La declaración de la víctima, a través de videoconferencia interna, centró la sesión del juicio celebrada ayer en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, en la que la niña explicó cómo poco a poco el inculpado fue ganando su confianza desde que en enero de 2018 alquiló una habitación en el domicilio familiar de la menor, a la que insistió «tanto» para que tuviera relaciones con él que ella finalmente accedió.
Tras varios meses de relaciones, durante los que supuestamente el hombre controló los mensajes y llamadas del móvil de la chica, a la que también grabó desnuda sin su consentimiento, la niña, que ahora cuenta 17 años, quedó embarazada.
Una situación en la que el inculpado la habría instado a abortar porque, según le dijo, de lo contrario «él no se iba a hacer responsable» del bebé.
El hombre, por su parte, aseguró no saber que la niña tenía 14 años hasta después de lo ocurrido y que todas las relaciones que tuvo con ella fueron «consentidas».
Además, recalcó que nunca «forzó» ni «amenazó» a la niña y que la decisión de no tener al bebé fue de ambos.
En la segunda y última jornada de la vista, celebrada este martes, han declarado varios ertzainas encargados de la investigación del caso, así como la psicóloga que atendió a la pequeña y la perito del equipo psicosocial del juzgado que se encargó de ella.
Estas dos últimas profesionales han puesto de relieve la falta de «madurez» de la menor cuando sucedieron los hechos, así como su carácter «moldeable» y lo «asimétrico» de la relación que existía entre el inculpado, de 35 años y la víctima, quien padeció un síndrome de estrés postraumatico por estos hechos y vio afectados sus resultados en el ámbito escolar. El juicio ha quedado visto para sentencia.