Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

El toque de queda crece para que Euskal Herria hiberne

Madrid se abre a que el toque de queda pueda adelantarse más allá de las 22.00 horas. Un confinamiento desde media tarde funciona en Ipar Euskal Herria desde ayer. El efecto real de está aún por ver, si no se combina con otras medidas como cerrar la hostelería.

Las calles de Baiona, vacías.
Las calles de Baiona, vacías.

Salvador Illa se abrió ayer a permitir toques de queda más tempranos, como ya le habían demandado varias comunidades, incluida la CAV. A lo que se niega el ministro es a que se hable de confinamientos domiciliarios. Parece que Illa tiene un problema con la semántica, pues el toque de queda no deja de ser el momento del día a partir del que se ordena un confinamiento domiciliario. Ipar Euskal Herria, ajena a estas discusiones absurdas, vivió su primera jornada con toque de queda a las 18.00 horas, al extenderse una medida solo vigente en los Departamentos más afectados a los demás territorios.

Con la decisión de posibilitar toques de queda más tempranos, el Ministerio español seguirá apostando por una gestión bastante descentralizada para atajar el repunte agudo de contagios. Actualmente, el toque de queda está fijado a las 23.00 horas, aunque las autonomías tienen la facultad de mover 60 minutos la hora de inicio del confinamiento.

Adelantar la hora el toque de queda, en combinación con otras restricciones que caben dentro del estado de alarma, puede conseguir una importante reducción de los contactos siempre y cuando exista una voluntad política para poner medidas en práctica. Y si esto se demuestra suficiente, permitiría a Euskal Herria entrar en una suerte de hibernación para lo que resta de invierno, a la espera de un clima menos favorable a la expansión del virus y, también, a que avance la vacunación de los ancianos y los crónicos.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, era uno de los defensores de adelantar el toque de queda. Una vez más, parece que la CAV quiere buscar una fórmula novedosa para atajar la multiplicación de contagios. Si bien, no queda claro por qué Lakua ha solicitado esto. El lehendakari no ha explicado si busca ampliar el toque de queda para probar a aplicarlo manteniendo los bares abiertos o si lo ha solicitado puramente con el objeto de bajar la incidencia a mayor velocidad al aplicarlo junto al cierre de la hostelería.

Experimentos vs. experiencias

Al inicio de la segunda onda, Urkullu lanzó el experimento de contrarrestar la tendencia al alza de la epidemia cerrando a la población en sus propios municipios de forma generalizada. Si la medida fue efectiva, los datos no acabaron de reflejarlo y, desde luego, aquello resulto insuficiente. Finalmente, la CAV acabó cerrando la hostelería a la par que mantenía a la gente encerrada en su pueblos.

La estrategia obtuvo unos resultados peores a los que registró Nafarroa, que apostó por el cierre de los bares desde el principio, obteniendo un efecto inmediato. Y además, en Nafarroa la población tuvo la ventaja de poder canalizar su ocio paseando por el monte, ya que siempre pudieron desplazarse por todo el territorio del herrialde.

A diferencia de Lakua, el Gobierno navarro no ha pedido adelantar el toque de queda. La Comunidad Foral viene de duplicar sus contagios en 15 días y se sabe que endurecerá las medidas la próxima semana. Muy probablemente, volverá a cerrar los interiores de la hostelería (y quizás también las terrazas), pues activará una estrategia dirigida a eliminar al máximo los contactos de no convivientes en espacios interiores. Es lo que han aconsejado los epidemiólogos del sistema público (INSPL).

El informe epidemiológico que el miércoles presentó el INSPL (una institución que ha mostrado un nivel de independencia muy de agradecer en toda esta crisis) no podía ser más claro al respecto: «Para reconducir la situación se requiere reforzar las medidas preventivas y evitar ser contacto estrecho de no convivientes (reunirse con pocas personas no convivientes, hacerlo al aire libre o en espacios bien ventilados, mantener todo el tiempo la mascarilla y distancia física)».

El nivel actual de restricciones de Nafarroa no es muy diferente que el que le permitió salir del primer pico de la segunda onda, cuando alcanzó incidencias acumuladas de más de mil casos a 14 días (el triple de la actual). Solo hay dos variaciones que resultan relevantes.

A día de hoy se permiten las reuniones en espacios privados (domicilios) de hasta seis personas siempre que provengan de dos únicas unidades de convivencia. Cuando se doblegó la curva, entrar a casa de terceros estaba prohibido salvo para las excepciones lógicas (cuidados a dependientes, etc.).

La segunda gran diferencia radica, precisamente, en que los bares estaban cerrados, incluidas las terrazas. De hecho, en el momento en que las terrazas se permitieron, se acabó el descenso de casos. Las terrazas en Nafarroa se abrieron el día 26 de noviembre, semana en la que hubo 620 contagios (frente a los 830 de la semana precedente). Las tres semanas siguientes (hasta el 21 de diciembre) se registraron 628, 621 y 605 contagios. El interior de la hostelería se reabrió el 17 de diciembre y los datos de la semana siguiente subieron hasta los 809 casos.

Donde no existen estas discusiones es en Ipar Euskal Herria. Allí el adelantamiento del toque de queda a media tarde ha llegado después del cierre de la hostelería. Los bares bajaron la persiana el 30 de octubre y, aunque se les prometió que podrían retomar su actividad el 20 de febrero, la evolución de la pandemia no lo va a hacer posible y ya no tienen fecha de reapertura.

Hegoalde supera el millar de contagios y puede pagar cara su lentitud vacunando

Hego Euskal Herria superó el millar de nuevos positivos, según las pruebas realizadas el viernes. En concreto, de los 14.180 test de antígenos, 1.030 resultaron positivas, por lo que la tasa se situó en un 7,2%.

Nafarroa registró 195 nuevos casos de Covid-19 después realizar un total de 2.925 pruebas, entre PCR y test de antígenos, lo que arroja una tasa de positividad del 6,7%. Esto supone cierta mejoría con respecto al día anterior. Sin embargo, la evolución conjunta de Hegoalde apunta nítidamente a un empeoramiento.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa el viernes se hicieron 11.255 pruebas diagnósticas, casi 2.000 menos que la víspera, pero se detectaron 75 casos más, con lo que el porcentaje de positividad pasa del 5,7% al 7,4%. Esta tasa de positividad es la segunda más alta desde el 16 de noviembre (8,9%), después de que el pasado 2 de enero se registrara un pico que llegó al 7,7%.

De los 835 nuevos contagios detectados el viernes, 112 fueron en Araba (12 más que el jueves), 479 en Bizkaia (67 más) y 228 en Gipuzkoa (11 menos). Hubo además 16 personas con residencia habitual fuera de la CAV que dieron positivo, 7 más que el día anterior.

En cuanto a la situación en los hospitales de la CAV, ayer ingresaron 74 pacientes con covid en planta, 24 más que los nuevos ingresos contabilizados el jueves, y crecieron también de 84 a 86 los enfermos con cuadros más graves que están en la UCI.

Mientras la situación epidemiológica empeora, ni la CAV ni Nafarroa están consiguiendo un buen ritmo con la campaña de vacunación. Y ahora el Ministerio español ha propuesto ya priorizar la entrega de vacunas a las CCAA que verdaderamente consiguen inyectarlas todas.

Iñigo Urkullu dice que le parece «injusto» un modo de reparto que no atienda únicamente al criterio poblacional. Sin embargo, el toque de atención de Madrid probablemente esté más que justificado.