El Eibar tampoco ha podido despedirse como quería. Era una cuestión meramente sentimental porque lo importante ya se resolvió, para mal, hace una semana. Pero el adiós definitivo a la categoría, las múltiples despedidas individuales y la visita de un Barcelona que también había enterrado ya todos sus objetivos empujaban a pelear por un final algo más dulce.

El partido, sin embargo, se ha saldado con un perfecto resumen de la temporada. Una actuación más que digna de los azulgranas, a los que les ha faltado acierto para acertar alguna de sus, no demasiadas pero sí suficientes, ocasiones y que han acabado cayendo en una acción aislada del rival. Hasta el gol de Griezmann, magnífico en su definición, ha tenido un aire tristemente familiar, con el centro de Dembelé rebotando en Sergio y Bigas antes de que Arbilla cabeceara, Pozo se despistara y el delantero francés firmara el 0-1 definitivo a diez minutos del final.

Un triste adiós para una triste temporada, que será la última como azulgranas para muchos de los futbolistas que hoy han saltado al césped de Ipurua. Donde ha habido novedades y sorpresas. Especialmente significativa la ausencia de Marko Dmitrovic –se espera que el miércoles pase el reconocimiento médico con el Sevilla–, tan misteriosa como la de Expósito, que se caía la víspera de la convocatoria sin que terciase problema físico alguno. Bien, pues hoy ha sido el guardameta serbio el que se ha caído no ya del once, sino de la lista, a la que se ha incorporado Jonmi Magunazelaia, también sin percance físico, ni más explicaciones, de por medio.

Así que Yoel se ha unido a Soares, Diop, Inui, Bryan y Enrich en el renovado once titular del Eibar, que ha empezado el partido con ganas ante un Barcelona con muy poquita tensión. Una buena recuperación de Enrich ha acabado con el remate del delantero salvado por Mingueza y después ha sido Kike García el que se ha encontrado con la mano de Neto tras una buena acción desde la derecha.

En el descanso, Ronald Koeman ha remozado por completo su equipo, que lo ha agradecido en los primeros minutos de la reanudación. Pero, poco a poco, el Barcelona ha ido durmiéndose de nuevo ante un Eibar que quería pero ya no llegaba ni a generar peligro con fundamento. El partido parecía condenado al empate hasta que, en los diez últimos minutos, han llegado el gol del Barça y un larguerazo posterior del Eibar con la firma de Inui, que ha evitado un mínimo consuelo en el adiós de los armeros a la que ha sido su categoría durante un viaje de siete años que nadie habría podido imaginar.