Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Pau Gasol firma por el Barcelona hasta final de temporada

El sábado saltó la noticia aunque fuera desmentida por el propio jugador, pero este martes el pívot de Sant Boi ha confirmado en sus redes sociales que regresará a la escuadra blaugrana hasta final de campaña. Pau Gasol lleva dos años sin vestirse de corto tras una operación en su pie izquierdo.

Pau Gasol retorna al Barça después de 20 años en la NBA. (Josep LAGO / AFP PHOTO)
Pau Gasol retorna al Barça después de 20 años en la NBA. (Josep LAGO / AFP PHOTO)

El sábado día 20 saltó la noticia pero no ha sido hasta este martes cuando se ha confirmado el regreso de Pau Gasol al Barcelona, club de donde salió hacia la NBA en verano de 2001, hasta final de campaña. El gigante de Sant Boi, que el sábado por la noche desmintió en primera persona haber firmado nada con la entidad culé, ha anunciado a través de sus redes sociales que regresa al club que lo vio debutar en la Liga ACB y la Euroliga.

«Muy feliz de volver a casa. Força Barça», se puede leer, en catalán, castellano e inglés, en la cuenta de twitter del jugador de Sant Boi, que pese a llevar dos años sin disputar un partido a nivel profesional, se ha comprometido con la entidad balugrana hasta final de campaña. El objetivo parece doble por este fichaje: primero, poner a tono a Gasol de cara a intentar acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio y retirarse una vez culminada la cita olímpica. En segundo lugar, añadir una Euroliga a su palmarés, ya que, pese a tener los anillos de la NBA de 2009 y 2010, no ha ganado aún la Euroliga, ya que los dos entorchados balugranas, los de 2003 y 2010, llegaron con Gasol jugando ya en la NBA.

«Al hilo de las noticias aparecidas, quiero comunicar que continúo centrado en mi recuperación y aún no estoy listo para volver a la pista», manifestó en redes sociales el propio Gasol el pasado sábado, después de que la noticia que saltó a lo largo de la tarde adquiriera una dimensión más propia de una catarata, pero sin que el propio interesado aún hubiera dicho nada.

«Cuando tenga algo que anunciar, lo haré a través de mis redes sociales. ¡Muchas gracias por vuestro apoyo!», se despidió el pívot de Sant Boi, añadiendo a la noticia de su posible retorno al Barça una suerte de punto y seguido.

Un punto y seguido que no podía demorarse por más tiempo, toda vez que la fecha límite para fichar a jugadores para disputar la Euroliga –con la condición de que no hubieran defendido la elástica de otro equipo de Euroliga a lo largo de la presente campaña– termina este miércoles 24 de febrero. También hubiera podido ser que Pau Gasol solamente disputara minutos en la Liga ACB, pero al parecer la apuesta por el retorno del canterano ha sido seria a todos los niveles en Can Barça.

Diversas fuentes apuntan que el jugador percibiría la parte proporcional del salario mínimo estipulado en el convenio colectivo, 68.337 euros, toda vez que las arcas del Barcelona no atraviesan su mejor momento y que el propio Pau Gasol, con diversos negocios ya en marcha desde hace años, no precisaría inyecciones económicas. Aunque sus últimos contratos en la NBA cobraba ya mucho menos que los 19 millones de dólares que, por año, percibió en sus años en Los Angeles Lakers, el dinero no es problema para el jugador catalán.

¿Cómo responderá?

El de Sant Boi, que el 6 de julio cumplirá 41 años, no disputa un partido desde marzo de 2019, necesitaba un equipo para recuperar la forma y poder estar este verano en los Juegos Olímpicos de Tokio. El regreso del hijo pródigo es una magnífica noticia para el Barcelona y para el baloncesto europeo, ya que adquiere el reclamo de uno de los jugadores nacidos y formados a este lado del Atlántico que mejor rendimiento han dado en sus mejores años en la NBA.

Pau Gasol necesitaba ha venido colgando una serie de vídeos en los últimos meses en los que se ha evidenciado una sustancial mejora de la recuperación de la fractura del escafoide tarsiano de su pie izquierdo. Pero el jugador necesita coger ritmo de competición para completar definitivamente su puesta a punto, y el conjunto azulgrana le ha ofrecido una posibilidad que la NBA ya no le podía brindar, a juzgar de su discreto resultado en su último año en activo, año en el que arrancó enlos San Antonio Sours y tuvo una testimonial presencia en los Milwaukee Bucks.

La campaña 2019/2020, incluso antes del parón a cuenta de la pandemia por la covid-19, ya nació torcida para el mayor de la saga de los Gasol. Los Portland Trailblazers decidieron cortar al pívot catalán ya en pretemporada, después de ver que el estado de su pie izquierdo no mejoraba. A lo largo de casi todo el año pasado Pau Gasol –que en este ínterin al menos ha podido casarse y estrenar paternidad– ha lucido una aparatosa bota ortopédica que solo hacia finales de 2020 se ha podido quitar para volver a calzarse las zapatillas de juego.

Cerrando el círculo

Fue el 17 de enero de 1999 cuando Aíto García Reneses le dio la la alternativa al gigante de Sant Boi frente al Cáceres en un partido en el que Pau Gasol no anotó, pero su nombre empezó a sonar.

Su primer «avistamiento», ya después de instalarse en la rotación del Barça, fue en la Copa de Gasteiz del año 2000, en el que lideró la remontada del Barça ante el Real Madrid en cuartos de final. Todavía muy lejos de lo que acabaría siendo a nivel mundial, aquel espigado ¡alero! de 2,15 metros dejó ojipláticos a los reunidos en el Buesa Arena y los muchos ojeadores de la NBA que asomaban por Gasteiz tomaron buena nota, si es que no lo tenían ya, puesto que en el prestigioso Torneo de Manheim de 1998 –conocido por aquellos años como el «Mundial Junior Oficioso»– sorprendió a propios y extraños en la finalísima que la selección hispana le ganó a Israel –aunque la canasta ganadora fue de Carlos Cabezas–, ya que clavó un inmaculado 5 de 5 desde más allá de la línea del triple.

En cualquier caso, su consagración llegaría de la manera más insospechada, en la campaña 2000/01. Gasol había sonado para acudir a la preselección olímpica a los Juegos de Sidney 2000, en los que sí estarían sus compañeros y amigos Raül López y Juan Carlos Navarro. El nacionalizado Johnny Rogers le cerró el paso, al parecer al de Sant Boi, igual que el el ex NBA de nacionalidad libanesa Rony Seikaly debía cerrárselo en el Barça.

Pero Seikaly cochó frontalmente con Aíto García Reneses y una vez que «eliminado de la ecuación» a la supuesta estrella de aquel Barça, Pau Gasol asumió el mando. Doblete de Liga ACB y Copa para el cuadro blaugrana, con el MVP para Gasol en ambas competiciones, y solo una inoportuna apendicitis de última hora impidió mostrar sus habilidades a aquel «extraterreste» –por algo el finado periodista Andrés Montes lo apodó «ET»– en la Final Four de la Euroliga.

Con todo, ello no privó que Gasol accediera al draft de la NBA –contra la recomendación de un Aíto que le sugería pasar un año más en Europa, como le correspondía– antes de dar el salto a la NBA–, en el que fue elegido en tercer lugar –siendo por aquel entonces el jugador europeo de elección más alta, una marca fugaz visto el curso de la historia– por los Atlanta Hawks para ser traspasado a los Memphis Grizzlies, al tiempo que conquistaba con la selección hispana la primera medalla –el bronce, con una recordada final de consolación en el Eurobasket de Turquía 2001, en el que los 31 puntos de Pau Gasol y los 27 de Navarro sirvieron para derrotar por 99-90 a la Alemania de un Dirk Nowitzki que se fue a los ¡43! puntos– de los muchos que vendrían, en especial el oro del Mundial de 2006, aunque Pau Gasol no disputase aquella final. El resto, como se suele decir, es historia.

Gasol retorna a un Barça entrenado por un Saras Jasikevicius que ya concidió con Gasol en el Barça, que ya lidera la Euroliga, que recién ha levantado la Copa y que, con Nikola Mirotic al mando –más los Cory Higgins, Brandon Davies y demás– no necesitaba en realidad de ningún refuerzo. Habrá que ver qué capacidad de adaptación y qué nivel de juego es capaz de ofrecer Pau Gasol, al tiempo que habrá que ver si el Barça consigue hacerle un hueco a su nueva estrella sin descuadrar un conjunto que aspira a ganarlo todo.