Maite Ubiria

La incapacidad de París para arrancar con la vacunación toma tintes de «crisis de Estado»

La Covid-19 se ha cobrado la vida de 346 personas en las últimas 24 horas en el Estado francés donde ayer se registraron 20.489 nuevos contagios. Una tendencia que augura nuevas restricciones, en plena tormenta política por la errática estrategia gubernamental en materia de vacunación.

Fotografía para ilustrar el proceso de vacunación que ha arrancado, con gran lentitud, en el Estado francés. (Joel SAGET/AFP)
Fotografía para ilustrar el proceso de vacunación que ha arrancado, con gran lentitud, en el Estado francés. (Joel SAGET/AFP)

El Consejo de Defensa volverá a reunirse hoy en París cara a fijar la línea de actuación con respecto a una pandemia que sigue ganando terreno en el Hexágono.

Sólo en las últimas 24 horas 346 personas fallecieron en el Estado francés a causa de la Covid-19.

Los contagios siguen en aumento. Con 20.489 nuevos casos notificados ayer, los datos sobre la presión hospitalaria no son tampoco optimistas.

En el departamento de Pirineos Atlánticos, que incluye a Biarno e Ipar Euskal Herria, hay actualmente 167 personas hospitalizadas, de ellas 12 en reanimación.

El virus, que se ha cobrado ya la vida de 306 personas está siendo mucho más letal en la segunda ola, que lo que lo fue en la primera, cuando en Pirineos Atlánticos se notificaron menos de 30 fallecimientos.

A 4 de enero se comunicaron seis fallecimientos en el departamento, a los que hay que sumar las cuatro muertes registradas en la estadística del 5 de enero.

El lunes arrancó, de forma casi símbólica, la vacunación en Pau. Hoy se espera que el Hospital de Baiona de, a su vez, el pistoletazo de salida a la campaña, tras recibir las primeras 5.000 dosis de la vacuna.

En los otros dos ámbitos administrativos vascos, con sus más y sus menos, la vacunación está en marcha desde el 27 de diciembre. Ipar Euskal Herria acusa, por lo tanto, un retraso considerable.

Un «vacunódromo» en Biarritz

En esa situación, algunos electos, caso de la alcaldesa conservadora de Biarritz, han tratado de dar un paso al frente.

Así, Maider Arosteguy ha propuesto a Prefectura y Agencia Regional de Salud (ARS) la apertura en el Casino Municipal de la localidad balnearia un «vacunódromo», que estaría en disposición de prestar servicio desde la semana próxima.

También el sector de farmacias ha ofrecido su logística para tratar de acelerar la distribución de la vacuna, lo que a la vista de la situación, se antoja urgente.

Los datos hablan por sí solos. El Estado francés figura a la cola en cuanto a vacunación se refiere.

Así, a día 3 de enero menos de medio millar de los 66.732.538 de habitantes con que cuenta el Estado francés habían recibido la ansiada vacuna.

Con 60.549.317 habitantes para esa fecha Italia había inyectactado más de 100.000 dosis.

Aunque París se consuela, apuntando a las dificultades registradas también en otros estados europeos, la polémica política está servida.

A la puerta de nuevas restricciones

La crisis de credibilidad asociada al errático arranque de la campaña de vacunación se produce en el peor momento, cuando la mala evolución de los datos de la pandemia puede obligar a Emmanuel Macron a decretar medidas todavía más restrictivas.

El confinamiento menos duro en vigor desde el 30 de octubre dio sus frutos en las primeras semanas, pero ya desde antes de Navidad los contagios volvieron a retomar una curva ascendente que hoy alcanza niveles más que preocupantes.

De momento, ya ha caido la fecha del 7 de enero para la apertura de la temporada en las estaciones de esquí y se da por sentado que ocurrirá otro tanto con las salas culturales.

Tampoco los representantes del sector de hostelería albergan esperanza de volver a levantar la persiana el 20 de enero. Esa es la sensación que trasladaron anoche los propios representantes del sector tras reunirse con el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire.

Aunque parezca inevitable, la toma de decisiones se antoja compleja dada la tormenta política suscitada por las dificultades que ha acusado el Estado francés para poner en marcha la campaña de vacunación.

Los sondeos según los cuales seis de cada diez encuestados no tienen claro que vayan a ponerse la vacuna fueron ya un lastre en vísperas de la llegada de la vacuna.

Hoy, a ese problema de partida se suma otro, ya que Macron tiene difícil explicar esa «lentitud exasperante» a la hora de poner en marcha la vacunación, que cobra visos de crisis de Estado.

De hecho, electos de muy diferente signo, del gobierno nacionalista de Corsica al Consejo Regional alsaciano, gobernado por la derecha, han cuestionado en los últimos días a París por no contar con esas instancias institucionales para tener a punto el dispositivo de vacunación.