Dabid Lazkanoiturburu

La oposición británica, privada de su «ruta legislativa», resiste hasta en los tribunales

La oposición busca desesperadamente la forma de afrontar los planes de los defensores a ultranza del Brexit tras el golpe parlamentario del Gobierno británico.

Johnson y el speaker Bercow, frente a frente en una foto de archivo. (JESSICA TAYLOR | AFP)
Johnson y el speaker Bercow, frente a frente en una foto de archivo. (JESSICA TAYLOR | AFP)

Horas después del anuncio de Johnson, una petición ciudadana que reclama aplazar la suspensión parlamentaria había recabado ya 350.000 firmas, por encima del umbral que obliga a la Cámara de los Comunes a debatirla durante un pleno. La petición, publicada en la página web oficial, señala que «el Parlamento no debe ser suspendido o disuelto hasta que el periodo de (transición del) Artículo 50 se haya extendido suficientemente o se haya cancelado la intención de salir de la UE»

El líder laborista, Jeremy Corbyn, ha adelantado que presentará una ley para evitar la suspensión cuando el Parlamento retome sus sesiones la próxima semana y que habrá una moción de confianza «en algún momento». Corbyn aludía así a la reunión de la oposición del pasado martes en la que se vio forzado a dar marcha atrás en su plan de presentar la próxima semana una moción de censura y encabezar un gobierno provisional con el objetivo de retrasar la fecha del Brexit (31 de octubre) y convocar elecciones.


Corbyn logró solo el apoyo de los nacionalistas escoceses y galeses, condicionado a que permita un segundo referéndum en Escocia. Tanto los liberaldemócratas como los rebeldes tories no ocultaron su prevención contra el líder laborista, por su poco entusiasta europeísmo los primeros, y por reservas ideológics por su socialismo los segundos.


La verdad es que tampoco dan las cifras. La moción de censura precisaría, para salir adelante, del apoyo de una veintena de diputados tories que rechazan un Brexit sin acuerdo pero estos temen perder sus cargos.

De hecho, y tras escribir una carta a 116 diputados tories o independientes, incluida la exprimera ministra Theresa May, para ofrecerles trabajar juntos, Corbyn  había invitado a cinco de ellos a la reunión opositora del martes pero ninguno de ellos acudió a la cita.

Otro de los escollos del plan de Corbyn estriba en que una extensión de la prórroga del Brexit dependería en todo caso de Bruselas.


Sin olvidar que se calcula que hay una quincena de diputados laboristas que votaron leave y que podrían girar su voto a favor de que se cumpla el mandato popular del Brexit.


La oposición decidió priorizar la estrategia parlamentaria de arrebatar al Gobierno la prerrogativa consuetudinaria de fijar el orden del día y, a traves de la llamada Orden Permanente 24, forzar debates de emergencia en Westminster.

Ya lo hicieron en primavera e impusieron a May, y ganaron, la votación de un proyecto de ley que cerraba la vía a una salida abrupta de la UE. Esta «ruta legislativa» ha sido dinamitada por el golpe parlamentario de Johnson.

Todo apunta a que su último recurso serán los tribunales. El Tribunal de Sesiones de Edimburgo decidirá entre  mañana y pasado, un recurso preventivo interpuesto en agosto por 75 diputados opositores