El Eibar se aferra al milagro tras ganar en Getafe en el minuto 88 de penalti (0-1)

Un penalti en el minuto 88 transformado por Recio da al Eibar su segunda victoria consecutiva en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe (0-1). Los azulgranas siguen en el último puesto de la tabla pero se colocan a dos puntos del 17º.

Kike conduce el balón entre Timor y Cucurella. (Jorge R.R./AGENCIA LOF)
Kike conduce el balón entre Timor y Cucurella. (Jorge R.R./AGENCIA LOF)

Al Eibar le va la marcha. No hay otra explicación. En un partido a vida o muerte ha esperado hasta el minuto 88 para marcar el gol de la victoria, exactamente lo mismo, a ver si con idéntico final feliz, que está haciendo en la temporada. Tras tirarse cuatro meses 16 jornadas, sin ganar y cuando ya estaban prácticamente desahuciados, los azulgranas han enlazado dos victorias por primera vez en todo el curso, que les permiten exprimir las matemáticas. Siguen en el fondo de la clasificación pero ya sólo les separa un punto de los dos equipos que les preceden, Elche y Huesca, y han recortado a dos su diferencia con la 17ª plaza, a expensas de lo que haga esta tarde el Valladolid en Valencia. Siguen necesitando un milagro pero hoy está más cerca que ayer.

Tampoco es sorprendente que haya habido que esperar para celebrar el gol de Recio. Eibar y Getafe son los dos equipos menos goleadores de Primera –no es casualidad que el primer disparo entre los tres palos haya llegado en el minuto 61– pero también son los que mejores números defensivos tienen entre los de la parte baja de la clasificación. Intentar, al menos, lo han intentado. En la primera parte lo han hecho sobre todo los armeros, que repetían el once que les reencontraba con la victoria la semana pasada en su mejor partido de la temporada.

El de hoy habrá sido menos vistoso pero se merece igualmente un reconocimiento porque, ante un rival muy diferente al Alavés, el Eibar ha sido capaz de obedecer la consigna de su técnico: mantener la cabeza fría y el corazón caliente. En este caso buscar el gol sabiendo que era imprescindible marcarlo pero sin desfallecer por la falta de ocasiones claras y hacerlo sin desmelenarse en exceso para evitar que el golpe lo diera el rival.

El primer tiempo se ha consumido con mucho juego directo, unos cuantos golpes –curiosamente el equipo local ha sido el peor parado– y pocas o casi ninguna ocasión de gol pero con la sensación de que los eibarreses estaban un puntito por encima del Getafe. La sensación ha sido la opuesta a la vuelta de vestuarios, cuando el equipo de José Bordalás ha parecido dar un paso adelante para conseguir que, por lo menos, el balón estuviera más cerca de la portería de Dmitrovic, con la intranquilidad que ello generaba. Aún así, el primer disparo entre los tres palos del partido ha sido para el Eibar, con un cabezazo de Kike García demasiado centrado que David Soria ha detenido sin problemas.

Según se acercaba el final, el cansancio y la necesidad han ido abriendo el partido aunque a los dos equipos se les veía cada vez con menos recursos para encontrar el gol de la victoria. Ha llegado cuando muchos empezaban, empezábamos, a escribir el epitafio de este Eibar. En el minuto 87, en el segundo córner consecutivo que ha botado el Eibar, el balón ha dado en la mano de Maksimovic. Alberola Rojas lo ha confirmado en la pantalla y Recio, el único cambio que ha introducido hoy Mendilibar, se ha dirigido al punto de penalti para mejorar las estadísticas –los armeros ya «sólo» han fallado cinco de diez lanzamientos– y, sobre todo, anotar un gol que acerca a su equipo a un milagro impensable.