minutos, han igualado las semifinales y han sembrado el pánico en las filas culés. También en Valverde, que ha corrido a apretar más el culo atrás dando entrada a Semedo y sacar a Coutinho. ¡Vaya negocio que hizo el Barcelona con Coutinho!
Pero el Liverpool ya estaba desatado, corría cuesta abajo y sin frenos. Para colmo, en un despiste colosal de todo el equipo barcelonista, Origi ha marcado a la salida de un córner en el que ningún jugador culé mirando el balón. Ruina para el Barcelona y épica para el Liverpool en Anfield Road.
Mañana, la otra semifinal
Mañana, a las 21:00, se jugará en el Johan Cruyff Arena de Ámsterdam el partido de vuelta de la otra semifinal, la que enfrentará al Ajax y al Tottenham Hotspur, un partido que viene condicionado por la victoria 0-1 en la ida de los holandeses en el campo londinense.