Idoia ERASO

Empieza el proceso para regenerar el bosque de Angelu, tras el incendio de julio

Este jueves comenzarán a tomarse las primeras medidas para la reconstrucción del bosque urbano de Angelu, tras el incendio del pasado 30 de julio que destruyó 155 hectáreas. El proceso empezará con la tala 40 hectáreas de árboles quemados y finalizará con la plantación de nuevos árboles en noviembre de 2022, en las 90 hectáreas quemadas en terreno público.

Un incendio quemó la mayor parte del bosque de la Pygnada de Angelu. (BOB EDME)
Un incendio quemó la mayor parte del bosque de la Pygnada de Angelu. (BOB EDME)

Tras el incendio que el pasado 31 de julio quemó 155 hectáreas de las 220 que ocupa el bosque urbano de la Pygnada de Angelu, la tala de árboles en el terreno público quemado empezará el jueves. Será la primera de las medidas que dará paso a la plantación de árboles jóvenes entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022, que tienen como objetivo la regeneración de las 90 hectáreas de la zona pública del bosque quemado de manera intencionada.

En una rueda de prensa ofrecida este miércoles por el alcalde de Angelu, Claude Olive, el presidente del Departamento de los Pirineos Atlánticos, Jean-Jacques Lasserre, y el responsable de la sede de Baiona de la Oficina Nacional de los Bosques, Antoine Oberlé, han informado de las medidas que se tomarán durante los próximos años, para regenerar totalmente el bosque incendiado. El alcalde ha declarado que lo realizado estos años dará sus frutos en los próximos años y que «serán las próximas generaciones las que lo podrán disfrutar».

Los primeros trabajos se realizarán desde esta semana hasta marzo del 2021. Hasta febrero se talarán los árboles que se estima que no podrán sobrevivir, lo que supone aproximadamente el 80% de los que han sido afectados, especialmente en las 45 hectáreas del norte más afectadas. Aún así se conservarán 1.103 árboles que se observarán especialmente durante el invierno.

El objetivo principal de esta primera fase de tala será evitar la expansión de los parásitos en el bosque, en especial del escolitino, que según ha establecido el Departamento Sanitario de los Bosques se encuentra en una «situación preocupante» respecto a este punto. Oberlé ha explicado que «si los árboles no se retiran antes de primavera podrían afectar a los árboles sanos». En primavera de 2021 se realizará un segundo diagnóstico para establecer si serán necesarias otras medidas.

La madera de los árboles quemados se venderá y se utilizará para crear energía, hacer palés o placas para particulares. El trabajo se realizará a pesar del confinamiento y supondrá que será de entre 10 y 15 camiones al día.

Bosque más resiliente

Entre febrero y marzo se cortará la parte quemada para dejar solo la cepa, tras lo que comenzará la restauración natural del bosque, es decir, hasta noviembre no se efectuará ningún trabajo, tan solo se vigilará para evitar la proliferación de plantas invasoras. Respecto a este plazo y a los años posteriores tanto Olive como Lasserre han señalado que habrá que tomarse la situación con «paciencia».

Por último, entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022 se plantarán 40 hectáreas de árboles jóvenes de diferentes especies, «para plantar un bosque más resiliente que pueda hacer frente a los cambios climáticos», aunque no se ha definido cuáles serán dichas especies.

En setiembre se realizaron diferentes trabajos para asegurar la zona, sobre todo en las áreas que están en contacto con los espacios exteriores no destruidos por el fuego.

155 hectáreas quemadas, 90 en terreno público

En las primeras semanas tras el incendio se habló de 165 hectáreas destruidas por el fuego, que tras una medición más exacta se ha determinado que fueron 155, de las cuales 90 pertenecen a las instituciones públicas; al municipio y al departamento. Será en este espacio en el que se tomarán las medidas para la regeneración del bosque de la Pygnada. En principio no hay ningún tipo de cooperación entre la recuperación del bosque entre las instituciones públicas y los particulares propietarios de la parte quemada del bosque.

En la zona destruida por las llamas se encuentra el Parque Ecológico Izadia, por lo que ligado a este ente se realizarán diferentes acciones, entre ellas una exposición. Los empleados del parque deberán realizar el trabajo de mediación con la población, y especialmente con los centros escolares. En este sentido los representantes políticos han incidido en que se trata de un bosque urbano, en el que es necesario encontrar un equilibrio entre la utilización del espacio público y su protección, y observación.

Tratándose el bosque de una gran zona boscosa en el centro de una zona urbana de 100.000 habitantes, la población ha vivido muy de cerca y con mucha intensidad esta tragedia, y desde el principio se han realizado donaciones para ayudar en su recuperación; para reunirlas y gestionarlas correctamente se ha creado la asociación Ajudam Pignada!