NAIZ

Putin avala a Lukashenko con apoyo a la reforma constitucional y 1.500 millones de dólares

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha regresado de su encuentro en Sochi con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con un claro respaldo político de Moscú, que apuesta por la reforma de la Constitución bielorrusa, y la concesión de un préstamo de 1.500 millones de dólares.

Alexander Lukashenko estrecha la mano de Vladimir Putin. (@KremlinRussia)
Alexander Lukashenko estrecha la mano de Vladimir Putin. (@KremlinRussia)

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha mostrado su apoyo a su homólogo bielorruso, Alexandre Lukashenko, obviando las tensiones entre ambos países previas a las elecciones presidenciales del pasado agosto.

Ambos presidentes se han reunido este lunes en Sochi, donde Putin ha ofrecido su aval a Lukashenko y ha afirmado estar convencido de que podrá resolver la crisis política en su país.

El presidente ruso se ha referido a la reforma constitucional prometida por Lukashenko para salir de la crisis y ha asegurado estar «convencido de que con su experiencia de trabajo político» permitirá a Bielorrusia «alcanzar nuevas fronteras».

Putin ha subrayado que corresponde a Lukashenso solventar el escenario actual, «sin sugerencias ni presiones de fuera» y de forma «tranquila, a través del diálogo». El mandatario ruso ha considerado «lógico y oportuno» el plan de su aliado para reformar la Constitución en Bielorrusia.

Estas buenas palabras se han traducido en el compromiso explícito de que Bielorrusia será el primer país en recibir la vacuna contra el covid-19 que ya ultima Rusia, así como en un préstamo de 1.500 millones de dólares con el que Moscú quiere ayudar a Minsk a solventar «este momento difícil», en palabras de Putin.

El presidente ruso ha recordado que Rusia sigue siendo el mayor inversor en Bielorrusia. La cooperación mutua también se extiende al ámbito militar, un aspecto que generó ciertas suspicacias entre los países occidentales después de que Putin plantease el envío de fuerzas de seguridad a territorio bielorruso.

Lukashenko desdeña las protestas

Lukashenko no ha perdido la oportunidad de dar las gracias a su «amigo» Putin, de quien ha dicho que ha actuado «de forma muy decente y humana» frente a las «teorías de la conspiración» que se estarían gestando, según la agencia oficial BelTA.

Atrás quedan las acusaciones a Moscú de querer «desestabilizar» el país, ante la presión occidental y de las protestas que han hecho que Lukashenko recurra al Kremlin.

El presidente bielorruso ha dicho observar «con una sonrisa» la ola de protestas de estas últimas semanas, defendiendo que el país sigue con su vida normal entre semana y restando importancia a las movilizaciones que suelen producirse los sábados y los domingos.

En este sentido, ha afirmado que por ahora no se han cruzado «líneas rojas», a pesar de que desde que estalló la crisis no ha escatimado críticas contra la oposición política y contra los gobiernos extranjeros que la apoyan.

Lukashenko ha asegurado que esos mismos países «realizan ejercicios cuando quieren», por lo que Moscú y Minsk también tienen derecho a prepararse para «resistir».

«No tenemos que preguntar a nadie si debemos organizar nuestras maniobras militares o no, ha sentenciado, dando por hecho que la colaboración seguirá también durante los próximos años. De hecho hoy mismo, Moscú ha enviado un contingente militar a Bielorrusia para participar en unas maniobras.

La opositora exiliada en Lituana Svetlana Tikhanovskaïa ha lamentado que Putin haya decidido «mantener el diálogo con el usurpador y no con el pueblo bielorruso».