Jon Ormazabal

Elezkano y Zabaleta, de los pocos que han conseguido dominar la maldición de los líderes

A pesar de ser un campeonato de 19 semanas, la regularidad es un factor bastante relativo en el Parejas. Las estadísticas de los últimos 10 años, con solo tres parejas que terminaron la primera fase en primer lugar calándose las txapelas, así lo corroboran. Eso sí, los de Aspe ya lo han hecho antes.

Ninguno de los cuatro finalistas se quejó por el material de la final. (Aritz LOIOLA/FOKU)
Ninguno de los cuatro finalistas se quejó por el material de la final. (Aritz LOIOLA/FOKU)

Sin quejas sobre el material, la condición de favoritos de unos u otros suele ser otro de los tópicos que, con o sin pandemia, no pueden faltar en una elección de material. A pesar de que Peña-Albisu se hayan impuesto en dos de los tres precedentes entre ambas parejas, la cercanía y la contundencia del último, 22-8 para Elezkano-Zabaleta parecen haber decantado las apuestas a su favor, se habla de momios de doble a sencillo, una condición a la que los de Aspe no le hacen excesivo caso, ya sea por mera prudencia o por tratar de no cargarse de responsabilidades. «Siempre se dice que en este tipo de campeonatos no hay favoritos, y que no siempre el favorito gana la txapela, ni muchas veces el que mejor lo hace», se defendió el zaguero de Etxarren.  

Razón no le falta pues, sin ir muy lejos, en el convulso Parejas del año pasado, tras realizar una espectacular primera fase junto a Jaka, ni siquiera llegó a meterse en la final. Elezkan-Rezusta (2018), Irujo-Rezusta (2016), Berasaluze-Zubieta (2015), Olaizola II-Aretxabaleta (2014), Olaizola II-Beroiz (2012) o Xala-Barriola (2011), son las otras seis combinaciones que no pudieron culminar su dominio en la primera fase calándose la txapela. Eso sí, de esas tres que sí han dominado de comienzo a fin, en dos estaban uno de los dos; Elezkano-Rezusta en 2019, Irribarria-Rezusta en 2017 y Martínez de Irujo-Zabaleta en 2013, justo en la única final disputada por Albisu, la de la lesión de Pablo Berasaluze.

La mayor normalidad posible
Por mucho que estos campeonatos pandémicos hayan restado gran parte del ambiente, las finales son siempre finales, partidos sin red que pueden marcar toda una carrera y que, sin duda, forman parte de lo extraordinario. Sin embargo, tanto Elezkano-Zabaleta, más acostumbrados a este tipo de situaciones, como Peña-Albisu, prácticamente nóveles trataron de darle la mayor normalidad posible a estas horas previas que suelen comenzar a marcar el desarrollo de la final.

Como ya viene siendo habitual en los últimos años, el cestaño no será, tampoco esta vez, motivo para calentar los ánimos, pues ambas parejas quedaron ayer muy satisfechas con lo encontrado. Elezkano y Zabaleta apartaron un lote con algo más de peso, 106,4; 105,6 y 106,1, mientras que las de los de Baiko dieron  106,1; 105,9 y 105, 2 en la báscula.

A pesar de que el último precedente entre ambas parejas, en el propio Bizkaia, está todavía fresco en la memoria, ni siquiera Peña-Albisu mostraron, al menos en la elección, intención al guna de buscar algo diferente. «Las seis pelotas nos han parecido muy bonitas, dos de las de ellos son quizá un poco más bajas, pero creo que el resto son parecidas. Nosotros hemos buscado pelotas rápidas, hemos cogido una con un poco más de bote por tener algo diferente y sin excusas», afirmó Jon Ander Albisu, que ayer hizo 31 años y cumplió el ritual de acudir al frontón con unas pastas.
«Son parecidas a las empleadas en todo el campeonato, que andan por abajo, de las que cuanto menos tiempo den para reaccionar, mejor», añadió el ataundarra.

La pareja de Aspe, por su parte, tampoco puso ninguna pega a lo encontrado en el cestaño. «Por mi parte lo de siempre, no hay nada que decir en torno a las pelotas, son bonitas, sí que son diferentes, las suyas algo más vivas, las nuestras con algo menos bote y a ver si el domingo sale un buen partido», apuntó Danel Elezkano.

Comenzar bien, la pareja que se adelantó en el marcador se impuso en los tres partidos anteriores, el saque, Jon Ander Peña se mostró decidido a seguir tomando riesgos como ha venido haciendo durante todo el campeonato y comprobar cuál de los dos zagueros es capaz de imponerse en el peloteo fueron tres de las claves que más se repitieron, aunque Albisu tiene claro que, «es verdad que se habla mucho de nosotros, pero si uno de los dos no jugamos bien, Peña o yo, se puede ir  por ahí».