Estados Unidos ha desclasificado este viernes un informe en el que asegura que el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, aprobó la operación en Estambul para «la captura o el asesinato del periodista Yamal Jashogi». Hace más de dos meses la pareja de Khashoggi instó a Biden a que desvelase el contenido de este documento.

«Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmáan, aprobó la operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi», dice el documento, de dos páginas, publicado por la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional de EEUU.

En el informe se constata que Bin Salman tiene el control de las organizaciones de Seguridad e Inteligencia por lo que «es altamente improbable que los agentes saudíes llevaran a cabo una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe».

El informe sostiene que siete guardias reales del príncipe, que «solo responden ante él», participaron en la muerte del columnista de ‘The Washington Post’. «El príncipe veía a Jashogi como una amenaza para el Reino y apoyó ampliamente medidas violentas para silenciarlo si era necesario», dice el texto.

Jamal Khashoggi acudió a gestionar unos documentos al consulado saudí de Estambul y nunca salió vivo, ya que acabaron con su vida y fue descuartizado por quince agentes saudíes tras sus críticas al Gobierno saudí.

Reacción de Ryad

Tras conocer el documento de la CIA, el Gobierno de Arabia Saudí ha señalado en un comunicado que «rechaza categóricamente lo que se afirma en el informe sobre el crimen del asesinato del ciudadano Jamal Khashoggi, que Dios se apiade de él».

Según el Ministerio de Exteriores, las «conclusiones» del informe de EEUU son «injustificadas e incorrectas» y «no pueden ser aceptadas de ninguna manera».

Ryad afirma que la investigación que se llevó a cabo en país concluyó que este «crimen atroz constituyó una flagrante violación de las leyes y valores del reino y fue cometido por un grupo que violó todas las regulaciones» y que las autoridades ya tomaron «todos los procedimientos judiciales necesarios».

En setiembre de 2020, la justicia saudí dictó sentencias definitivas contra los ocho acusados del crimen, conmutando las penas para los condenados a muerte y cerrando un caso que minó la imagen internacional del país y, sobre todo, del príncipe heredero Mohamed bin Salman.