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Una oportunidad para el clima surge de la tragedia

La reducción de las emisiones de gases contaminantes observada durante el confinamiento por la pandemia apenas tendrá efecto sobre el calentamiento global, pero abre una oportunidad para que los gobiernos adopten medidas que sí pueden ser decisivas.

Incluso si se mantuvieran algunas medidas de confinamiento hasta fines de 2021, sin más intervenciones estructurales, las temperaturas globales solo serán aproximadamente un 0,01 grado centígrados (ºC) más bajas de lo esperado para 2030.

Un estudio internacional dirigido por la Universidad de Leeds, en Gran Bretaña, ha advertido de la escasa influencia de esta consecuencia positiva que se observó en el parón de actividad en primavera –la repentina reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y los contaminantes del aire– en frenar el calentamiento global

Pero el estudio, publicado la revista “Nature Climate Change” sí estima que incluir medidas de política climática como parte de un plan de recuperación económica con un fuerte estímulo «verde» podría evitar más de la mitad del calentamiento adicional esperado para 2050 con las políticas actuales.

Esas medidas proporcionarían una posibilidad de que las temperaturas globales se mantengan por debajo del límite de calentamiento global de 1,5°C al que aspira el Acuerdo de París y evitar los impactos severos que traerán las temperaturas más altas.

El investigador Piers Forster comenzó a trabajar con su hija, Harriet, analizando los datos de movilidad global recientemente accesibles de Google y Apple. Calcularon cómo cambiaron 10 diferentes gases de efecto invernadero y contaminantes del aire entre febrero y junio de 2020 en 123 países. Luego acudieron a un equipo más amplio para un análisis detallado.

Los hallazgos del equipo muestran cómo, a pesar de que el dióxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y otras emisiones cayeron entre un 10 y un 30% a nivel mundial durante el confinamiento, solo habrá un impacto mínimo en el clima, principalmente porque la disminución de las emisiones es temporal. Los investigadores también modelaron opciones para la recuperación posterior al bloqueo, lo que demuestra que la situación actual brinda una oportunidad única para implementar un cambio económico estructural que, este sí, podría ayudar a avanzar hacia un futuro más resistente y con cero emisiones netas.

Piers Forster, director del Priestley International Center for Climate e investigador principal del consorcio Constrain, señala que «las decisiones que se tomen ahora podrían darnos una gran posibilidad de evitar 0,3ºC de calentamiento adicional para mediados de siglo, reduciendo a la mitad el calentamiento esperado con las políticas actuales, lo que podría significar la diferencia entre el éxito y el fracaso cuando se trata de evitar un cambio climático peligroso».

Entre las oportunidades para reducir la contaminación del tráfico, el estudio destaca el fomento de los vehículos de bajas emisiones, el transporte público y los carriles para bicicletas. «La mejor calidad del aire tendrá de inmediato importantes efectos en la salud y comenzará a enfriar el clima de inmediato», añade.

Harriet Forster, por su parte, resalta que el artículo «muestra que el efecto real del confinamiento sobre el clima es pequeño. Lo importante a reconocer es que se nos ha dado una enorme oportunidad de impulsar la economía mediante la inversión en industrias ecológicas, y esto puede marcar una gran diferencia en nuestro clima futuro». Igualmente, Corinne Le Quéré, de la Universidad de East Anglia y también coautora del estudio, apunta que «la caída en las emisiones que experimentamos durante el covid-19 es temporal y, por lo tanto, no hará nada para frenar el cambio climático, pero las respuestas del Gobierno podrían ser un punto de inflexión si se enfocan en una recuperación verde, ayudando a evitar impactos severos del cambio climático».

Joeri Rogelj, del Instituto Grantham-Cambio climático y medio ambiente en el Imperial College de Londres, señala que, «a la vez aleccionador y esperanzador, el repentino desplome de las emisiones globales debido a las medidas de bloqueo no tendrá un impacto medible en las temperaturas globales para 2030; pero las decisiones que tomemos este año sobre cómo recuperarnos de esta crisis pueden ponernos en un camino sólido para cumplir con el Acuerdo de París». «De esta tragedia surge una oportunidad, pero a menos que se aproveche, no se excluye una próxima década más contaminante», añade.

Matthew Gidden, de Climate Analytics, en Berlín, apunta que «el efecto duradero sobre el clima no dependerá de lo que suceda durante la crisis, sino de lo que venga después. El estímulo centrado en la recuperación ecológica y la inversión baja en carbono puede proporcionar el impulso económico necesario mientras se orienta al mundo para cumplir las promesas climáticas».