Ramón Sola

Sánchez logra la quinta prórroga apoyándose en Cs y PNV y dando la espalda a ERC

El Gobierno español ha conseguido la autorización del Congreso para prorrogar por quinta vez el estado de alarma, hasta el 7 de junio, por un margen de solo 15 votos, con el apoyo de Ciudadanos y PNV. EH Bildu se ha abstenido tras el compromiso de Sánchez de derogar totalmente la reforma laboral.

Sánchez, en su escaño del Congreso esta mañana. (Andrés BALLESTEROS | AFP)
Sánchez, en su escaño del Congreso esta mañana. (Andrés BALLESTEROS | AFP)

Pedro Sánchez ha logrado sacar adelante la quinta prórroga del estado de alarma, situación que se mantiene desde hace diez semanas y que se prolongará hasta el 7 de junio. Lo ha hecho gracias al acuerdo alcanzado la víspera con Ciudadados –cuya letra pequeña aún no se conoce–, que ayudará a solventar el primer no del PP, sumado al de Vox y a otros nuevos desde el otro extremo del arco político, como Compromís.

La votación se ha saldado a favor del Gobierno con un margen de solo 15 votos. Sánchez ha recabado 177 síes, los del PSOE, Unidas Podemos, Cs, PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe. La formación Compromís, así como Nueva Canarias, se han apeado del respaldo que venían dando hasta ahora al Ejecutivo.

El bloque contrario a la prórroga ha subido considerablemente respecto a anteriores prórrogas debido al voto del PP: 162 noes. Ha habido once abstenciones.

El propósito inicial del presidente español en esta semana era lograr una prórroga de un mes, hasta finales de junio, pero finalmente ha preferido evitarse el riesgo de fracaso, reducirla a dos semanas y sacarla adelante de nuevo con Ciudadanos, que prefiere entrar a negociar los contenidos con el Gobierno español para presentarse como fuerza útil pese a sus diez únicos votos e intentar quitar peso así al independentismo.

En su intervención al inicio de este nuevo pleno del Congreso, Sánchez ha defendido el valor del estado de alarma como fórmula, ha calificado de «formidable» la actitud de la población y ha definido su plan de desescalada como «colaborativo y responsable. El 70% está ya en fase 1 y el tejido social y económico se está poniendo en marcha. Es un plan asimétrico, pero la asimetría no significa desorden, no hay salida en el desorden ni en la división».

Tras recordar la superación del pico de la curva y el más reciente salto en el número de curados sobre el de nuevos infectados, ha alertado de que «vamos a tener que convivir con el virus» y que ello obliga a mantener la alarma. De los resultados preliminares del estudio de seroprevalencia ha destacado la gran diferencia en porcentaje de contagios entre territorios (de hasta diez sobre uno) y el índice de letalidad de en torno al 1%, para concluir de ello que «del estado de alarma se han beneficiado todos los territorios, ha sido efectivo para todos. El camino que hemos recorrido juntos es el único posible».

En la línea de remarcar esa «asimetría», Sánchez ha dicho que esta fase de la alarma será eminentemente descentralizada y ha encomendado para ello al ministro de Sanidad, Salvador Illa, consensuarlo todo con las comunidades autónomas. Frente a quienes insisten en que la alarma ha sido todo un 155, el presidente español ha esgrimido que el Estado «nunca ha sustituido las competencias sanitarias de las comunidades autónomas, solo se les ha reforzado para salud pública, control de la seguridad y de la movilidad». Y ha asegurado a continuación que ganarán peso en las decisiones en las próximas semanas.

En paralelo, Sánchez ha dicho que el mando único se limitará a Sanidad y no a otros ministerios como Interior o Defensa, con lo que las competencias autonómicas no se verán invadidas en estos espacios. «Ya dije que no mantendría poderes excepcionales ni un día más de los necesarios», ha afirmado.

El inquilino de La Moncloa se ha cerrado en banda, eso sí, ante los llamamientos a levantar el estado de alarma y sustituirlo por otro tipo de procedimientos legales. Considera que «esta es una situación excepcional» que requiere «una fórmula excepcional» y no una amalgama de normas. También ha negado que sea ilegal.

Ciudadanos y PNV, los apoyos

Ciudadanos será el socio principal de Sánchez para superar este escollo, ante la paulatina pérdida de apoyos de izquierda. En la tribuna, Edmundo Bal ha explicado que le conceden solo 15 días y no un mes para que vaya rindiendo cuentas. Ha defendido que gracias a su apoyo se beneficiarán los autónomos y otros sectores: «Hacemos la política útil que ustedes no hacen», le ha espetado a ERC, reflejando así que la principal razón de su sí es intentar desbancar a los republicanos catalanes como bastón del Ejecutivo.

Bal ha acabado señalando esto a Sánchez: «No se equivoque, no tiene un nuevo socio, sus socios son estos otros. Lo que tiene en Ciudadanos es un partido de Estado».

Desde el PNV, sin salir a la tribuna siquiera, Aitor Esteban ha valorado positivamente modificaciones como «que ahora la única autoridad con la que haya que lidiar sea el ministro de Sanidad», así como la posibilidad de reapertura educativa, algo que el Gobierno de Lakua había querido acelerar más de la cuenta. Ha presentado incluso como valor a tener en cuenta «que no se plantee recentralizar competencias».

«Puede contar con el voto positivo del PNV para la prolongación del estado de alarma», ha concluido Esteban.

EH Bildu, abstención tras un logro relevante

Desde EH Bildu, Mertxe Aizpurua traía una noticia bajo el brazo. Su grupo está negociando con el Gobierno Sánchez la derogación total de la reforma laboral de hace ocho años, aún pendiente, según ha anunciado en la tribuna: «No deje caer esta oportunidad de hacer algo bueno para todos los trabajadores», ha emplazado al presidente español.

En su agenda de reivindicaciones ha remarcado también el derecho a decidir, para señalar que en esta pandemia la necesidad de autogobierno se ha demostrado muy útil pero «ha sido hurtada». «No necesitamos tutelas, se ha visto que desde el reconocimiento mutuo se puede avanzar, aunque no sé si lo han entendido», ha considerado.

«O la mayoría progresista o la derecha», le ha recordado a Sánchez. «No es momento de vacilar, elija bien», ha concluido.

En su respuesta, Sánchez ha mostrado un compromiso claro con esa derogación total, aunque sin detallar cuándo procederá a ello. Y Aizpurua ha confirmado en su segundo turno que EH Bildu se abstendrá en esta votación de hoy a cambio de esta modificación. Lo ha enmarcado en un compromiso de su formación «no con este gobierno, sino con la ciudadanía». A la tarde pueden conocerse más detalles al respecto.

ERC: «Han escogido a la derecha»

En cuanto al resto, tras un discurso duro muy previsible tanto del Pablo Casado (PP) como de Santiago Abascal (Vox) en contra de la gestión del Gobierno en esta pandemia, ha subido a la tribuna Gabriel Rufián. El voto de ERC era una de las dudas principales de esta sesión y Rufián no ha ocultado su malestar por que el PSOE haya vuelto a alinearse con Cs dando la espalda a la mayoría de la investidura: «Arrimadas no es Merkel, es Cospedal –le ha dicho a Sánchez–. El espíritu de la investidura era poner un dique al fascismo. Pero ustedes prefieren la geometría y han escogido a la derecha».

Para el portavoz de ERC, se constata en este paso que el Gobierno Sánchez no quiere negociar nada con los republicanos. No es la única fuerza que se descuelga, Compromís ha anunciado que tampoco votará sí esta vez. Rufián ha concluido dirigiéndose a Unidas Podemos para alertarle de que si deja que la derecha entre en la esfera de influencia del Gobierno acabarán decayendo también iniciativas suyas como el ingreso mínimo vital.

En la réplica, el presidente español ha indicado tanto a Rufián como Aizpurua que él no ha cambiado de socios y quiere mantener la mayoría de la investidura. Y lo ha remarcado subrayando que hasta el representante de Ciudadanos lo ha apuntado así.

Laura Borràs (JxCat) ha confirmado el no de su grupo, que mantiene la línea de plenos anteriores, con un discurso que ha recordado a Sánchez que va a remolque de las decisiones y planteamientos de Quim Torra en Catalunya, lo que muestra que el independentismo catalán se preocupa por la ciudadanía mientras en España predominan los cálculos politicos. Otro tanto ha hecho Mireia Vehí (CUP), desde una perspectiva que Sánchez ha descalificado como «antisistema».

Joan Baldoví (Compromís) ha reprochado al presidente español que prefiera dar luz verde a las elecciones en la CAV a mejorar la financiación autonómica y con ello la sanidad valenciana. Iñigo Errejón (Más País) ha confirmado el sí –«esta prórroga va a salir gracias a nosotros»– pero haciendo ver a Sánchez que tiene que reconstruir la mayoría de la investidura.