El misterio sobre el futuro de José Luis Mendilibar se resolverá el martes. Así lo ha declarado el propio entrenador en la rueda de prensa posterior al encuentro entre Eibar y Barcelona que ha puesto punto final a la temporada y al periplo del club azulgrana por Primera. «Os lo podría decir ahora pero no lo voy a decir», ha asegurado el técnico, adelantando que será el martes cuando se conozca. Eso si no se pronuncian al respecto este mismo lunes la presidenta Amaia Gorostiza y el Consejero Delegado Jon Ander Ulazia, que ofrecerán una rueda de prensa en Ipurua.

Mendilibar, por otro lado, ha asegurado que desde que se consumó el descenso no ha pensado tanto en sí mismo y los jugadores como en los «aficionados y los currelas del club, los que están a la sombra, que hacen un trabajo y para los que no es lo mismo estar en Primera que en Segunda. Ahora mismo lo siento por esa gente y por los aficionados, que no han podido estar este año y medio en las gradas de Ipurua. Es por ellos que lo siento, que han tenido la oportunidad de ver al Eibar en Primera pero el último año y medio no han podido estar y es una pena grande».

También lo ha sido para el propio Eibar, que ha acusado claramente la ausencia de su gente en la grada de Ipurua. «Para nosotros ha sido muy malo, hemos notado mucho la falta de público. Se ha visto cuántos partidos hemos perdido en casa, cuántos puntos hemos sacado. Nos ha faltado eso para mantenernos, ganar uno o dos partidos más. La permanencia ha estado barata y aún así no hemos podido», ha reconocido.

Además, y aunque cree que habrá que analizar a fondo todo lo sucedido para encontrar los «errores que hayamos cometido», reconoce que el Eibar no ha sido el de otros años durante buena parte, demasiada, del curso. «Los últimos partidos han sido bastante buenos pero es verdad que hemos empezado tarde a hacer nuestro fútbol. De Navidades aquí, durante tres meses no hemos sido nosotros, hemos jugado diferente. No hay más que ver dónde hemos quedado. Ahora habrá que pensar qué ha pasado para no hacer nuestro fútbol».

Esos dos factores principales han acabado con el magnífico paso del Eibar por Primera, en el que, en su opinión, se ha demostrado que «se pueden hacer cosas sin un gran presupuesto, sin grandes instalaciones, sin grandes cosas rimbombantes alrededor. Con trabajo, ganas y ser un poco cabezón para conseguir las cosas. Tanto el club como todos hemos sido un poco eso, no nos hemos venido abajo en ningún momento y siempre hemos tenido sensaciones buenas de poder conseguir los objetivos. Nos hubiese gustado estar más tiempo pero han sido siete años. Esero que la gente lo haya disfrutado y espero también, por qué no, que no sea la última vez y que pueda haber otro ascenso».

En el plano personal, tras seis temporadas consecutivas en el banquillo, recordaba que «cuando empezamos no sabíamos si era para jugar en Primera o Segunda. Los jugadores vinieron en el último momento y logramos mantenernos. Y otros cinco años igual. Me quedo con eso. Creo que la gente ha dado más de lo que tenía y por eso hemos estado en Primera, con la ayuda de los aficionados, que cuando no han estado lo hemos notado», ha insistido.