Maitane Aldanondo

Kilker mobility crea un patinete eléctrico «con alma de bicicleta»

La empresa alavesa dedicada a la movilidad ha desarrollado dos modelos de patinete eléctrico con un enfoque sostenible, priorizando seguridad y durabilidad. Para financiar su fabricación, las primera unidades pueden adquirirse en preventa hasta el 3 de abril.

Los patinetes eléctricos de la empresa alavesa se caracterizan por su estabilidad, gracias a la plataforma larga y las  ruedas grandes, así como por su apuesta contra la obsolescencia programada. (KILKER MOBILITY)
Los patinetes eléctricos de la empresa alavesa se caracterizan por su estabilidad, gracias a la plataforma larga y las ruedas grandes, así como por su apuesta contra la obsolescencia programada. (KILKER MOBILITY)

Patinetes eléctricos seguros y sostenibles que pasen de «juguete» a vehículo. Ése es el cambio que los creadores de Kilker Mobility, los gasteiztarras Xabier Borinaga y Eneko Portillo quieren impulsar. El nombre, kilker significa grillo en euskara, es un guiño a la naturaleza y a la identidad de este proyecto radicado en la capital alavesa. Tras tres años de trabajo, han lanzado sus dos primeros modelos, que pueden adquirirse con descuento hasta el sábado a través de la plataforma Kickstarter.

Ambos socios viene del mundo de la automoción y conscientes del impulso que estaba tomado la movilidad eléctrica, buscaron opciones donde pudieran aportar. Los patinetes son cada vez más habituales, pero son «bastante justitos» y vieron una oportunidad de mejora «enorme».

A eso hay que sumarle que Borinaga participó en una iniciativa catalana para crear patinetes de montaña, lo que le animó a intentarlo. Empezó como un hobby, mientras trabajaba en otras cosas hizo un primer prototipo, y satisfecho con el resultado, siguió adelante. Hace dos años decidió dejarlo todo y dedicarse en exclusiva al proyecto. Tras vivir muchos años fuera, decidió volver a casa, «porque me apetecía montar esto aquí» y junto a Portillo constituyó la empresa en octubre.

Borinaga reconoce que «ha sido una evolución muy lenta, porque no tenía recursos, pero la máquina es muy chula». Ha recibido una ayuda Ekintzaile de la Spri y otra de Álava Emprende, pero percibe que este tipo de apoyo está muy enfocado a personas con amplios conocimientos sobre gestión y no tanto a perfiles técnicos como el suyo. «Echo en falta un manual para tontos, para quien no viene del mundo empresarial. Cuando sabes de gestión y tienes una idea, aunque no sepas como llevarla a cabo, hay muchos caminos; pero si no sabes montar una empresa, o buscas un socio o no hay camino».

A través de su iniciativa quieren inspirar un cambio positivo, crear productos diseñados con un enfoque sostenible, contra la obsolescencia programada y con una larga vida útil. Los fabrican a mano con materiales reciclables como el aluminio, la madera de haya o el acero y se pueden reparar de forma sencilla. Su promotor afirma que «prefiero tumbar la empresa a hacer algo que no me deje dormir por las noches; parar el proyecto a dejar mis principios por el camino». El diseño es propio, el desarrollo local, se producen en la CAV y solo algunos componentes viene de fuera. Además, han puesto el acento en la seguridad, con ruedas grandes y plataforma larga para ganar en estabilidad, y también han tomado muchas ideas de las bicicletas. «Tenemos un patinete con alma de bicicleta y eso se nota».

Campaña de preventa

Los dos primeros modelos de Kilker son Zero, urbano, y Mendi, de montaña. Con un tiempo de carga de 2,5 horas, cuentan con 50 km de autonomía y pueden alcanzar los 25 km/h. El precio es de 1.560€ más IVA en el caso de Zero y 180€ más en el de Mendi. Mediante la campaña que tienen activa en la se pueden reservar con un descuento del 30%. A falta de unos días para que termine, ya han logrado su objetivo de 20.000€, así como medir el interés del mercado, «si la gente está dispuesta a gastarse este dinero en un producto, es que vamos bien». Entregarán esos patinetes en junio, debido a una rotura de stock en los componentes de bicicleta que usan; después los comercializarán priorizando las tiendas de bicicleta tanto para tener un buen servicio posventa como para dar la opción de probarlos y, así, comprobar su calidad. Empezarán en la CAV e irán expandiéndose al Estado y a Europa.

La pandemia les retrasó, pero, a su vez, les sirvió para evolucionar el producto. Lo que Borinaga consideró inicialmente «una tragedia» ha jugado a su favor, ya que «la demanda de este tipo de vehículos ha crecido». La intención de los responsables es empezar a funcionar e ir creciendo. Ya han desarrollado un urbano plegable que lanzarán cuando las ventas se lo permitan. Mientras tanto  están colaborando en un proyecto de motos eléctricas en Bilbo, porque su intención es dedicarse a la movilidad, sin limitarse a los patinetes. En el camino el gasteiztarra seguirá acumulando conocimientos. «Me quedo con eso, con todo lo que he aprendido con este esfuerzo, sobre gestión, cosas que no controlaba... y que una persona puede hacer el trabajo de seis», bromea.