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BRUSELAS

Lagarde promete una gestión del BCE más accesible a la ciudadanía

En su transición desde la dirección del Fondo Monetario Internacional a la del Banco Central Europeo, Christine Lagarde tuvo que pasar ayer por el Parlamento Europeo, donde presentó las líneas generales que quiere desarrollar desde la entidad emisora del euro y prometió mayor transparencia. La exministra francesa defendió la política monetaria implementada por Mario Draghi y abogó por una comunicación más fluida con el gran público.

A la hora de redoblar sus esfuerzos para sostener la economía, el Banco Central Europeo debe clarificar su política y hacerla más accesible para la ciudadanía. Así lo indicó la futura presidenta de la institución, Christine Lagarde, cuyo mandato de ocho años comenzará el próximo 1 de noviembre, en la comparecencia que realizó ayer ante el Parlamento Europeo.

«El BCE tiene que escuchar y entender a los mercados, pero también a la gente», dijo la política francesa, quien abogó por mejorar la comunicación de la institución. «Es imperativo desempolvar el lenguaje y evitar un exceso de jerga tecnocrática para permitir que los ciudadanos, consumidores y personas que no son necesariamente expertas en política monetaria entiendan para qué se utiliza el BCE», añadió la todavía directora gerente del Fondo Monetario Internacional.

En este capítulo, repasó la labor que queda por hacer en la eurozona; en particular, completar la unión bancaria y la unión de mercados de capitales, y una mejor coordinación de las políticas fiscales como medio para responder ante futuras crisis. A este respecto, comentó que los países todavía pueden aplicarse el mantra de «arreglar el tejado mientras brille el sol» pero advirtió de que, si bien algunos no tienen espacio fiscal para ello, otros sí pueden adoptar políticas favorables al crecimiento, algo que Bruselas viene reclamando, sobre todo a Alemania y Países Bajos.

La herencia de Draghi

A sus 63 años, la exministra francesa de Economía sucederá al frente del BCE al italiano Mario Draghi, que el martes cumplió 72 años, quien ha dejado su impronta en la institución de Frankfurt en su lucha por salvar a la moneda única y al intentar estimular la inflación, sin que esta visión global haya calado entre el gran público, tal como destacó la agencia AFP.

Durante esta etapa, el BCE también ha sido ampliamente criticado, en particular en Alemania, donde muchos cargos electos y expertos consideran que se ha excedido en sus competencias al sostener las finanzas de Estados en dificultades y expoliar a los ahorradores al bajar las tasas de interés a su mínimo histórico.

Como ejemplo de ello, el consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, se mostró ayer muy crítico respecto a un posible recorte adicional de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo en su reunión del 12 de setiembre, advirtiendo de que el impacto potencial de esa medida en la economía sería marginal a costa de importantes efectos secundarios en la sociedad.

«A largo plazo, estos bajos tipos de interés arruinan el sistema financiero», afirmó Sewing durante su intervención en un evento bancario organizado por “Handelsblatt”, diario económica alemán, en Frankfurt.

El máximo ejecutivo del mayor banco de Alemania defendió que los bancos centrales apenas cuentan con recursos para amortiguar eficazmente una crisis económica, por lo que se mostró partidario de un programa de inversiones por parte del Gobierno de su país dirigido a impulsar la tecnología, la investigación, la educación y las redes de datos para establecer las bases del crecimiento futuro.

Volviendo a la Eurocámara, Lagarde, a la que dispararon una batería de cuestiones sobre política monetaria, se abstuvo de comentar las posibles medidas que podría presentar la próxima semana Draghi.

Como ya dejó escrito en un documento que entregó a la Eurocámara el pasado jueves, la candidata a dirigir el BCE reiteró que Draghi tenía razón al querer mantener una postura monetaria generosa, aunque la entidad no haya sido capaz durante años de alcanzar su objetivo de inflación ligeramente inferior al 2%.

Prudentemente, se limitó a estimar que el banco emisor del euro, como otros grandes bancos centrales, en el futuro tendrá que «clarificar el marco de su misión», especificar sus objetivos y «realizar un análisis costes-beneficios» de los instrumentos puestos en marcha para lograr esos objetivos.

Trámite superado

Tras una audiencia de casi tres horas, los eurodiputados dieron su visto bueno al nombramiento de Lagarde como presidenta el BCE, con 37 votos a favor, 11 en contra y 4 abstenciones en una votación no vinculante de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara.

Aunque tanto el Parlamento como el propio BCE deben pronunciarse sobre los nombramientos de los miembros del directorio ejecutivo de la entidad, su apoyo no es imprescindible para que asuman el cargo quienes hayan sido designados por los Estados miembros.

Lagarde fue designada para el cargo el pasado mes de julio por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.