Maite Ubiria

Asegurar la vacunación de las personas mayores de 75 años, a golpe de teléfono

El 35% de las personas de más de 75 años de edad sigue sin vacunar en el Estado francés. Como el sistema de sms y web –convertido también en calvario para muchos usuarios de Osakidetza– no da todos los resultados deseados, se reactiva el sistema de información por carta y llamada telefónica.

Una persona rellena el formulario antes de recibir la vacuna en el centro de vacunación de Baiona. (Guillaume FAUVEAU)
Una persona rellena el formulario antes de recibir la vacuna en el centro de vacunación de Baiona. (Guillaume FAUVEAU)

Desde el 31 de marzo las personas de más de 75 años de edad son llamadas a hacerse vacunar a través del envío de un sms en caso de que dispongan de móvil. Un sistema que, sin embargo, no permite llegar a todas las personas concernidas, reconocen las autoridades sanitarias francesas.

Señala FranceInfo que a 16 de abril el 35% de las personas en esa franja de edad seguía sin haber recibido la dosis prometida.

Una situación que preocupa a las autoridades sanitarias francesas, a las que, por cierto, la aparición de varias web, tipo Covidliste o Vitemadose, que permiten localizar en qué centros de vacunación hay dosis disponibles, surgidas por iniciativas de la sociedad civil, han puesto ya en evidencia.

El sistema sms con link para obtener una cita vía web es el modelo general de que se ha servido la Seguridad Social gala.

Sin embargo, como era de prever, no todos los usuarios de más de 75 años están en disposición de acceder a ese mecanismo de citación.

Ya sea por la llamada brecha digital, ya por razones ligadas al aislamiento, un porcentaje elevado de personas han quedado fuera del radar de la vacunación.

Ello ha obligado a recular, en parte, y a recurrir a los sistemas más tradicionales. Actualmente se procede al envío de un correo postal proponiendo a la persona que un empleado de la Seguridad Social le contacte para, va telefónica, ayudarle a cerrar una cita de vacunación, aportándole todas las informaciones precisas sobre los documentos a aportar o al lugar de vacunación.

En zonas rurales ya han ideado sistemas alternativos

Una reacción tardía, ya que, al igual que ha ocurrido en algunas zonas sanitarias del sur de Euskal Herria, con personal de asistencia primaria que se ha puesto manos a la obra para asegurar que, sobretodo en zonas rurales, se llegue a todos los usuarios, en el Estado francés ya muchas entidades locales han tenido el reflejo de adelantarse a la Seguridad Social.

Lo ha hecho, según recoge hoy ‘L’Observateur’, la alcaldesa La Gresle, una pequeña localidad de Auvergne-Rhône-Alpes, que ha cogido el teléfono y ha llamado a cada uno de sus convecinos de más de 75 años «para saber si han sido vacunados o si, de lo contrario, necesitan ayuda para acceder a la dosis».

Desde Bretaña, un trabajador del servicio telefónico de la Seguridad Social, testimonia de forma anónima para ese rotativo calificando de «inhumano» el procedimiento privilegiado hasta la fecha por las autoridades sanitarias que pasa por coger cita en la web Doctolib, por lo habitual saturada, «lo que genera una tensión enorme a cualquiera, más a personas poco habituadas al sistema digital».

Mirando al mapa es relativamente fácil entender que en zonas aisladas, es más complejo acceder a la vacuna para personas de edad sin disposición de un vehículo.

A finales de marzo 12.000 personas de más de 75 años no estaban vacunadas en el departamento de Landas, fronterizo con Ipar Euskal Herria.

A esa fecha, y hasta la apertura de nuevos centros de vacunación, como los que ya están en marcha desde principios de abril en Hazparne o Bidaxune, para los habitantes del interior de Lapurdi y Nafarroa Beherea la única opción de recibir una vacuna pasaba por coger el vehículo particular y acudir al centro de vacunación de Donibane Garazi.

Ahora, tras encenderse las luces de alarma, la Seguridad Social además de activar los viejos mecanismos de contactar por carta y vía telefónica a los usuarios, ha dado un paso más: los médicos de familia podrán prescribir de forma gratuita un taxi o ambulancia para que la persona puede trasladarse al lugar en que recibirá la inyección.

A más dificultades para el usuario, menor índice de vacunación. Esa regla sencilla ha tardado en ser asimilada por los responsables de la campaña de vacunación, también en el Hexágono.

Habrá que ver si los mecanismos correctores que ahora se anuncian dan los resultados en un país que hasta la fecha ha vacunado a 11,2 millones de personas.

Una cifra que progresa con fuerza, gracias a jornadas de vacunación en las que se roza el medio millón de dosis inyectadas, pero que está lejos todavía de ese reto, fijado por el presidente frabcés, Emmanuel Macron, de que para finales de verano «todos los mayores de edad que lo deseen puedan disponer de la vacuna».

Lo que, censo en mano, implica dar la opción de acceder a la vacuna a 52 millones de personas antes de finales de agosto.