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Sánchez Corbí, condenado por torturas, deja la Guardia Civil y ficha por Acciona

Manuel Sánchez Corbí abandona la Guardia Civil tras 35 años para pasar a formar parte de Acciona. El coronel fue condenado en 1998 por torturas, indultado por Aznar y, tras ser apartado de la UCO por Grande-Marlaska, abandona el instituto armado para fichar por la empresa privada.

Manuel Sanchez Corbí, en una imagen de archivo. (AFP)
Manuel Sanchez Corbí, en una imagen de archivo. (AFP)

El coronel Manuel Sánchez Corbí, condenado en 1998 por torturas al preso vasco Kepa Urra, indultado por el Gobierno de Aznar y ascendido por los sucesivos dirigentes al frente del Gobierno español, ha dejado la Guardia Civil para fichar por Acciona.

El coronel fue sentenciado por la Audiencia de Bizkaia en 1997 a cuatro años de cárcel y seis de inhabilitación. Un año después, el Tribunal Supremo rebajó la pena a un año de cárcel y cuatro de inhabilitación, pero la sanción nunca se hizo efectiva ya que en 1999 fue indultado por la ministra de Justicia durante el primer mandato de José María Aznar, Margarita Mariscal de Gante.

Manuel Sánchez Corbí, que fue apartado de la UCO por el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska por «filtrar datos sobre gastos», pasó a ser jefe del Servicio de Protección y Seguridad del Instituto Armado. Hoy, según apuntan las agencias, ha comunicado a su círculo más cercano que el 15 de febrero dejará la Guardia Civil tras una trayectoria de 35 años. 

El cese de Sánchez Corbí como jefe de la UCO fue firmado al poco de llegar Grande-Marlaska al Ministerio del Interior a mediados de 2018. La decisión se tomó tras enviar este mando policial un correo a sus subordinados en el que les explicaba que había que parar las operaciones vinculadas a la partida de fondos reservados porque había sido congelada con la llegada del nuevo equipo ministerial.

La Audiencia Nacional avaló este cese de un cargo de libre designación al entender que quedaba «encuadrado en las necesidades del servicio de un miembro de la Guardia Civil, incluido los mandos, dentro del principio de disciplina y operatividad que rige en el Instituto Armado».

En su despedida ha transmitido que deja la Guardia Civil «con tristeza pero con la satisfacción del deber cumplido» y de «contar con el respeto de sus compañeros». En ese «deber cumplido» ha hecho gala de su papel en el conflicto de Euskal Herria. De hecho, publicó el libro ‘Historia de un desafío’. Sin embargo, este trabajo copia párrafos enteros de la enciclopedia de Txalaparta sobre la historia de ETA. También tiene un libro titulado ‘Sangre, sudor y paz’, escrito junto al periodista Gonzalo Araluce y el escritor Lorenzo Silva y en el que narra su experiencia en la lucha contra ETA y afirma que la actividad contra la organización se llevó a cabo de manera «limpia, completa y ordenada».