Maite Ubiria

Algunos electos sí toman nota ahora del éxodo de parisinos hacia localidades vascas

Era un secreto a voces, y los comentarios en redes sociales, continuos. Sin embargo, hasta ahora los electos no habían dicho nada de las implicaciones de esa estampida de parisinos hacia segundas residencias, preferentemente en el litoral. En Bretaña se ha encendido la voz de alarma y en Ipar Euskal Herria también se destaca ahora ese éxodo consentido.

Una de las localidades labortanas con mayor número de residencias secundarias, Biarritz, vacía por el confinamiento. (Guillaume FAUVEAU)
Una de las localidades labortanas con mayor número de residencias secundarias, Biarritz, vacía por el confinamiento. (Guillaume FAUVEAU)

El diario "Le Telegramme", uno de los más leídos en Bretaña y Normandía, se hacía eco ayer de esa llegada masiva de residentes en la capital francesa hacia localidades costeras.

El rotativo daba cuenta de la preocupación suscitada en Belle-Ile-sur-Mer, localidad en que no se han detectado hasta la fecha casos por Covid-19 debido a ese aumento de residentes «a niveles de temporada de verano».

«Vivimos en un apartamento de 60 metros cuadrados, tenemos dos hijos, y estamos en paro parcial a causa del coronavirus, por lo que para nosotros es más práctico establecernos temporalmente en nuestra segunda residencia, en Sauzon», confesaba una pareja de parisinos.

Personal de la compañía de transporte marítimo Ocean constataba, a su vez, «una afluencia masiva desde el domingo y hasta la entrada en vigor del confinamiento», el martes al mediodía.

Desde el lunes por la mañana era sabido que por la noche Emmanuel Macron anunciaría medidas de aislamiento social. Durante toda esa jornada se dispararon las ventas de billetes de avión y tren en París. Entre los destinos preferidos: Bretaña y Nueva Aquitania  lo que impacta directamente en las costas landesa y vasca). La cifra de desplazamientos se elevaría mucho más en caso de poder contar con datos exhaustivos sobre viajes en vehículos privados.

El mercado lohizundarra, a rebosar

El mercado de Donibane Lohizune era reflejo a principio de semana de esa llegada masiva de visitantes. Tras la entrada en vigor del confiamiento, con normas suplementarias de seguridad , la afluencia de clientes en estos últimos días es bastante más pausada.

Aprovechando las horas previas a la entrada en vigor del confinamiento, los visitantes, procedentes de una zona de alta afección del Covid-19 ( la más castigada es, no obstante, Alsacia), llenaban las calles y los pasillos de la plaza del mercado. Los comerciantes, contentos; los lohizundarras de a pie, un poco más preocupados.

Vincent Bru, exalcalde de Kanbo y diputado macronista, reconoce en declaraciones a France Bleu que «se ha dado un éxodo de la capital a las zonas rurales, y habría que evitar que ello implicara un agravamiento de la crisis sanitaria en zonas hasta ahora poco afectadas».

Bru no apunta a responsabilidades en ese movimiento importante de población cuando ya se sabía del aumento de casos en el Estado francés. Sin embargo, asegura que ha dado cuenta del mismo al secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, exprefecto de Baiona.

Islas que no tienen servicios médicos, llenas de visitantes

Su patrón, Emmanuel Macron, ha consentido ese éxodo, y aunque en sus alocuciones constantes en televisión amonesta a «quienes salen al parque o a pasear sin cumplir el mandato de no salir a la calle», nada dice de esa estampida de capitalinos que disponen de viviendas vacacionales en las que pasar en mejores condiciones el encierro en casa.

Hay casos que claman al cielo. Es el caso de Saint-Martin-de-Ré ( Charante Maritime). Una isla, sin servicio hospitalario propio, y que está inundada de turistas. Las costas y archipélagos bretones no le van a la zaga. El despropósito parece evidente. El «padre de la nación» nada dice de ese trasiego descontrolado. Las redes denuncian «los privilegios de los propietarios».

El senador biarrot Max Brisson evita «entrar en polémicas» en estos momentos de «unidad de combate» contra el coronavirus. Con todo, deja caer que «parece evidente que se podían haber tomado medidas para evitar esos movimientos masivos de ciudadanos».

40.000 viviendas secundarias en Ipar Euskal Herria

Según datos aportados por el colectivo Lur eta Etxebizitza, en 2012 había en Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi 42.000 viviendas secundarias o vacias. En 1968 eran 14.000.

De acuerdo a los informes del Consejo de Desarrollo, cada tres-cuatro años Ipar Euskal Herria gana 10.000 nuevos residentes, lo que dispara la demanda de alojamientos, elevando la tensión inmobiliaria en las zonas de litoral, Baiona y Lapurdi interior. Zuberoa sigue perdiendo habitantes, lo que agudiza los desequilibrios demográficos en el norte del país.

El Plan de Vivienda elaborado por la Mancomunidad Vasca (2018) constata la existencia de 40.430 viviendas secundarias. Según datos de la comisión de vivienda de Euskal Herria Bai en el ránking aparecen Biarritz (41%), Donibane Lohizune (47%), o Getaria (48%).

Con todo, las persianas de no pocas viviendas aparecen inusualmente abiertas en este mes de marzo y pandemia en otras muchas localidades.

El fenómeno es evidente estos días en Ziburu, Urruña-Zokoa, Bidarte, e incluso en municipios algo apartados de la primera línea de playa como en Azkaine, Senpere o Arrangoitze.