«Nos estamos acercando. Ellos quieren un acuerdo y veremos si llegamos, pero estamos cerca», ha respondido Trump a una pregunta sobre este espinoso tema. No en vano el presidente estadounidense criticó en el avión que le llevaba a la cumbre del G7 la iniciativa de su homólogo francés, Emmanuel Macron, y le amenazó con un incremento de las tasas aduaneras al vino francés «como nunca se ha visto».

No obstante, el propio Trump reconoció que «no soy precisamente fan de estas compañías», aunque insistió en que «son americanas».

Adoptada definitivamente el 11 de julio por el Parlamento francés, la tasa GAFA (acrónimo que designa a los gigantes Google, Amazon, Facebook y Apple), instauró un impuesto a las grandes compañías tecnológicas pero no como hasta ahora sobre el beneficio, a menudo declarado en países con muy baja fiscalizad como Irlanda, sino sobre la cifra de negocios, en espera de una armonización de las reglas a nivel de la OCDE.

El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ha recibido hoy en su mansión de Senpere a su homólogo del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, para negociar este dossier.

Trump recula sobre Irán

El presidente estadounidense ha asegurado que Macron le consultó previamente sobre la invitación al ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, para viajar a Biarritz y que le dio su placet, en un signo en el que algunos ven un giro de Trump sobre la cuestión iraní aunque bien podría explicarse como una finta dialéctica para no quedar en evidencia ante el golpe de efecto del anfitrión de la cumbre.

Macron «me pidió mi aprobación. No lo considero en absoluto una falta de respeto. Le dije que si quería hacerlo, adelante, no hace falta que pidas mi aprobación», ha asegurado Trump, quien ha recalcado que «estaba al tanto de lo que hacía» el presidente francés, con el que tiene «una gran relación».

El presidente estadounidense ha justificado su negativa a recibir a Zarif porque «yo no quería reunirme ahora» con el Gobierno iraní, debido a que es «demasiado pronto» en el proceso diplomático de discusiones para intentar rescatar el acuerdo nuclear internacional con Irán que el propio Trump ha hecho desencarrilar.
En unas declaraciones junto con el «nuevo faraón» egipcio, Abdelfatah al-Sissi, con el que se ha reunido hoy al margen de la cumbre del G7, Trump ha subrayado que Irán «es un país especial» que «tiene un gran potencial», pero «tiene que abandonar el terrorismo».

«No buscamos un cambio de régimen» en Teherán y «queremos que Irán sea otra vez un país rico», pero «que no sea nuclear», ha insistido el magnate, quien exige un nuevo acuerdo nuclear todavía más exigente y con más condiciones a Irán.