Nacida en Buenos Aires en 1931 en una familia judía burguesa de origen ruso, la cineasta francoo-argentina Nelly Kaplan desarrolló la mayor parte de su carrera en el Estado francés. Con su querencia por las ciencias ocultas, la revolución y el erotismo, se convirtió en una creadora de películas de culto, muchas de ellas influenciadas por el surrealismo. 

Nelly Kaplan ha muerto este jueves en un hospital de Ginebra como consecuencia de la covid-19 donde, según uno de sus allegados había viajado para acompañar a su pareja, el actor y productor Claude Makowski, quien debía tratarse allí la enfermedad de Parkinson.

Makowski falleció en agosto pasado a consecuencia de la enfermedad de Parkinson. Desde entonces, la directora había permanecido en una residencia donde contrajo el covid-19.

De Buenos Aires al surrealismo

Su padre era bioquímico; la madre, cantante de ópera. Niña rebelde, su madre la dejaba «en el Coliseo Parlermo, un gran cine de la capital, donde durante todo el día me dedicaba a ver películas, fascinada. Quería escapar de la sociedad sudamericana donde ser mujer equivalía a decir: ‘Sé una buena chica y cállate’», solía contar.

Kaplan llegó al Estado francés desde la capital argentina a los 22 años de edad. Se introdujo en la cinematografía como asistente y amante del director francés Abel Gance (1889-1981), uno de los pioneros del cine mudo.

Amiga de André Breton (1896-1966), principal impulsor del surrealismo, entre sus amistades estaban también el surrealista André Pieyre de Mandiargues y el pintor Pablo Picaso, del que filmaría luego ‘Le Regard Picasso’, León de Oro de cortometrajes en 1967 en Venecia.

Mujer libre, nunca se casó. Tuvo, eso sí, «bonitos encuentros», como los definía ella misma. «Siempre he sido libre. Nunca me he unido a un hombre y esto es lo que, sin duda, les debe de tener intrigados», explicó.

Censura contra su obra

Con la que se dio hizo famosa fue con ‘La fiancée du pirate’ (‘La novia del pirata’), una cinta que intentó rodar durante 18 años y que, cuando consiguió estrenarla en 1969, se convirtió rápidamente en una película de culto. Seleccionada por la Mostra de Venecia en 1969, la película estaba protagonizada por Bernadette Lafont, otra musa de la Nouvelle Vague, que se metió en el papel de una joven reprimida que, para vengarse de la explotación que sufre en su pueblo, empieza a cobrar por sus favores sexuales.

«23 productores la rechazaron cuando vieron de qué trataba», se indignaba la cineasta. En su proyección en Venecia, el 3 de setiembre de 1969, fue recibida con una ovación de diez minutos. También provocó la crítica de cierta parte del público, e incluso del feminismo de la época, porque no parecía fácil de digerir la libertad con la que esta mujer mostraba su gusto por el placer, el dinero y la provocación.

De Kaplan también han trascendido filmes como ‘Papa, les petits bateaux...’ (1971), ‘Charles et Lucie’ (1979) o ‘Plaisir d'amour’ (1991). De sus libros, ‘A la source, la femme aimée’ (1965), sobre los dibujos eróticos de André Masson. Fue su primer libro censurado; de nuevo vio cómo la censura francesa prohibía sus memorias en 1974.

Se titulaban ‘Mémoires d'une liseuse de draps’ (Memorias de una lectora de sábanas), fueron publicadas bajo el pseudónimo de Belén y prohibidas de inmediato en el Estado francés. «Nací un 11 de abril, y todo se volvió muy complicado. Mamá no quiso reconocerme, fui recogida y criada por mi padre, marinero de los siete mares. Desde entonces el mundo es para mí del color de mi papá, capitán; y mi madre fue la mar», decía en ese libro esta mujer que también ha sido definida como una escritora anarcofeminista.