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La Justicia califica de «completamente inocentes» a los muertos de Ballymurphy

«Todas las personas muertas eran completamente inocentes», ha destacado la Justicia norirlandesa en el caso de los diez fallecidos por disparos del Ejército británico en Ballymurphy, en el oeste de Belfast, en 1971. Sus familiares llevan décadas buscando justicia.

Rita Bonner (a la derecha), hermana de la víctima John Laverty, abraza a un familiar en Belfast. (Paul FAITH/AFP)
Rita Bonner (a la derecha), hermana de la víctima John Laverty, abraza a un familiar en Belfast. (Paul FAITH/AFP)

La Justicia del norte de Irlanda ha denunciado hoy el uso excesivo de la fuerza por parte del Ejército británico en Ballymurphy en 1971, que provocó diez muertos, a los que el tribunal ha calificado de «completamente inocentes».

«Todas las personas muertas eran completamente inocentes», ha declarado Siobhan Keegan, la juez encargada de llevar a cabo una serie de audiencias judiciales relacionados con los sucesos de Ballymurphy, en el oeste de Belfast, en agosto de 1971. Sus palabras han sido acogidas con aplausos por los familiares de las víctimas.

«Lo que está muy claro es que todos los fallecidos en la serie de investigaciones eran completamente inocentes de haber cometido un delito el día en cuestión», ha dicho la jueza.

Aunque reconoce que la época era «caótica», la juez ha declarado que los usados hicieron un uso de la fuerza «desproporcionado» y fueron los responsables de nueve de las víctimas mortales.

Un sacerdote católico, el padre Hugh Mullan, de 38 años; y Frank Quinn, de 19, murieron tras ser disparados en el barrio de Springfield de Ballymurphy hacia las 21.00 del 9 de agosto de 1971, mientras que en un cuartel del Ejército británico, Noel Philips (19 años), Joseph Murphy (41 años), Joan Conolly (una madre de ocho hijos de 44 años) y Daniel Taggart (44 años) fueron mortalmente heridos de bala.

Al día siguiente, Eddie Doherty, de 31 años, murió por un disparo de bala en la carrera de Whiterock, donde los soldados se encontraron frente a manifestantes que habían levantado una barricada.

En otro episodio, al día siguiente, Joseph Corr (43 años), y John Laverty (20 años), fueron disparados cerca de Whiterock Road, a primera hora de la madrugada. Corr murió como consecuencia de las heridas 16 día más tarde. Un poco más tarde, John McKerr, de 49 años, fue disparado cerca de la iglesia de Corpus Christi. Murió el 20 de agosto.

Cincuenta años más tarde, el impacto de estas muertes en los familiares de la víctimas «sigue siendo muy fuerte», ha subrayado la juez.

La encargada de Justicia del norte de Irlanda, Naomi Long, ha compartido en su cuenta de Twitter que las familias «han tenido que luchar demasiado duro y durante demasiado tiempo» para este veredicto.