Dabid Lazkanoiturburu

El Nobel de la Paz recae en el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU

Ni la joven activista climática sueca Greta Thunberg, ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) en plena pandemia, ni la libertad de prensa personificada en Reporteros Sin Fronteras. Como el año pasado, el Nobel de la Paz ha sido una sorpresa. El galardonado es el Programa Mundial de Alimentos (PMA), de la ONU.

El PMA, atendiendo a victimas de la guerra en Sudán. (Ashraf SHAZIK | AFP)
El PMA, atendiendo a victimas de la guerra en Sudán. (Ashraf SHAZIK | AFP)

El punto culminante de la temporada del Nobel, el premio de la paz, ha vuelto a hacer gala del secretismo que rodea a sus candidaturas desde hace medio siglo y ha dado otra vez la sorpresa.

Si en la edición de 2019, el premio aguó todas las quinielas y, en una decisión clásica, el galardonado fue el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, por sus esfuerzos en alcanzar la paz con Eritrea, la sorpresa se repite este año y ha recaído en el Programa Mundial de Alimentos por su lucha contra el hambre a nivel mundial.

La agencia de la ONU merece el galardón «por sus esfuerzos para combatir el hambre, por su contribución a mejorar las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos y por actuar como motor de los esfuerzos para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto», ha concedido el Comité Nobel.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) es la organización humanitaria más grande del mundo que se ocupa del hambre y promueve la seguridad alimentaria y en 2019 brindó asistencia a cerca de 100 millones de personas en 88 países.

En un intento de defender la concesión de un premio por la paz a una macro-agencia humanitaria, el comité ha destacado que el PMA se dedica diariamente «a promover la fraternidad de naciones a que se refiere el testamento de Alfred Nobel. ¡Como la agencia especializada más grande de la ONU, es una versión moderna de los congresos por la paz que el premio Nobel de la Paz pretende promover!».

Con esta, es la duodécima vez en que el Comité sueco distingue con el Nobel de la Paz a una institución de la ONU.

Hambre y pandemia

Y eso que la favorita este año, en plena pandemia, era la Organización Mundial de la Salud (OMS), también adscrita a Naciones Unidas.

El propio comité se ha referido al coronavirus al anunciar su galardón, al lamentar que «ha contribuido a un fuerte repunte del número de víctimas del hambre en el mundo».

La OMS ha sido muy criticada por su supuesta lentitud a la hora de reaccionar a la epidemia y el presidente de EEUU, Donald Trump, ha denunciado que estaría controlada por China, país donde se registró el primer caso de coronavirus.

Tampoco estaba claro si había sido propuesta a tiempo. El estado de pandemia se declaró el 11 de marzo y las candidaturas debían estar cerradas para el 31 de enero y, en su caso, enmendadas en febrero.

Greta Thunberg, RSF...

Como el año pasado, las quinielas y las casas de apuestas apuntaban también a la adolescente sueca Greta Thunberg, icono de la lucha contra la emergencia climática.

Con su huelga escolar por el clima, esta joven de 17 años ha sensibilizado a la opinión pública sobre el peligro del calentamiento y ha atraído a la causa a millones de jóvenes en todo el Planeta.

También sonaban para el galardón de este año asociaciones defensoras de la libertad de prensa como la ONG francesa Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el estadounidense Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).

Como señalaba el director del Instituto de Investigación por la Paz de Oslo (PRIO), Henrik Urdal, «en los conflictos, es vital que los periodistas informen sobre lo que pasa, tanto para establecer las responsabilidades de uno y otro bando como para informar al resto del mundo, y que los decisores puedan evaluar la situación y tomar medidas»