Arnaitz Gorriti

Solo GBC y Bilbao Basket pueden evitar el descenso de GBC y Bilbao Basket a la LEB Oro

El mal average de los donostiarras es un enemigo aún peor que sus escasas siete victorias. El partido del 9 de mayo ante Manresa puede significar el adiós matemático a sus opciones de permanencia. La permanencia de Bilbao Basket también se complica tras el triunfo de Fuenlabrada ante Estudiantes.

«Hay que seguir trabajando y creer en lo que hacemos«, dice Marcelo Nicola. Es lo único que le queda a Gipuzkoa Basket. (Andoni CANELLADA / FOKU)
«Hay que seguir trabajando y creer en lo que hacemos«, dice Marcelo Nicola. Es lo único que le queda a Gipuzkoa Basket. (Andoni CANELLADA / FOKU)

Después de la derrota por 98-69 en la pista de Lenovo Tenerife, las matemáticas y poco más son los asideros a los que Acunsa Gipuzkoa Basket se puede agarrar para mantener esperanzas de evitar el descenso a la Liga LEB Oro. RETAbet Bilbao Basket, mientras tanto, ve desde su cuarentena cómo sus rivales directos están cada vez más lejos.

Los donostiarras, colistas de la clasificación con siete victorias, afrontan sus cuatro últimas jornadas con un margen de error mínimo, ya que deberán ganar tres de los cuatro partidos que les restan, amén de esperar el tropiezo de sus adversarios más próximos, tales como Fuenlabrada o Estudiantes, que escapan por el momento de la quema con nueve triunfos. Más que nunca, si solo el pueblo puede salvar al puede salvar al pueblo, solo Gipuzkoa Basket puede salvar a Gipuzkoa Basket.

Haberse aplazado su derbi de Illunbe ante Saski Baskonia puede suponer un respiro para preparar mejor el duelo que el próximo día 9 de mayo, domingo, a partir de las 17.00, los de Marcelo Nicola deben disputar en Manresa. Si gana, en el peor de los casos habrá alargado la agonía de la incertidumbre unos días más; pero si pierde, tal vez ese mismo día 9 se le eche el telón, a falta de tres partidos, al desempeño de Gipuzkoa Basket en esta complicada campaña 2020/21 en la Liga ACB.

«Regalamos demasiado en el inicio del partido», declaraba Marcelo Nicola tras la derrota en Tenerife, una derrota esperable, pero que empezó con un parcial de 13-0 adverso, preludio de un 32-21 en el primer cuarto. ¿Cómo un equipo que se juega la permanencia empieza con un nivel tan bajo de concentración un partido vital, al punto de arrancar con un 13-0 adverso?

En un día «vulgar» de Marcelinho Huertas, los tinerfeños repartieron 29 asistencias, 17 más que Gipuzkoa Basket. Se alegará que Shermadini se fue hasta los 24 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias y 36 de valoración; pero los de Marcelo Nicola solo existieron en el arranque del segundo período. Con un quinteto pequeño, en el que la movilidad de Carlson –definitivamente, el estadounidense se mueve bien contra los aurinegros– y Magarity, más la intensidad de Mikel Motos propiciaron un parcial de 2-11 que le dio algo de picante al partido.

Un picante que fue perdiendo conforme se sucedieron las pérdidas: 19 balones perdidos por 13 del rival, y un parcial de 14-4 para llegar al descanso con 52-40. Es decir, que Gipuzkoa Basket perdió hasta su mejor cuarto, por 20-19. En el resto, encajó no menos de 23 puntos, a una proyección de 92 puntos encajados que los de Marcelo Nicola en ningún caso, salvo inspiración individual, han demostrado poder voltear este año.

Siete de ocho

De los últimos ocho partidos, Acunsa Gipuzkoa Basket ha perdido siete, siendo el 79-90 de Burgos su último triunfo. Quizá de cara al partido de Manresa o al derbi ante Saski Baskonia haya que mantener un hilo de esperanza, ya que la mayoría de las víctimas de los donostiarras han sido equipos de la parte media-alta de la clasificación, tales como Valencia Basket, Joventut, Andorra, el propio Burgos o Tenerife en la primera vuelta. Incluso Zaragoza, que en estos momentos sueña con colarse en los playoffs, cayó en Illunbe. Solo Estudiantes ha caído ante los donostiarras en los enfrentamientos directos por la permanencia.

Y es ahí donde está la mayor cruz de los entrenados por Marcelo Nicola. Sus averages parrticulares son horrorosos. Doble derrota ante Bilbao Basket –un equipo que ahí tiene casi su unica esperanza de salvación, por otro lado–, otro tanto ante Fuenlabrada y también perdido ante Estudiantes –80-61 adverso en Madrid; 81-79 favorable en Illunbe–, por no hablar de Obradoiro o Betis, que con 10 victorias, entre ellas, dos que han asegurado ante los donostiarras, exigen un pleno de victorias guipuzcoano y pleno de derrotas ajeno.

«Hay que seguir trabajando y sobre todo poner mucho más físico y creer en lo que estamos haciendo», declaró Nicola tras caer en Tenerife. Es lo único que le queda al cuadro donostiarra, que por momentos exhibe un juego competente para esta Liga ACB, aunque con demasiada intermitencia. No puede dejar de creer en sí mismo, porque a falta de cuatro jornadas, solo GBC se puede salvar a sí mismo.

Bilbao Basket ante su abismo

Los buenos averages, ganados ante Gipuzkoa Basket, Betis, Obradoiro y Fuenlabrada, son la mayor esperanza de un RETAbet Bilbao Basket que, en todo caso, también ve cómo el abismo se le abre de par en par. El triunfo de Fuenlabrada sobre Estudiantes la noche del viernes por 86-87 ha complicado todavía más las opciones de los hombres de negro.

Y es que, mientras el cuadro bilbaino pasa su cuarentena a cuenta de un brote de covid-19, a la espera de retomar una serie de partidos ante Fuenlabrada, Gran Canaria, Burgos Joventut y Real Madrid –todos en Miribilla, salvo el duelo del WIZink Center–, sus rivales no ha perdido ocasión de ganar y alejarse en la clasificación. Y para uno que no se escapa, el Movistar Estudiantes, resulta que la escuadra del Ramiro tiene el average ganado a los bilbainos. A perro flaco...

Habrá que ver si con el final del Estado de Alarma previsto para el día 9 las autoridades van a permitir que las gradas de Miribilla tengan público; habrá que ver si el público, siempre leal a sus hombres de negro, será o no capaz de provocar aquel famoso «efecto» que hace diez años llevó a Bilbao Basket a ser subcampeón de la Liga ACB. Habrá que ver si en el ínterin los rivales del cuadro bilbaino, ya liberados de sus respectivos corsés, consiguen o no más victorias, y habrá que ver, ante todo, si los pupilos de Alex Mumbrú son capaces de hacer frente a una desesperación que parece haber cundido en el seno bilbaino. Lo cierto es que, aun en el caso de que sus rivales directos no ganaran nada más en lo que resta de campeonato, los bilbainos tendrían que ganar no menos de tres de los cinco duelos que les quedan. Solo ellos pueden salvarse a sí mismos.

«Nuestra identidad es luchar hasta el final», ha rezado Alex Mumbrú en más de una ocasión y, al menos en sus declaraciones, no se ha parapetado ni las lesiones ni los brotes de covid-19. Pero parapetado o no, y con la imperiosa necesidad de recuperar a sus efectivos de la mejor manera posible tras este brote de coronavirus, Bilbao Basket debe hacer gala de esa identidad de la que habla su entrenador, huyendo de esas terribles simas de juego que lo hunden cada vez más, como en La Fonteta, en el que después de ir 17-38 por delante, acabó cediendo por 99-90 y dando una imagen de tremenda fragilidad.