NAIZ

Del Burgo ratifica que actuó como correo para entregar dinero del PP y defiende que era legal

El antiguo dirigente del PP Jaime Ignacio del Burgo ha comparecido como testigo en el juicio por la caja B del PP y los pagos de las obras de la sede de Génova, un asunto del que ha subrayado que no tiene «ni idea» y que de ser cierto le parecería «ridículo e irracional».

Captura de pantalla de la declaración de Jaime Ignacio del Burgo por videoconferencia.
Captura de pantalla de la declaración de Jaime Ignacio del Burgo por videoconferencia.

El antiguo dirigente del PP Jaime Ignacio Del Burgo ha comparecido este martes como testigo en el juicio por el pago de las obras de la sede del PP en Génova a través de la caja B del partido. Una declaración accidentada en los tecnológico, ya que la videoconferencia se ha cortado un par de veces.

De primeras, Del Burgo se ha ratificado en sus declaraciones de 2013, en relación a la entrega de dinero a la edil de UPN Elena Murillo y al que fuera consejero navarro de Salud, Calixto Ayesa.

En el caso concreto de Murillo, Del Burgo ha explicado que ella le pidió ayuda, al encontrarse en una situación precaria tras haber sufrido un atentado de ETA (en realidad un ataque de ‘kale borroka’).

«Yo le solicité ayuda al señor Lapuerta –responsable de la tesorería del PP–, que se sentaba a mi lado en el Congreso de los Diputados», ha indicado Del Burgo, quien se reunió posteriormente con Luis Bárcenas para que este le entregara en metálico 500.000 pesetas, al cambio actual 3.000 euros.

«Pasé por Genova, cogí el dinero, firmé, vine a Pamplona, se lo dí a ella, firmó y mandé el papel a la gerencia nacional. Luego cómo contabilizaron ese recibí no lo sé», ha resumido.

Del Burgo ha aseverado que «si yo hubiera sabido que había una contabilidad B hubiera puesto el grito en el cielo», poniendo en duda lo que ya se da por probado en la sentencia del caso Gürtel.

Ha aprovechado las preguntas para irse por las ramas y defender su «derecho al honor», hasta el punto de que el presidente del tribunal le ha llamado la atención y le ha recordado que estaba en este juicio como testigo y que no pesaba acusación sobre él.

«Luego se me machaca en los medios con acusaciones que son radicalmente falsas. Nunca he recibido ningún sobresueldo ni ninguna cantidad del PP», ha argumentado el político navarro justo antes de que se cortase la señal.

Del Burgo ha regresado a su estrado virtual media hora más tarde, tras la declaración del exdiputado del PP Eugenio Nasarre.

«Compensación» para Ayesa

En esta segunda parte ha abordado los pagos al exconsejero Calixto Ayesa. Ha explicado que en 1991 le propuso a Ayesa entrar en el Gobierno foral que iba a presidir Juan Cruz Alli. «Cuando se hizo el pacto UPN-PP, por el cual el PP de Navarra se disolvió, se convino que si ganábamos las elecciones habría tres personas del PP en el Gobierno. Le comenté a Calixto Ayesa que podría ser uno de esos cargos. Me dijo que no podía, que no podía desatender su negocio porque estaba en una difícil situación económica, ya que había tenido que pagar 14 millones de pesetas –cerca de 85.000 euros– procedentes de un crédito de la UCD».

La Unión de Centro Democrático (UCD) gobernó en el Estado español justo después del franquismo. Para la campaña de 1982, Del Burgo y Ayesa pidieron un crédito, pero el batacazo fue de tal dimensión que el partido se disolvió y ambos se quedaron con la deuda. «Al principio hicimos la del avestruz», ha reconocido Del Burgo, pero finalmente, entre el crédito, los intereses y la demora, tuvieron que abonar a Ibercaja 22 millones de pesetas –132.000 euros–, de los cuales Ayesa pagó 14.

Del Burgo acudió a Madrid con este problema, y allí decidieron dar una «compensación» a Ayesa por haber afrontado ese pago. «Me llamó Lapuerta para decírmelo, supongo que recibió una instrucción del señor Aznar». Del Burgo entiende que al fin y al cabo el PP se reivindicaba como heredero ideológico de la UCD. «Ayesa me dijo, ya que vas a Madrid todas las semanas –por su condiciónd e diputado–, podías hacerme el favor de recogerme ese dinero y traérmelo». En total fueron 3,9 millones de pesetas, cerca de 24.000 euros, todo en mano y en metálico.

Ha negado que ese pago pueda recibir el apelativo de «sobresueldo», y ha justificado que se hiciera de manera «confidencial» debido a «razones políticas», «no queríamos que se supiera que un consejero del Gobierno de Alli estaba siendo compensado por el Partido Popular, aunque fuera por unas deudas de UCD. No parecía que una transferencia periódica fuera lo más adecuado, pero no era dinero negro».

Respecto al objeto final de este juicio, Del Burgo ha asegurado que él no tiene «ni idea de cómo se tomaban las decisiones económicas», pero que le parece «ridículo e irracional que para hacer unas obras en Génova se utilizara dinero negro de una trama corrupta».