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Texas, sin electricidad entre plantas de petróleo, gas, solares y eólicas

Cientos de miles de personas han estado durante dias sin electricidad y obligadas hasta a hervir agua en Texas, el primer Estado productor de petróleo y gas de EEUU, por las tormentas que han colapsado la red. Los republicanos defienden sufrir sin energía antes que ceder a las políticas «liberales».

Las temperaturas en Texas han caído a niveles no vistos en décadas. (Joe RAEDLE/AFP)
Las temperaturas en Texas han caído a niveles no vistos en décadas. (Joe RAEDLE/AFP)

Repleta de pozos de petróleo, molinos de viento y paneles solares, Texas ha tenido a cientos de miles de ciudadanos sin electricidad durante días.

Casi un millón de personas en Estados Unidos continuaban el jueves, por tercer día consecutivo, sin suministro de electricidad debido a dos tormentas invernales que avanzan desde el sur al noreste del país y que han causado decenas de muertos

Aunque la tormenta ha afectado a varios estados, el caso más paradójico se produce en Texas, el primer productos de petróleo y gas de Estados Unidos y uno de los principales productores de energía solar y eólica.

En este estado, al menos medio millón usuarios seguían afectados por los apagones y 250.000 no tienen agua. De hecho, cerca de 7 millones de usuarios han recibido instrucciones de organismos locales para hervirla para su consumo, ya que las plantas para su procesamiento no han funcionado en los últimos días debido a la falta de electricidad.

¿Qué está ocurriendo en Texas?

Las temperaturas polares y las tormentas de nieve ha provocado esta semana un aumento en el consumo de electricidad en los estados del sur y  Texas, con casi 29 millones de habitantes, está experimentando las peores dificultades para satisfacer esta explosión de la demanda.

Varias centrales eléctricas que funcionan con gas natural, energía eólica o nuclear y que abastecen a ciudades como Austin o Houston sufrieron una interrupción en su funcionamiento por estas condiciones extremas.

ERCOT, la empresa encargada de la distribución de energía en Texas, declaró el estado de emergencia durante la noche del domingo al lunes y decidió, como precaución, cortar ciertas fuentes de energía para evitar la saturación de la red.

La noche del miércoles la empresa dijo que había restaurado la energía a alrededor de 1,6 millones de hogares, y agregó que estaba trabajando «las 24 horas del día para restaurar la energía para los texanos».

Pero en el Estado de la estrella solitaria, algo más ha fallado. Su red eléctrica es la única que no está conectada a la red federal ni sometida a su regulación.

Esta «independencia» energética que los conservadores texanos defienden para evitar la intrusión del Estado, le impide importar energía y puede paralizar el Estado en momentos como este.

Los políticos republicanos, lejos de reconocer errores, han redoblado la defensa de esta desconexión, detrás de la cual se encuentran los intereses de una red privatizada que ha evitado invertir en infraestructuras poco rentables a corto plazo.

«Es un diseño de mercado del Salvaje Oeste basado solo en precios a corto plazo», señaló Matt Breidert, administrador de la empresa de energía renovable Ecofin, a “The Washington Post”.

Antes sin electricidad que «socialistas»

«Los tejanos estarían sin electricidad durante más de tres días para mantener al Gobierno federal fuera de sus negocios», señaló el exgobernador de Texas y ex secretario de Energía en el Gobierno de Donald Trump, Rick Perry

«Que la crisis del día a día no le quite la vista de tener una red resistente que mantenga a Estados Unidos a salvo personal, económica y estratégicamente», defendió Perry, mientras los texanos tiritaban en sus hogares.

El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, criticó la gestión de la crisis por parte de la empresa ERCOT. «Es inaceptable», afirmó y anunció una investigación sobre ERCOT.
 
Peron para Ed Hirs, profesor de economía en la Universidad de Houston, la investigación parece más la búsqueda de un chivo expiatorio y una postura política que un deseo real de reformar una infraestructura vulnerable, según los expertos, debido a la falta de preparación de las plantas energéticas. Las empresas no ven incentivos suficientes para hacerlo.

Un cambio genuino requeriría «una fuerte voluntad política, mucha integridad y liderazgo», opina Hirs. «En la actualidad, ni el gobernador ni el Legislativo (de Texas) han demostrado estas cualidades».

Los republicanos culpan a las renovables

De hecho, las voces republicanas de Texas han arremetido contra el papel supuestamente dominante de las energías renovables como el principal factor detrás de los cortes de energía.

El representante republicano por Texas Dan Crenshaw atacó en Twitter la supuesta falta de fiabilidad de la energía eólica, una energía «demasiado subvencionada» para su gusto.

«En resumen, los combustibles fósiles son lo único que nos salva», se jactó, obviando que todas las fuentes de energía fallaron y ninguna estaba preparada para un clima extremo. De hecho la mayor parte de la energía del Estado proviene del gas, el carbón y las plantas nucleares. Solo el 7% proviene de la energía eólica que, además, se encuentra desarrollada en climas mucho más fríos que el texano.

El propio gobernador Abbot arremetió contra el Green New Deal (Nueva Paco Verde), y afirmó que el desastre energético de Texas muestra «lo necesario de los combustibles fósiles para calentar nuestros hogares y refrescarlos en verano».

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, también dijo temer que los «liberales aprovechen para expandir sus propuestas radicales», aferrándose a los cortes de electricidad antes de cualquier cosa que les huela a «socialismo».

Pero el que ha sido objeto de mayores críticas ha sido el senador Ted Cruz, que se marchó con su familia a Cancún después de advertir a sus conciudadanos que «no corran ningún riesgo. Asegúrenese de que su familia está resguardada, no abandonen su casa y cuiden de sus hijos».

El humorista Trevor Noah, se refirió a Cruz en Twitter: «un habitante de Texas, obligado a hacer más de 2.700 kilómetros para encontrar agua, electricidad y calor».