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Segunda condena a Kote Cabezudo, en esta ocasión por aportar documentos falsos

El caso Kote Cabezudo, en el que el fotógrafo donostiarra se encuentra procesado por presuntos abusos a modelos, estafa y otros delitos contra la libertad sexual, prosigue su recorrido judicial con una segunda condena, ahora a cinco meses de cárcel y a una multa de 1.500 euros por aportar documentos falsos a la justicia.

Protesta para denunciar los abusos de Kote Cabezudo. (Andoni CANELLADA/FOKU)
Protesta para denunciar los abusos de Kote Cabezudo. (Andoni CANELLADA/FOKU)

Kote Cabezudo ha resultado condenado por segunda vez, en esta oportunidad por el delito de aportar documentación falsa al tribunal, con una pena de cinco meses de prisión y una multa de 1.500 euros. La sentencia, que aún no es firme, se une a otra anterior, ya definitiva, en la que le fueron impuestos dos años y tres meses de cárcel por tratar de «intimidar» a una testigo, colgando en una red social una fotografía suya desnuda.

En esta nueva condena, el Juzgado de lo Penal número 1 de Donostia encuentra a Cabezudo culpable de aportar a los tribunales unos contratos falsificados para simular que una de las modelos era mayor de edad en las sesiones que llevó a cabo con ella.

Según consta en la sentencia, los hechos se produjeron en 2008 y 2009, años en los que el fotógrafo llevó a cabo varias sesiones cuando la chica era menor de edad, si bien para «aparentar» que no lo era «alteró las fechas de dos de los contratos que formalizó» con ella, «haciendo constar» que las imágenes de la joven fueron captadas el 11 de marzo y 20 de agosto de 2010.

Transcurrido el tiempo, cuando el procedimento judicial en su contra ya se encontraba iniciado, Cabezudo aportó a la causa los dos contratos, «conociendo que la fecha consignada en los mismos no era ajustada a la realidad». El tribunal considera acreditado que el fotógrafo donostiarra «alteró un elemento esencial de los contratos celebrados y firmados», un hecho que se integra en «la conducta típica del delito de falsificación en documento mercantil».

Por el momento, el encausado tiene prendientes de juicio otros tres procedimientos, al intentar borrar imágenes de un servidor informático antes de que la Ertzaintza pudiera acceder a ellas como pruebas de la investigación, por no cumplir un mandato judicial que le obligaba a borrar fotos de una de sus víctimas y por mostrar una imagen «de corte erótico» en una red social.