Arnaitz Gorriti

El Barça sobrevive a un gran Brizuela y se las verá con el Baskonia en semifinales (103-93)

La «Mamba» donostiarra ha anotado 33 puntos y ha liderado a un Unicaja que ha ido por delante durante más de 30 minutos, y que ha tenido el arrojo como para forzar una prórroga. El talento de Higgins y los tiros libres han permitido a los de Saras Jasikevicius romper el partido en el tiempo extra.

Darío Brizuela ha protagonizado una actuación individual descomunal, pero no ha tenido recompensa. (ACB PHOTO)
Darío Brizuela ha protagonizado una actuación individual descomunal, pero no ha tenido recompensa. (ACB PHOTO)

BARCELONA LASSA 103 - UNICAJA 93

Será el Barcelona quien se enfrente este sábado a las 19.00 con TD Systems Baskonia en la segunda semifinal de la Copa. Será el bando culé, sí, pero el máximo favorito para ganar la Copa ya sabe que es vulnerable, porque Unicaja, más en concreto Darío Brizuela, le ha metido el susto en el cuerpo al bando culé, cuya diferencia a su favor es directamente mentira. El Barça ha tardado 33 minutos en voltear el partido, y cuando parecía que tenía el partido ganado, con 79-70, Unicaja ha reaccionado, mandando el partido a la prórroga, con empate a 88 luego de una canasta de Abromaitis casi sobre la bocina.

Ya en el tiempo extra, el físico y la profundidad de banquillo del Barcelona ha desnivelado la balanza, con Cory Higgins, autor de 22 puntos, decidiendo con tremendas suspensiones desde media distancia, pese a los 33 puntos de un Brizuela inconmensurable. Lo cierto es que el Baskonia se va a encontrar a un rival que ha tenido que hacer un esfuerzo físico y mental tremendo, y eso tiene que pasar factura.

Darío I El Grande

La «Mamba» donostiarra ha protagonizado un primer cuarto de antología, anotando 14 de los 29 puntos que ha obtenido el bando malagueño, al punto de que ha llegado a rozar los 20 puntos de ventaja. Jasikevicius se ha desgañitado y ha abroncado todo lo que ha querido a sus jugadores, pero el escolta donostiarra ha partido la defensa blaugrana cada vez que le ha dado la gana, siendo él la guinda de un esfuerzo colectivo andaluz que se ha desgastado quizá hasta el exceso en esos diez primeros minutos.

Porque luego, con un Barça más asentado, ha llegado la cara B del esfuerzo, que es el cansancio, por mucho que insista Dusko Ivanovic en que no existe. Leo Westermann, Cory Higgins o Alex Abrines se han conjurado en ataque para ir recortando la desventaja barcelonista, mientras que la defensa blaugrana ha empezado a apretar mucho más las líneas de pase, provocando así más errores entre los entrenados por fotis Katsikaris.

Pese a todo, un par de buenas acciones del congoleño Nzosa –a sus 17 años, la FEB ya tiene su próximo Sérge Ibaka, en un ejemplo claro de «mercadeo de carne» que gusta de hacerse en la Federación Española– han vuelto a lanzar a Unicaja, sobre todo cuando ha conseguido contactar con Jaime Fernández y Carlos Suárez, para alcanzar el descanso con un 39-44 para los andaluces.

Festival de triples

Cualquiera hubiera dicho que el Barça iba a ponerse por encima nada más arrancar el tercer cuarto, pero nada más lejos de la realidad. Unicaja ha realizado ataques bastante trabados, pero con un acierto impresionante, sobre todo desde la larga distancia, con jugadores como Alberto Díaz y Carlos Suárez acompañando a un Brizuela que ha vuelto a encontrar una nueva dosis de su veneno de serpiente.

No obstante, el Barça en esta ocasión no se ha descolgado, ya que Higgins, Calathes y Abrines han estado al quite. Ahora bien, Mirotic se ha ido desesperando por momentos, ya que por mucho que haya ido anotando su equipo, Unicaja ha aguantado en cabeza. Más aún, Axel Bouteille, en sus primeros segundos sobre el parqué, ha clavado un quinto triple de los de Katsikaris en este cuarto, para volver a estirar la renta andaluza hasta el 55-65. Por fortuna para el Barça, entre Brandon Davies y Calathes –11 puntos en el tercer cuarto– han conseguido un parcial de 5-0 con el que han alcanzado el último cuarto con un remontable 60-65 en el luminoso.

Unicaja se deshace... y renace

Y tan remontable, que luego de que Bouteille haya anotado el triple para el 62-68, el cuadro blaugrana ha volteado al fin el marcador con un parcial de 11-0. Leo Westermann y Hanga se han afanado en la defensa y se le ha hecho de noche a Unicaja, incapaz casi de subir el balón al ataque, mientras que Brnadon Davies y Smits se han hecho grandes para cargar el rebote. Katsikaris, visto el desbarajuste con 73-68, no ha tenido otra que parar el partido.

Pero Unicaja se ha deshecho como un azucarillo. Ha concedido pérdidas fáciles, ha dejado de jugar y, por si fuera poco, sendas técnicas por «flopping» a Alberto Díaz y Waczynski han terminado de sacar del partido a todo el conjunto malagueño.

No del todo, ya que Brizuela ha seguido con su particular lucha contra el poder establecido. Un triple del donostiarra ha encontrado el acompañamiento de otro triple de Alberto Díaz, casi a la despesperada, para hacer retornar a Unicaja al partido, 79-76, con todavía tres minutos y medio por jugarse.

Los de Katsikaris han conseguido fugazmente ponerse por delante otra vez, 79-80, cerrando un parcial de 0-10 y Brizuela sumando ya 31 puntos. La entrada del joven Nzosa ha supuesto un paso adelante en defensa de Unicaja y el partido ha vuelto a enloquecer, con el Barça y Unicaja respondiéndose los golpes, llegándose al último minuto con empate a 84.

Pero el Barça tiene a Nikola Mirotic y el hispano montenegrino, aunque haya jugado un partido muy gris, ha clavado un triple responsabilidad del jugador franquicia: 87-84 a 43 segundos. Los de Katsikaris no han abusado del empleo de Brizuela, así que Jaime Fernández ha replicado de dos puntos, 87-86, a 31 segundos. «Necesitamos una defensa, chicos. Solo una defensa», ha sido la súplica del ex de Bilbao Basket en el consiguiente tiempo muerto.

El cuadro culé ha sacado una falta para Mirotic, pero Nikola solo ha anotado un tiro libre, dejando el 88-86 a 17 segundos para el final. Balón para Brizuela, con Higgins pegado, pero el donostiarra ha aguantado el balón para... asistir a Abromaitis para anotar, a cuatro décimas para el final, y mandar el duelo al tiempo extra.

Y en el tiempo extra ha sido Higgins y la habilidad culé de ir a los tiros libres lo que ha decantado el partido, con un final de anticlímax con una dudosa falta en ataque pitada sobre Brizuela, más las técnicas que el propio jugador donostiarra y Fotis Katsikaris –dos, en el caso del heleno, siendo descalificado– han visto por protestar.