Daniel GALVALIZI
MADRID

Nobel de la Paz superviviente de Hiroshima pide al Estado español firmar tratado antinuclear

La japonesa Setsuko Thurlow ha dicho este miércoles en el Congreso que «excusarse sin más» en que no se puede suscribir el Tratado de Prohibición aprobado en la ONU en 2017 porque se es miembro de la OTAN «no basta». Y ha pedido al Gobierno que «responda a la voluntad de los votantes» porque la mayoría «apoya el desarme nuclear».

Setsuko Thurlow, en el Congreso. (D.G.)
Setsuko Thurlow, en el Congreso. (D.G.)

A esta japonesa de 88 años parece no pesarle la intensa agenda que viene desarrollando hace dos semanas entre Barcelona y Madrid. Este miércoles ha sido recibida por una delegación del Ministerio de Asuntos Exteriores y luego ha ofrecido una conferencia en una de las salas del Congreso de los Diputados. Pero Setsuko Thurlow (Nakamura es su apellido de soltera), ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2017 junto al resto de los miembros de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), siente que tiene en sus espaldas una misión que trasciende el cansancio.

Convocada por el grupo confederal Unidas Podemos, Thurlow responde preguntas aclarando no ser una «experta en relaciones internacionales» sino «una víctima de la guerra nuclear». Nació en un suburbio de Hiroshima y estaba allí cuando en 1945 una bomba atómica lanzada por Estados Unidos arrasó decenas de miles de vidas y toda una ciudad.

Ella es una de las referentes de la ICAN, una coalición de 400 ONGs de 100 países que recibió el Nobel de la Paz por haber impulsado el texto del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares aprobado en julio de 2017 en Naciones Unidas, con 122 votos a favor y la abstención de más de un tercio de los Estados miembros, entre ellos las nueve potencias nucleares y todos los miembros de la OTAN. Sin embargo, el tratado aún no está en vigor porque hace falta que 50 países completen su proceso de ratificación (hasta ahora sólo lo han hecho 35). El ICAN está esperando llegar a ese medio centenar.

Reclamo al Estado
La diputada de Unidas Podemos por Valencia Roser Maestro ha recordado al presentar a Setsuko Thurlow que ninguno de los países que apoyan el tratado es poseedor del arma nuclear y ha lamentado que a día de hoy «España tampoco ha sido uno de los firmantes».

Durante su relato, Thurlow ha criticado que a pesar de la barbarie de Hiroshima y Nagasaki continúen las pruebas nucleares en otras partes del mundo «gastando billones de dólares, un desperdicio de recursos que debería dedicarse a la educación y a mejorar la sanidad».

«Es totalmente inaceptable como acción humana porque lo he visto en mis ojos; cientos de miles de personas fundiéndose, susurrando por agua sin poder recibirla. Esto no es humano”, ha recalcado. «Espero que las personas en España se tomen esto muy en serio y vean qué es lo se debe hacer como seres humanos», ha añadido.

Preguntada por NAIZ sobre qué le diría al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, si lo tuviera en frente, con respecto al apoyo al tratado, ha respondido: «Yo sé que España es miembro de la OTAN y entiendo que hay políticos que dicen que al ser miembro de OTAN no se puede firmar este tratado. Pero algunos han hecho el análisis (legal) de que sí es posible».

«Creo que es posible para España firmar el tratado, así que digo que es extremadamente importante que el Gobierno español tome el tiempo para revalorar punto a punto los acuerdos con OTAN y ver cuáles son las obligaciones, si es que las hay, que afecten a los puntos del tratado. Excusarse sin más que no se puede firmar porque se es miembro de la OTAN no basta. Esta es una buena ocasión para revaluarlo», ha enfatizado.

En ese sentido, Thurlow subraya que tiene conocimiento que «la mayoría de los españoles apoyan el desarme nuclear», por lo que «si esto es así, el Gobierno tiene la responsabilidad de responder a la voluntad de los votantes y tomar medidas».

Presente en la sesión, el exdiputado de Podemos Pedro Arrojo ha asegurado que en la reunión de la delegación en el Ministerio de Asuntos Exteriores hubo altos cargos que expresaron que había «restricciones legales» para apoyar el tratado, aunque dijo haber constatado «opiniones diferentes» entre ellos. Además, ha recordado que en el referéndum de 1986 sobre la salida o no de la OTAN a nivel estatal ganó la permanencia con el compromiso que España no será país ni de tránsito ni de posesión de arsenal nuclear.

También se ha anticipado que en Exteriores prometieron «que habrá contacto permanente» con el grupo de la ICAN y que indagarán en el caso de Nueva Zelanda, país que ha apoyado el tratado y que mantiene una alianza militar con Estados Unidos y Alianza similar a la OTAN.

Diputada del PSOE se compromete

Antes de finalizar la conferencia, la diputada del PSOE por Toledo Esther Padilla ha prometido su «compromiso de ir más allá» y trabajar «en esa línea que se está planteando», buscando «sumar apoyos» en el interior del Grupo Socialista aunque admitiendo la dificultad del tema.

El otro ponente ha sido Carlos Umaña, miembro de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW), organismo integrado en la ICAN y también ganador del Nobel de la Paz 2017. Umaña ha pedido recordar que las armas nucleares «no son armas prácticas para atacar objetivos militares, sino para atacar ciudades. Son símbolos utilizados para amenazar e imponerse».

Además, Umaña ha puesto énfasis en que «no existe ninguna obligación contractual de un miembro de la OTAN que impida firmar el tratado de prohibición» impulsado por la ONU hace dos años y medio y ha opinado que «la firma de España contribuiría mucho» como ejemplo al resto de los estados.

En ese sentido, ha recordado que el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos en 2018, tras la moción de censura, incluía en sus puntos la votación de este tratado. «Hasta que España no firme, al menos podría mientras tanto desmarcarse de usos retóricos que favorezcan la (política de) disuasión, como ha hecho el presidente francés Macron recientemente ofreciendo su arsenal nuclear para defender a Europa, o también no apoyando la disuasión en los foros internacionales».

Una historia trágica y tremenda

Setsuko Thurlow siempre quiere relatar su experiencia personal para que sirva de ejemplo de lo que no debe volver a ocurrir. Como lo hizo en Barcelona días pasados, ha trazado un pequeño resumen de lo que vivió en primera persona aquella fatídica mañana de 1945, cuando tenía 13 años y cursaba el octavo grado.

«Fui testigo de cómo mi ciudad de 250.000 habitantes se vio destruida en un instante, cegada por el fogonazo y estallido de los edificios, y se vio contaminada por la irradiación de la bomba. Las personas en las calles estaban carbonizadas. Yo fui lanzada al aire a causa del estallido y todavía puedo sentir la sensación de flotar en el aire. Cuando recuperé la conciencia me encontré atrapada bajo el edificio que se había hundido encima mío, incapaz de moverme. Sabía que me estaba enfrentando a la muerte y empecé a escuchar a mis compañeras que pedían por dios y sus madres», explica.

Thurlow -residente en Canadá desde 1955- recuerda que tras el desastre nuclear «todas tus cosas de la vida cotidiana desaparecen de golpe». «Los efectos de aquella bomba siguen sintiéndose al día de hoy. Pero en lugar de quedarnos lamentándonos, y mantener el odio y deseo de venganza, los supervivientes sacamos la conclusión de que el mejor modo en que podíamos utilizar nuestra experiencia terrorífica era actuando como testigos para el mundo. Hablar del horror y del peligro de las armas nucleares».

Mientras, Umaña ha pedido tener en cuenta que las dos mayores amenazas existenciales actualmente son «la crisis climática y la guerra nuclear» y afirma que esta segunda no es tan lejana por tres motivos: el calentamiento global puede potenciar conflictos regionales que deriven en el uso del arsenal atómico, el nivel de crispación de la retórica política y los sistemas que controlan las 1.600 ojivas nucleares existentes, ya que todo ello es vulnerable al error humano, a un accidente o a ciberataques.

Thurlow consideró que »no se puede dejar esta decisión sobre el destino del arsenal nuclear sólo a los políticos, porque mientras se viva en democracia, cada uno tiene la responsabilidad de averiguar en qué mundo vive». Y ha concluido: «Algunos siguen hablando de gastar más dinero en prepararse para luchar una guerra nuclear. Es insano...yo me pregunto si estas personas que toman las decisiones...qué tipo de humanidad tienen».