Mar Marín (Efe)

La ultraderecha de Chega sacude el tablero político tras las presidenciales en Portugal

La ultraderecha de Chega saca pecho tras el 12% en las elecciones presidenciales portuguesas, con la intención de seguir creciendo de cara a las municipales, aunque los comicios de ayer son difícilmente extrapolables.

El ultraderechista Andre Ventura celebra los resultados en Lisboa. (Pedro ROCHA/AFP)
El ultraderechista Andre Ventura celebra los resultados en Lisboa. (Pedro ROCHA/AFP)

Portugal vive hoy la resaca de una jornada electoral que terminó con el triunfo anunciado del conservador Marcelo Rebelo de Sousa para la Presidencia, la caída de la izquierda y el llamativo crecimiento del ultraderechista André Ventura.

Confinado por la pandemia, el país optó por la continuidad y la moderación representada por el conservador Rebelo de Sousa -que repite mandato con un 60,7% de votos-, castigó a los partidos de izquierda -sus tres candidatos apenas juntan el 20%- y despejó el camino a la extrema derecha, en una convocatoria dominada por la abstención -60,5%- que confirma el distanciamiento entre la sociedad y los políticos.

«Esta es una noche histórica en que la derecha en Portugal se reconfiguró completamente. Por primera vez un partido declarado antisistema rompió el espectro de la derecha tradicional». Ventura, líder de Chega (Basta), que con un 12% de votos fue el tercer candidato más votado en las presidenciales, confirmaba su intención de utilizar su caudal electoral para sacudir el tablero político portugués.

Con el avance de Ventura, que se estrenó con Chega en 2019 apenas con un 1% de votos, Portugal deja de ser una excepción en Europa y se suma a la lista de países donde la extrema derecha se consolida como fuerza minoritaria.

Grietas en el bipartidismo

«No habrá Gobierno sin Chega en los próximos años». La lapidaria frase de Ventura pronunciada al filo de la medianoche del domingo es un aviso para navegantes. No en vano, el partido ha sido ya llave de la gobernabilidad en Azores.

Aunque las presidenciales han demostrado que Portugal mira al centro con el triunfo del conservador Rebelo de Sousa, la ultraderecha ha capitalizado el descontento de los grandes partidos -Socialistas y Socialdemócratas- y ha minado sus bases.

Ventura incluso avanza en el Alentejo, tradicional bastión del Partido Comunista.

Chega ha roto la barrera social en su electorado, apunta el analista António Costa Pinto. «Su base social ya es multiclasista», con apoyos en áreas rurales y entre la clase media-alta de zonas urbanas.

En un contexto de crisis social y económica, como la que ha provocado la pandemia en Portugal, «hay una pérdida de conciencia, una desilusión, no exactamente con la democracia sino con los partidos políticos tradicionales», sostiene Isabel David, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Lisboa.

«Si no hay una respuesta clara incluso a nivel de la Unión Europea, si no hay apoyos a las familias, a las empresas, políticas muy claras de apoyo social y económico, hay un riesgo real de colapso de los sistemas políticos tradicionales en Europa», advierte la analista.

Un presidencia fuerte en pandemia

La de Rebelo de Sousa, de 72 años, ha estado lejos de ser una presidencia «decorativa». Durante los cinco años de su primer mandato, ha ejercido con contundencia sus prerrogativas, como el derecho a veto: 23 veces. Ha sido un presidente que ha estado en el centro de la vida política del país.

Todo apunta a que en su segundo y último mandato -la legislación lusa no permite un tercero- estará aún más presente.

«Ya no está preocupado por nada en términos de su supervivencia política y tiene una alta tasa de popularidad», subraya Costa Pinto.

La prioridad en esta nueva etapa, adelantó anoche Rebelo de Sousa, será combatir la pandemia. Será un mandato difícil en medio de una crisis sin precedentes.

¿Puede esto afectar a sus buenas relaciones con el Gobierno del socialista António Costa? Puede aumentar las discrepancias, coinciden los analistas, pero el problema fundamental del Gobierno no vendrá de Rebelo de Sousa sino de su capacidad para mantener las alianzas con la izquierda.

Moderación para un gobierno en minoría

Uno de los primeros en felicitar a Rebelo de Sousa por su triunfo fue el socialista António Costa, el primer ministro portugués, que gobierna en minoría con acuerdos puntuales con la izquierda y que ha encontrado un punto de equilibrio con el presidente conservador beneficioso para ambas partas.

Por eso le animó a mantener esta «fructífera cooperación institucional» en su segundo mandato.

Rebelo de Sousa implica estabilidad y moderación en la Presidencia, dos factores decisivos en un país castigado por la crisis. Por eso era la gran apuesta de Costa para las presidenciales.

El Partido Socialista, que no apoyó oficialmente la candidatura de la exeurodiputada socialista Ana Gomes -segunda el domingo pero una de las grandes derrotadas de la noche, con 13% de votos, apenas un punto por encima de Ventura-, logró esquivar el desgaste de esta convocatoria.

Buena parte el electorado socialista votó por Rebelo de Sousa y el Gobierno consiguió «huir de estas elecciones», apunta el analista António Costa Pinto.

Los grandes derrotados de la izquierda fueron el Bloco -su candidata pasó del 10% de las anteriores presidenciales al 4%- y el Partido Comunista.

Los aliados naturales del Gobierno socialista salen tocados de estas elecciones y el desafío ahora está en asegurar la gobernabilidad en tiempos de pandemia.

Cambios en un año electoral

El próximo desafío electoral en Portugal está muy cerca. Después del verano, el país celebrará elecciones municipales. ¿Podrá Chega mantener su 10%? ¿Conservarán su ventaja los partidos mayoritarios?

Chega se ha transformado en una actor clave para la derecha y ha crecido en buena parte a costa del PSD, el partido Social Demócrata [liberal] liderado por Rui Rio.

Rio, que tiene una fuerte contestación interna en su formación, ha evitado la autocrítica y se ha cebado en la caída de la izquierda en su análisis electoral.

Sin embargo, «va a ser bastante complicado formar Gobierno a la derecha sin Chega», pronostica Isabel David.

Ventura tiene vocación de crecer y ha aprovechado la campaña para recorrer el país y crear una estructura territorial de la que carecía.

Aunque el voto en las presidenciales no es extrapolable a otras citas electorales, si no hay una respuesta contundente frente a la crisis, advierte David, el crecimiento de la ultraderecha «es inevitable».