Víctor Esquirol
Crítico de cine

Patrimonio histórico

Fotograma de la película ‘American Sector’. (NAIZ)
Fotograma de la película ‘American Sector’. (NAIZ)

A pesar de lucir como una casi inabarcable constelación de propuestas capaces de llevarnos, como conjunto, a todas las temáticas y a cualquier geografía imaginable, la selección de películas con que toma forma Punto de Vista es, ante todo, una apabullante muestra de coherencia en las labores de programación. Porque por encima del elevado número de títulos, de la libertad en las formas inherente en el espíritu experimental del certamen y de la variación constante entre cortos, medios y largometrajes en la que se apoya la Sección Oficial, sobresale una lucidez capaz de englobar y de guiar nuestra mirada a través de esta hiper-estimulante heterogeneidad.

Por ejemplo, ayer tocó escuchar, durante apenas diez minutos, las extrañas (y por esto preciosas) composiciones de Beatriz Ferreyra en ‘Making a Diagonal With Music’, de Aura Satz. Pues hoy tocó ahondar en estas regiones periféricas del pentagrama a lo largo de hora y media. En ‘Sisters with Transistors’, Lisa Rovner siguió la fórmula de ‘Women Make Film’ (la serie documental en la que Mark Cousins rescató del olvido algunos de los más impresionantes talentos creativos femeninos del séptimo arte), pero aplicándola a una clase magistral dedicada a una colección de mujeres imprescindibles para entender las casi-mágicas derivas de la música electrónica.

Clara Rockmore, Daphne Oram, Bebe Barron, Delia Derbyshire, Wendy Carlos, Laurie Spiegel... La película se detuvo en la historia y en el legado artístico de cada una de ellas. Con ello, prestó suma atención a su entorno (es decir, al contexto íntimo y colectivo en el que les tocó moverse), y por supuesto, a aquello que trascendió de ellas, y que ahora es patrimonio inmaterial de la humanidad. Unas notas que, para mayor gozo sinestésico, podían pintarse, verse, deformarse, taquigrafiarse... casi olerse. El arte como dinamitador de los límites que marcan las lógicas que nos vinieron dadas. Ellas crecieron con la imposición de una gama determinada de sonidos, de instrumentos, de compases, y evidentemente, de prejuicios sociales. Pero lograron subvertirlo todo, da fe de ello una música que, desde el pasado, sigue sonando como un futuro mejor.

Después de esta revelación, llegaron Courtney Stephens y Pacho Velez con ‘The American Sector’, otro apasionante recorrido por la Historia, ese relato siempre en manos del bando vencedor. La gracia aquí estaba en encontrar los trozos del vergonzoso Muro de Berlín que a día de hoy sobreviven diasporizados por los Estados Unidos. La cámara dio con todos ellos, y con la excusa, se detuvo a contemplar los graffitis que los decoraban, y a escuchar las historias de la gente que los custodiaban... o de aquellas personas que simplemente pasaban por ahí. Cada una de estas nuevas reliquias históricas (algunas tratadas como esto mismo; otras como frívolas atracciones turísticas) tenía algo que contarnos, y que recordarnos, y que advertirnos. Ahí estaban los vestigios de la Guerra Fría, viendo cómo la vida sigue... y temiendo que no volvamos a tropezar con las mismas barreras.