NAIZ

Macron duplica los agentes de control de fronteras y quiere reformar Schengen

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este jueves que se van a duplicar los efectivos que su país utiliza para los controles fronterizos, hasta los 4.800 agentes, y que en diciembre pedirá a los otros líderes de la Unión Europea una reforma en profundidad del Tratado de Schengen sobre las fronteras exteriores.

Emmanuel Macron ha visitado este jueves el puesto fronterizo del Pertús, en Catalunya Nord. (Guillaume HORCAJUELO/AFP)
Emmanuel Macron ha visitado este jueves el puesto fronterizo del Pertús, en Catalunya Nord. (Guillaume HORCAJUELO/AFP)

Macron, que se ha desplazado hasta el puesto fronterizo del Pertús, en Catalunya Nord, ha dicho que el objetivo es «luchar contra la inmigración clandestina» e impedir que esos flujos sean «utilizados por los terroristas».

En una declaración ante la prensa, ha explicado que quiere que con la reforma «en profundidad» de Schengen la Unión Europea (UE) se dote de «una verdadera policía» para controlar sus fronteras exteriores y que la toma de decisiones se haga «de forma mucho más integrada».

Ha precisado que hará propuestas en el Consejo Europeo de diciembre para repensar la organización de Schengen, intensificar la protección común «con una verdadera policía de seguridad de las fronteras exteriores» y dar más competencias a las reuniones de ministros de Interior de los países miembros para así lograr una mayor eficacia.

«Lo que quiero –ha subrayado– es que refundemos este espacio (Schengen) para que sea más coherente» y para que el peso del control de las fronteras exteriores no recaiga únicamente en los países que las tienen.

Macron, que ha estado saludando a las fuerzas policiales francesas y españolas en El Pertús, ha contado que el Estado francés ha pedido a la Comisión Europea que se prolongue la autorización para realizar controles fronterizos en el interior de Europa, como lo viene haciendo desde los atentados terroristas de noviembre de 2015.

De hecho, este refuerzo se produce en medio de la polémica que se ha generado tras el último atentado de Niza contra una iglesia, ya que su autor, Brahim Issaoui, es un joven tunecino de 21 años que entró a Europa de forma clandestina a finales de setiembre desde su país por la isla italiana de Lampedusa.

Las autoridades italianas, después de ficharlo, lo trasladaron al puerto de Bari el 9 de octubre y tras varias semanas en Italia cruzó la frontera francesa uno o dos días antes de perpetrar el atentado de Niza.

Algunos barones de la oposición de derechas, como el alcalde de Niza, Christian Estrosi, han pedido la suspensión de los acuerdos de Schengen y el restablecimiento de los controles sistemáticos en las fronteras del Estado francés.

Macron, sin entrar directamente en el caso de Issaoui, ha reconocido que «hay terroristas que utilizan los flujos de inmigración» y que también se sirven de las redes de narcotraficantes y de quienes trafican con personas.

En cualquier caso, ha rechazado la idea de una legislación de excepción, ha insistido en que «Francia no es una isla» y en que la inmigración es necesaria, pero también en que las reglas de entrada «tienen que respetarse».

Macron ha asegurado que el despliegue de los nuevos policías, gendarmes y militares encargados de vigilar las fronteras interiores se hace «en muy buena coordinación, en particular con nuestros amigos italianos y españoles».