Beñat Zaldua
Edukien erredakzio burua / jefe de redacción de contenidos

Ecos catalanes en Madrid

Pedro Sánchez conversa con Carmen Calvo, con Pablo Iglesias a su izquierda, en un Consejo de Ministros. (MONCLOA)
Pedro Sánchez conversa con Carmen Calvo, con Pablo Iglesias a su izquierda, en un Consejo de Ministros. (MONCLOA)

También en los despachos de Madrid se observa con atención el 14F. La mirada vasca suele limitarse a lo que ocurre en el bloque independentista –¿mantendrán la mayoría? ¿superarán el 50%? ¿ganará Junts o ERC?–, pero también en el bloque unionista hay mucho en juego. Lo que ocurra el domingo, de hecho, irradiará con fuerza en los distintos equilibrios hoy existentes en la Moncloa y en el Congreso, y los puede llegar a alterar.

Hay una realidad y dos resultados posibles que pueden tensionar o poner en aprietos al gobierno de coalición de PSOE y Podemos. Un Ejecutivo que, recordemos, necesita a diputados catalanes y vascos para no depender de la derecha. La realidad es que el resultado de En Comú Podem va a ser bastante discreto y que el PSC, gane o no, va a lograr un resultado importante. En la mesa del Consejo de Ministros, el PSOE va a salir reforzado.

El primero de los resultados posibles, el más difícil, es una victoria de Illa con mayoría parlamentaria de los partidos no independentistas. Es altamente improbable que pase, pero si ocurriese, la presión sobre los Comuns para formar parte de una mayoría que también requerirá los votos de Vox será espectacular. Los de Pablo Iglesias han dicho que por ahí no pasan. Parece lógico. En cualquier caso, esa tensión llegaría a la Moncloa.

Hay otro resultado posible, más factible, que puede también alterar las mayorías en Madrid. ERC ha hecho una apuesta clara por el diálogo y la negociación –mucho más diáfana que la del PSOE, desde luego–, y mientras le sirva para ganar elecciones en Catalunya, la podrá mantener. Pero si, igual que en 2017, Junts le acaba derrotando en el sprint final, en Esquerra se abriría inevitablemente una reflexión sobre el camino a seguir y la mayoría de la investidura podría pender de un hilo. La negativa a apoyar el decreto sobre los fondos europeos sirve de aviso.

Si se diese esta circunstancia –a la cual la apuesta del PSOE por Illa da alas–, el morrazo que se va a dar Ciudadanos en Catalunya allanaría el camino a un mayor entendimiento de Pedro Sánchez con los naranjas. La alianza por la que suspiran tantos varones del PSOE, y que amenaza la permanencia de Podemos en el Gobierno. El contexto europeo empuja en esta dirección. Draghi va a gobernar Italia con el apoyo desde Renzi hasta Salvini. Viene una lluvia de millones y Bruselas prefiere peones afines.

Hay un último resultado que el domingo puede alimentar esta vía. El difícil pero posible sorpasso de Vox a un PP en horas bajas, golpeado por el juicio de la caja B, puede llevar a los de Casado a replantearse ciertas cosas. En el debate de TV3 del martes por la noche, el candidato del PP, Alejando Fernández, un señor que el siglo XXI le ha robado al XIX, fue uno de los mejores candidatos, si no el mejor, y uno de sus puntos fuertes fue su dureza con Vox.

Todo son especulaciones, y nada será automático, pero por un camino u otro, el eco de las elecciones catalanas llegará a Madrid, y dependiendo del resultado final, puede provocar importantes movimientos de tierras a medio plazo.