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El Condestable de Iruñea muestra reproducciones de obras satíricas del artista urbano LKN

Como ha sucedido con otros artistas urbanos como Banksy cuya obra ha terminado en museos, su homólogo de Iruñea LKN es el protagonista de una exposición que cuelga el Condestable hasta el 30 de abril y en la que se muestra reproducciones de las obras satíricas de este conocido creador.

Varios jugadores de Osasuna, representados bajo la original perspectiva del artista urbano LKN.
Varios jugadores de Osasuna, representados bajo la original perspectiva del artista urbano LKN.

De la calle al Condestable. Ese es el recorrido que ha hecho la obra del artista urbano iruindarra LKN y que se podrá contemplar en el citado recinto, donde cuelgan desde hoy reproducciones de las obras satíricas de este conocido creador, que comenzó centrándose en la temática más osasunista para posteriormente dar el salto a la política, incluso con alguna polémica de por medio con la Policía Foral ya zanjada en un tono amistoso.

El autor anonimizado y la concejala delegada de Cultura e Igualdad del Ayuntamiento de Iruñea, María García-Barberena, han presentado la exposición en el Palacio del Condestable. Para el artista, cuya identidad no se ha desvelado en esta comparecencia, esta ha sido su primera rueda de prensa.

La muestra es una forma de hacer pervivir sus sátiras en el espacio público, unas obras que aparentemente se caracterizarían por ser efímeras. En un primer momento, las creaciones son fáciles de retirar porque, a diferencia de las de los grafiteros, utilizan un soporte intermedio entre la pared y la pintura. Sin embargo, el artista documenta su trabajo y así, de alguna manera, lo fija.

La exposición ‘LKN’ consta de 22 reproducciones en cartón pluma de las creaciones originales. Además, estas obras se contextualizan en la muestra, ya que, junto a cada reproducción, se exhibe la captura fotográfica del momento de su instalación y del soporte en el que se insertaron originalmente, bien paredes, bien vallas publicitarias. La mayoría de las reproducciones están impresas en su tamaño original, salvo las vallas, que se han reducido y se representan en soportes de 2,5 x 6 metros.

Pero hay un segundo nivel de fijación de esta ‘obra efímera’: los bocetos permanecen en la memoria colectiva a través de su reflejo mediático, ya que la noticia sobre su obra y el discurso que suscita acaba descansando en hemerotecas, fototecas y videotecas.

Una buena muestra de ello se puede ver en la misma exposición que alberga un vídeo de 17 minutos, montado en bucle, y que da cuenta de reportajes publicados o emitidos sobre el artista.

Descontextualizar y contrastar para ayudar a comprender

El trabajo de LKN busca la transgresión y, más allá del impacto individual que genera la obra por su ubicación en el espacio público, persigue la polémica que ayuda a su difusión.

Comenzó con sus acciones hace ahora dos años. Quería salir de su rutina y decidió probar con la adrenalina de la creación a contracorriente y clandestina. Lo iba a hacer una sola vez, pensaba, pero desde entonces no ha parado.

En los últimos tiempos, las tres letras que enmascaran su identidad se han hecho de dominio público con obras como sus dibujos sobre Osasuna, dos besos (uno entre dos hombres integrantes de la Policía Foral y otro de dos mujeres con responsabilidades públicas, la presidenta del Gobierno de Nafarroa, María Chivite, y la parlamentaria de EH Bildu, Bakartxo Ruiz), o la proyección de una pelea de boxeo con alcalde Maya y exalcalde Asiron como púgiles.

Y es que su vocación, como su temática, es local (hasta ahora se ha circunscrito a Iruñea) y está en línea con otros artistas urbanos como Tvboy, que dibujó en Barcelona otro beso, el de Messi y Cristiano Ronaldo.

LKN representa en sus obras momentos de actualidad, a veces desde la crítica, a veces desde la alabanza, como cuando recrea a jugadores de Osasuna o a sanitarios como si fueran héroes o santos, o les incluye en escenas de pinturas célebres.

Y es que su sátira conceptual se basa en descontextualizar los referentes icónicos comunes para luego reconstruirlos, mezclándolos de forma que arrojen resultados no previstos. En ese contraste es en el que reside la sátira del autor y la capacidad apelativa de su obra.