Turquía intervendrá próximamente en Rojava, el noreste de Siria, ha anunciado hoy el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, una más de las advertencias que lanza desde hace más de dos años al respecto, pero que parece cobrar fuerza ante el estancamiento de las conversaciones entre Washington y Ankara para crear una «zona segura» en el noreste de Siria, un área controlada por las milicias kurdas YPG.

Las YPG fueron la punta de lanza en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) en Siria, en la que contó con el apoyo de EEUU, del que fueron su principal aliado en el país árabe.

Tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de una retirada planificada de la región, EEUU y Turquía acordaron la creación de dicha «zona segura» en Rojava, a lo largo de su frontera noreste con Turquía. Una zona que quedaría libre de milicias kurdas.

La operación anunciada por Ankara se entiende como fruto de la frustración de Erdogan por la falta de iniciativa de sus aliados para actuar contra las Unidades de Protección Popular (YPG), punto de desencuentro entre Turquía y EEUU.

«Nuestra paciencia tiene un límite»

«Nuestra paciencia tiene un límite», declarado el presidente turco en un mitin recogido por la cadena TRT, en que que ha señalado que su país «ya no puede permanecer en silencio» ante lo que calificó de «acoso» en la zona.

Erdogan, que exige a Washington que rompa ahora sus relaciones con las YPG, ha dicho que Rusia y EEUU ya están informados de sus intenciones.

«Cualquiera sea el resultado de las conversaciones con Estados Unidos sobre la 'zona segura', arrasaremos el este del río Eufrates, ha manifestado Erdogan durante una reunión con los jefes provinciales de su partido gobernante Justicia y Desarrollo (AKP) en la sede de Ankara, según Ahval News.

Erdogan ya anunció esta operación militar a principios de este año, pero fue suspendida. De realizarse, sería la tercera incursión turca en Siria en los últimos años, pues ya tuvieron lugar otras dos operaciones en la misma zona tanto en 2016 como en 2018.