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Sancionan a un guardia civil del aeropuerto de Loiu por apropiarse de objetos requisados

Las cámaras de las instalaciones del aeropuerto vizcaíno grabaron imágenes del agente militar llevándose, al menos, material de senderismo que había sido interceptado a pasajeros en el control de seguridad.

Pasajeros en las instalaciones del aeropuerto de Loiu. (Aritz LOIOLA/FOKU)
Pasajeros en las instalaciones del aeropuerto de Loiu. (Aritz LOIOLA/FOKU)

La versión oficial que ha filtrado la propia Guardia Civil es que uno de los mandos que vigilan el aeropuerto de Loiu sorprendió al agente llevándose unos bastones de senderismo que habían interceptado en el filtro de seguridad.

Los bastones son unos de los tantos objetos que no se pueden subir al avión en la zona de pasajeros, por lo que se deben facturar antes para que viajen en la bodega de carga.

Según estas informaciones, en un principio se le impuso un castigo de seis meses de suspensión de empleo y sueldo, que se han visto reducidos a dos. Se trataría de una sanción interna del reglamento de la Guardia Civil, sin que aparentemente se haya abierto un proceso judicial.

Para ello debería formularse una denuncia, una circunstancia que nunca se produce porque, salvo que el material incautado sea de mucho valor, nadie se preocupa de formular una denuncia o de hacer la gestión de facturar el producto porque el trámite debe ser inmediato y le puede hacer perder el vuelo correspondiente.

Otra versión que circula respecto a este incidente es que, como desde 2017 algunas de tareas de control que tenía encomendadas la Guardia Civil las desarrollan empresas de seguridad subcontratadas y en este cometido están el detector de metales, los escáneres de equipajes y las cámaras del recinto, pudieron ser trabajadores de estas empresas de seguridad quienes se percataran del robo, lo que ha forzado a la Guardia Civil a ofrecer algún tipo de explicación antes de que la información corriera sin control.

Otro pequeño «despiste»

Uno de los pocos incidentes de este tipo que han salido a la luz ocurrió, también en Loiu, unos años antes, cuando las cámaras del aeropuerto captaron a otro guardia civil pendiente de su teléfono móvil mientras, al menos, quince bultos pasaban por el escáner.

El Tribunal Supremo sentenció que estos hechos tuvieron lugar el 13 de diciembre de 2014 «cuando todos los aeropuertos españoles se encontraban en situación de alerta antiterrorista nivel dos y alta intensidad, lo que obligaba a los guardias civiles a extremar la vigilancia en las fronteras y, en especial, sobre pasajeros y equipajes de mano».

Reparto de uniformes en la vigilancia

El aeropuerto de Loiu tienen repartidas las labores de vigilancia y seguridad en tres cuerpos distintos: la Ertzaintza mantiene esas competencias en las zonas públicas; la Guardia Civil en los sectores de acceso restringido; y la Policía española en el control de personas y pasaportes.

A ellos hay que sumar los miembros de la contrata privada que se encargan desde el manejo de las cámaras de seguridad hasta el chequeo de las tarjetas de embarque.