Marcel Pena

LAB pone cifras a la mayor precarización de los sectores laborales feminizados

Un informe elaborado por el sindicato LAB pone de manifiesto los principales agravios contra las mujeres en el ámbito laboral, como la brecha salarial o la división sexual del trabajo. Según el texto, los sectores feminizados son los que sufren un mayor grado de precarización.

Eli Etxeberria y Oihana Lopetegi han presentado el informe «Situación general de los sectores feminizados en el empleo de Hego Euskal Herria». (Marisol RAMIREZ/FOKU)
Eli Etxeberria y Oihana Lopetegi han presentado el informe «Situación general de los sectores feminizados en el empleo de Hego Euskal Herria». (Marisol RAMIREZ/FOKU)

El sindicato LAB ha presentado este jueves el informe «Situación general de los sectores feminizados en el empleo de Hego Euskal Herria», en el que se recogen los principales agravios contra las mujeres en el ámbito laboral, como la brecha salarial o la división sexual del trabajo. El estudio indaga y analiza los datos de estos sectores feminizados «para poder dar una fotografía más exacta y completa de la situación de las mujeres» en estos sectores.

En una rueda de prensa celebrada en Bilbo, la secretaria feminista de LAB Eli Etxeberria y la responsable de análisis de Ipar Hegoa Oihana Lopetegi han expuesto los motivos que han llevado a LAB a realizar este informe, así como las propuestas del sindicato para solucionar este problemática.

Las conclusiones del informe indican que entre las mujeres trabajadoras «la temporalidad y la parcialidad se han convertido en sinónimo de empleo inestable y precario», ya que, según datos de LAB, «en las mujeres la tasa de temporalidad es ocho puntos superior a la de los hombres (27,2% frente a 19,3%) y la tasa de parcialidad veinte puntos superior (26% frente a 5,8%)». Del mismo modo, el texto denuncia que «en los sectores feminizados la mayoría de las trabajadoras se sitúan por debajo del salario mínimo para vivir dignamente», que LAB cifra en 1.400 euros al mes. De los 183 convenios analizados por LAB en la CAV y Nafarroa, «solo 23» tenían todas las categorías por encima del salario mínimo.

Además, han advertido que del 8,3% de los trabajadores de la CAV que nunca ha regulado sus condiciones laborales por convenio, tres de cada cuatro son mujeres. «La mayoría de dichas trabajadoras son además trabajadoras del hogar, bajo un régimen especial que contempla peores condiciones laborales, y que están en una situación más precaria y vulnerable», han explicado.

Por todo ello, el informe revela que el salario de los hombres es un 29,4% más alto que el de las mujeres. Una cifra que en el caso de las pensiones asciende hasta un 68,4%, estando el 55% de las pensiones de las mujeres «por debajo del límite de riesgo de pobreza». En este sentido, LAB apunta que no han podido investigar la situación de las mujeres migradas y racializadas, ya que «las estadísticas no aportan datos, son invisibles para el sistema».

«Los datos expuestos nos muestran cómo las precarias condiciones laborales de los sectores feminizados se han cronificado. Al no existir un reconocimiento económico, político y social de los trabajos feminizados estos siguen siendo desvalorizados. La falta de una apuesta política por el desarrollo de unos servicios públicos fuertes de atención a los cuidados contribuye también a esta segregación laboral y las dobles y triples jornadas de las mujeres», han apuntado.

«Condiciones dignas para todas las mujeres»

Ante los datos revelados por el informe, LAB ha elaborado una lista de propuestas que puedan dar solución a las principales problemáticas recogidas en el texto. Así, el sindicato propone «dar pasos a favor de la democratización del cuidado» y «construir un sistema público comunitario de atención a los cuidados para acabar con la precarización, la privatización».

Para acabar con la división sexual del trabajo, apuestan por «realizar una revalorización de todos los trabajos y empleos, y reconocer la deuda patriarcal que el sistema tiene con las mujeres por su dedicación a los cuidados durante toda la vida».

«LAB se reafirma en su lucha y exige condiciones laborales dignas para todas las mujeres, un convenio laboral para las trabajadoras del hogar, la regularización de la situación de las trabajadoras migradas, así como acabar con la mercantilización del cuidado y poner fina a la brecha salarial de género», concluye el informe.